Thursday, October 29, 2015

FMI, bancos y fondos, la batalla de un país en mengua

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Alexander Guerrero

Finanzas públicas de Venezuela en las puertas de un bailout. La condiciones financieras de Venezuela, incluyendo a PDVSA, son precarias, realmente terminales, sin liquidez Internacional  –divisas-  excluida del mercado de capitales, con certificados de riesgo (CDS) en niveles que superan los que mostro Grecia en los dias de su colapso financiero y una industria petrolera descapitalizada y agotada que ha puesto en peligro al “país exportador de petróleo” que no cuenta para los próximos 20 años por in versión es que puedan llevar la producción más allá de donde están hoy, La inversión en la industria petrolera nacional no garantiza ni siquiera la producción actual.
Estos  fenómenos son típicos de procesos políticos radicales que cambian desde un principio reglas y redefinen derechos de propiedad, nacionalizan, el recurso, bajo el engaño que la renta fiscal que quedaría en manos del gobierno sería abundante porque el inversionista extranjero fue expropiado o sus activos nacionalizados. En nuestro caso también se cambió el régimen socioeconómico  medio-capitalista que teníamos a uno mercantilista, centralizado, estatal y socialista, que agrupa testaferros, empresaurios, círculos financieros, empresas públicas, dirigentes y agrupaciones política en todo el espectro ideológico,  en un cuadro incentivos de negocios, política y represión, donde aparentemente no queda hueso sano.
El enorme costo de la política dirigido al; control económico y social de los ciudadanos. Ese esquema político nacido de un cambio de reglas por via constitucional mutiló las fuentes de naturales del crecimiento, -la tasa crecimiento interanual en  esos años de revolución es -2.5% con una caída del  producto expresado en  per capita a la tercera parte ($4400 por venezolano) de lo que marcaba en 1999 ($12000 pero cápita). En lugar de virar hacia el mercado, el modelo centralizado de mercados reprimido con dominio represivo en lo económico y agigantado con poder económico de activos rentables, se engordo al Estado, especie de obeso mórbido que redistribuiría la renta absorbida por el gobierno para hacerse cargo de la voluminosa pobreza producida por ese viraje político, bajo agenda política pero también por consecuencias no intencionadas.
Así se condujo a Venezuela al actual estado de precariedad económica y financiera, como lo muestran sus indicadores más visibles, crisis terminales de balanza de pagos y fiscal, anverso y reverso de la misma moneda, muchos de esos indicadores fue prohibida su pro cesación, simplemente no existen,  en el BCV y ENI por un gobierno,  atrapado entre la improvisación, la mentira y la corrupción, lo único cierto en este campo de infinita ingobernabilidad.
La hiperinflación, la crisis de pagos, externa y fiscal. Los niveles de hiperinflación hablan por sí solo, dependiendo del esquema de estimación, y la metodología, entre 180 y 860%, hablan de un déficit fiscal en 38-42% del PIB -incluyendo a PDVSA, – monetizado en 65%, de acuerdo al crecimiento de la liquidez primaria respecto del PIB-  un agente supletorio fiscal por diseño legal, -abajo explico las razones-,  desbordándose en 2016 porque sus causales, una combinación de menor producción con menores y descapitalización se agregan acuerdos de comercialización con algunas mercados donde no suena la registradora, el flujo de caja es negativo, inclusive en el escenario de descuento para obligsar al pronto pago de una deuda que por lo demás es larga y olvidadiza, son los casos de Cuba, Petrocaribe y China, lo que en conjunto ha reducido renta del petróleo convirtiéndola en “renta negativa”. El colapso financiero que se vive, por la presión al extremo de una expansión del gasto público nominal en sus límites, conducido por una dinámica política generada en la caída del ingreso fiscal petrolero.
Vayamos a un ejemplo (2015) para reconstruir los hechos económicos y financieros que nos trajeron hasta acá. Ley  Presupuesto 2015 escribe $ 18,750 millones ingreso fiscal petrolero que fluiría por el camino cambiario –ventas dólares al BCV- como ingreso fiscal petróleo –Bs- y como reservas inter nacionales -$- para el BCV/mercado cambiario. El  Ministro anunció $ 11.750 para CENCOEX y SICAD – importaciones, la diferencia en reservas internacionales tendría otro destino, PDVSA, empresas del Estado, servicio de la deuda, parte de $ 12.000 millones del servicio total 2015,   deuda del gobierno y de PDVSA. Al termino del año, las cosas han sido diferentes, bajo el esquema cambiario (6.3, 12 y 21 Bs/$) hay apenas transacciones  liquidadas por unos 4125 Millones.
No hay manera de asumir que la diferencia de $14.000 se dirigió al BCV a las reservas,  incluyendo además $ 1500 millones por venta de oro, y $ 1350 millones por pago deuda de Jamaica que este país tenía con PDVSA. Es explicito que esta ultimo ingreso no fue al BCV como reservas  porque estas han continuado cayendo a niveles alarmantes, solo registran los proventos por venta de oreo. En cambio la expansión de la liquidez (base) monetaria nos dice que de lo convenido en el Presupuesto en términos contribución fiscal petrolera, apenas $ 4500 Millones pueden ser considerados ingreso fiscal petrolero de divisas vendidas al BCV por PDVSA, lo cual refleja que la diferencia del déficit causado fue totalmente monetizada, su impacto inflacionario lo vemos en la hiperinflación.
La crisis de balanza de pagos dibuja la caída de las reservas internacionales y la caída de exportaciones por volúmenes y precios del petróleo y el creciente insostenible déficit fiscal que indujo una expansión colosal de la liquidez monetaria como contraparte. La ecuación la cierran las devaluaciones  y la hiperinflación, desde luego, y su impacto real es empobrecimiento neto –absoluto. La relación salario mínimo más cesta tickets respecto del costo de la canasta básica 1:7 lo dice todo.  Así, la caída de las reservas en relación a la liquidez  monetaria sin que se haya ejecutado devaluación mayor de ese mercado controlado con precios del dólar predeterminados, señal que el BCV monetizo ese enorme hueco fiscal descrito arriba, es decir, el déficit fiscal de este año, se monetiza a una velocidad de 2:1.
Consecuencia directa con la prolongada caída de las reservas internacionales es el descalabro de la capacidad de pagos externos, el compañero de ruta de la crisis fiscal en bolívares, la crisis de balanza de pagos (ver gráfico) que refleja la caída de las exportaciones el petróleo en un 78% por agenda política conducida con el control de cambio,  con el impacto adicional negativo por caída del precio del petróleo en 58%, el colofón de este desgraciado cuento. Es lo llamamos “efecto trinquete” sobre la balanza de pagos producido por un control de cambio, sin razones fundamentales, políticamente inducido y dirigido a liquidar el sector privado que había mostrado fuerza exportadora en los años 90.

Como disponer de liquidez internacional para que el trabajo del venezolano cubra importaciones y servicio de la colosal deuda pública? Qué hacer? La única salida, solicitar –por derecho- asistencia financiera o un bailout al FMI, única fuente disponible para alcanzar divisas, el mercado de capitales lo tiene cerrado tanto el gobierno como PDVSA desde el 2012.Revisese los niveles de riesgo y probabilidad de default en las  tasas de interés, primas de riesgo en 23-25%, y riesgo en 5000 pb para que se vea porque hacemos colas para comprar pollo.
La banca internacional y los fondos buitres. Pese a esas condiciones financieras astringentes, la banca de inversión, BofA, Barclays y otros han dado un paso adelante sugiriéndole al gobierno Venezolano que tiene sentido financiero solicitar apoyo financiero al FMI porque, supuestamente, tiene para pagar, lo cual pudiera ser matemáticamente correcto, pero las condiciones de las finanzas públicas venezolanas llegaron al extremo de,  si se paga deuda no se compra pollo ni harina ni medicinas. No es entonces si paga o no, los problemas económicos venezolanos son más intensos y complejo que pagar o no la deuda, No es difícil comprender que la banca de inversión esta equivocada y que en todo caso esta sesgada dado que defiende intereses propios y de sus clientes tenedores de bonos venezolanos considerados basura en el mercado de capitales, atrapados, banca y clientes, entre las grandes ganancias especulativas generadas por los ‘yield’ de los bonos junk venezolanos y la probabilidad de un default, que sabemos desataría un colosal contagio en el mercado.
En el filo de la navaja y al borde de un default, el servicio de la deuda exprime las finanzas del venezolano., Sorprende que la escogencia de la banca sea caminar en el fino de la navaja en lugar de ayudar a Venezuela para que acuerde con el FMI un esquema de rescate financiero. La recomendación de esta banca de inversión es pedir prestado a los Chinos, en el marco del “fondo chino” ignorando que ese fondo no es líquido para acumular reservas internacionales, sino un mecanismo de canje de petróleo por vitualla china, por demás, altamente oneroso porque ‘amarra’ el petróleo para adquirir mercancía china, creando mayores restricciones en la balanza de pagos, pero también en el caldo de cultivo de una feroz corrupción compartida entre chinos y agentes del gobierno venezolano, comprobar en investigación que al respecto realiza el gobierno chino y el cual cuenta con muchos encanados allí y ninguno en Venezuela, grotesca la corrupción chino-venezolana lo cual resuelve el conundrum de los intereses entre ambos gobiernos, la corrupción sabemos está detrás de los grandes problemas de la economía china que apenas estamos comenzando a conocer, monos buscándose para rascarse.
Sin embargo, las razones de esa oposición a q Venezuela toque la puerta del FMI son otras, muy terrestres. Los rendimientos de portafolios propios y de sus clientes –particularmente carteras  de tenedores venezolanos- que brindan los ‘junk” bonos venezolanos de PDVSA y soberanos del gobierno.  Los bonos venezolanos los más baratos del mercado, son los de mayores rendimientos de 20, 23, 25, 30%, o lo que es lo mismo,  un considerable volumen de esos con tasas de interés o cupones entre 8 y 12%, muy solicitados, pese al enorme riesgo, por fondos cazadores de bonos basura. EL coro montado por el gobierno y la banca de inversión extranjera muestra una curiosa correlación y que los bonos de alto riesgo y rendimientos reposan en manos de venezolanos eventualmente clientes de la banca de inversión.
El única camino viable de menor costo, el FMI. Esto nos lleva a la segunda hipótesis, en el eventual apoyo financiero del FMI, la reestructuración de la deuda externa se ejecutaría sobre los bonos de mayor costo fiscal, los más consentidos por la banca de inversión, clientes y tenedores venezolanos asociados de alguna manera al gobierno, grupos de intereses que pivotean entre bancos y gobierno. Una típica reestructuración de esa costosa deuda pasaría por el canje de esos bonos de alto rendimiento una eventual “quita” y un canje por bonos de menor costo y de rendimientos más largos, este escenario les genera pesadillas a los ejecutivos de esa banca de inversión. Así se comprende su oposición a una asistencia financiera por parte del FMI, evento indispensable para mejorar la situación financiera de las finanzas públicas del gobierno y de PDVSA.

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