Thursday, March 13, 2014

Profundizar la protesta social

En: http://www.lapatilla.com/site/2014/03/12/en-tiempo-real-profundizar-la-protesta-social-por-carlosvalero08/

Carlos Valero

La protesta en Venezuela no es producto de un “golpe blando” como dice el PSUV ni de un grupo de radicales, alentados por @leopoldolopez desde Ramo Verde, que han decidido tomar la calle en forma violenta, realizando trancas, quemando cauchos y colocando barricadas. Partir de falsos supuestos necesariamente conduce a errores en la caracterización de los acontecimientos. Es imposible que ninguna fuerza política tuviera el músculo social y organizativo para mantener durante tanto tiempo a parte importante del país, mucho más de la mitad, alzado. El descontento está ahí, en la implementación de un modelo que nos lleva directo a una sociedad atrasada, pre industrial, sin iniciativa privada ni equilibrio entre el Estado y la sociedad. La protesta explotó con furia porque los jóvenes no están dispuestos a vivir como vasallos de una burocracia insaciable, como neo esclavos de un partido que ha copado todos los espacios institucionales. He ahí el fondo del asunto.
La oposición debe cuidarse de no caer en explicaciones tipo PSUV, por ejemplo, comparar lo que ocurre con los hechos de abril del 2002 es completamente falso, decir que acá está en marcha un “golpe blando” es otra falacia, así como comprar el argumento que circunscribe las protestas a unos focos en el este de Caracas o a los municipios gobernados por la oposición. Puros argumentos distractores de la realidad, especie de tierrita que arrojan sobre los ojos de los venezolanos para evadir la responsabilidad del partido de gobierno en la destrucción económica, ética y social de nuestra amada patria.
En el año 2002 no existía la enorme crisis sistémica que hoy mantiene a los venezolanos cazando colas para intentar procurarse papel higiénico, jabón, mantequilla, al igual que baterías para vehículos, cauchos o cualquier repuesto. Tenemos desabastecimiento hasta en los lubricantes y aceites para motores de vehículos, fabricado por la gran PDVSA roja. Sólo una crisis tan profunda explica la ausencia del pueblo en la calle defendiendo al PSUV. En las calles lo que hay es gente molesta siendo reprimida por cuerpos de seguridad ataviados cual Robocop o por un grupo de motorizados que azotan y atacan bajo el auspicio y la complicidad del estado.
Agreguemos la crisis institucional expresada, entre otras variables, en el abandono por parte del PSUV del monopolio de la fuerza, el cual se evidenció en el llamado de Maduro a los colectivos y las UBCH a repeler el descontento social. La frase “candelita que se prende, candelita que se apaga”, pasará a la historia y será mil veces mencionada en el tribunal de la Haya y en los foros sobre derechos humanos, como prueba de que desde el Estado se promueve el uso de grupos paramilitares para enfrentar protestas.
Con relación al argumento del golpe de estado, no hay un solo militar involucrado en las protestas, el sector económico se encuentra negociando con el gobierno, sin mencionar siquiera por cortesía la lucha de los estudiantes, en una actitud similar a la de los gobiernos en la OEA, que anteponen la chequera a los principios. En el 2002 hubo una alianza de los sectores económicos, con un rol preponderante de los medios de comunicación, personajes políticos y una parte de las fuerzas armadas. Hoy, los medios no se atreven ni siquiera a informar lo que ocurre. Como ven, una gran diferencia.
Estemos claros, el descontento en Venezuela no se debe a una calle rota, problemas en los hospitales o falta de insumos, esos son consecuencias de la instauración de un modelo primitivo, que apalancado en el petróleo y en la metodología cubana de represión y control social, quiere imponer a sangre y fuego lo que Miquilena denominó “comunismo de alpargatas” y mientras no se corrija ese modelo y se reconozca que más de la mitad del país, independientemente de que no usen camisas rojas, no comparte ese modelo será imposible detener el descontento.
La oposición democrática en lugar de dedicar horas y espacio en la opinión pública a criticar la protesta, debería profundizar y organizar el descontento popular para que se encuentre el este y el oeste. La oposición obtuvo cerca de 890 concejales, más de 70 alcaldes, tiene organización electoral en torno a cada centro del país y vive no sólo en el este, sino en todos los rincones del país. Con todos estos elementos favor debería estar impulsando la protesta social cada día, cada hora.
El dilema de los venezolanos es tan grave, que suponiendo, cosa que dudo ocurra, que el PSUV decide liberar a Leopoldo López, Simonovis, los presos políticos, permite la entrada al país de los patriotas obligados a vivir lejos de su tierra, otorga una amnistía a los procesados por las protestas, pero mantiene el modelo intacto, las fábricas expropiadas improductivas, una burocracia sedienta de poder y control social, el CNE y las instituciones del estado como secretarias del PSUV, entonces indudablemente la protesta tendrá que continuar, porque las causas de la crisis seguirían intactas.
Es un derecho exigir condiciones de vida digna y es una irresponsabilidad del PSUV dejar de lado la Constitución al convertir las fuerzas armadas en la secretaria de represión del PSUV. Cada venezolano que crea en un mundo distinto al comunismo importado de Cuba debe convertirse en un agente activo de protesta social organizada, sin que ello implique que estamos conspirando o participando de algún tipo de sedición. El ciudadano que vive en el campo o en las zonas populares sufre las mismas penurias que la clase media al extremo que todas las encuestas serias hablan de un descontento con la situación económica cercano al 70%. La verdadera unidad del pueblo se dará en torno a la superación del modelo del caos que alimenta el PSUV con cada decisión de políticas públicas.

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