CÉSAR
MIGUEL RONDÓN.
Gran
titular de El Universal esta mañana: “El Ejecutivo diseña
nuevo esquema de control en distribución de bienes.
Durante la presente semana, el equipo a cargo del vicepresidente ejecutivo
Jorge Arreaza, seguirá avanzando a nivel nacional en todo lo referente a la
reforma a la Ley de Precios Justos, el PMVP, la fiscalización y el despliegue
nacional. Como una segunda fase, se buscará pasar a controlar la distribución
de bienes y servicios, cuya comercialización recae actualmente en un 70% en el
sector privado.”
Detengámonos en la última frase: “se buscará pasar a controlar la distribución
de bienes y servicios, cuya comercialización recae actualmente en un 70% en el
sector privado”.
No es difícil entender lo que se esconde detrás de estas palabras, lo
que insinúa. Pues que por culpa de ese 70% del sector privado tenemos escasez y
una pésima distribución de bienes y servicios. Por lo tanto el gobierno ahora
lo va a controlar todo, absolutamente todo. Y según declaraciones del
Vicepresidente Arreaza, será el propio presidente Nicolás Maduro el que
decidirá los precios. Todos los expertos lo han dicho, a mayores controles más
escasez. Pero la tozudez en el alto gobierno no permite un cambio en la
orientación, hay -como han dicho- gríngolas, un corset ideológico terrible que
no permite avanzar. Nos viene entonces lo peor.
Lo curioso es que en el fin de semana el Presidente de la República
dijo, más bien amenazó -porque últimamente el presidente, la verdad sea dicha,
sólo amenaza- que a los comerciantes que no respetasen los nuevos decretos les
caería todo el peso de la ley. Un tweet muy pertinente del economista Domingo
Fontiveros le salió al paso: “¿Todo el peso de la ley? ¿De cuál ley? Si en este
país no hay ley”. La amenaza del presidente, entonces, queda en el aire. Sobre
todo en estos días cuando estalla una nueva denuncia de podredumbre dentro de
nuestro sistema judicial.
Ya sabemos lo que ha dicho el Fiscal Nieves. Usted podrá aplaudirle o
condenarle porque hablo tarde, después de que se cometió la injusticia, o
porque traicionó, según sea su punto de vista, la confianza de sus superiores.
Pero más allá de la catadura moral que pueda tener el Fiscal Nieves, su caso se
suma a un largo listado de asquerosidades dentro de nuestro sistema judicial.
No nos olvidemos de Luis Velásquez Alvaray, tampoco del general y magistrado
Eladio Aponte Aponte, por citar sólo dos.
Un nuevo funcionario
arrepentido confiesa -mejor dicho, vomita- entre lágrimas. Una nueva evidencia
de lo que todos sabemos: que en nuestro país la justicia no existe, que en su
lugar sólo flota el.hedor de la putrefacción
Vía El
Nacional
Que pasa Margarita
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