Gustavo Coronel
Después
de 10 años en el poder Evo Morales quiere quedarse indefinidamente en
el poder, como lo trató de hacer el difunto Hugo Chávez en Venezuela,
como lo intentó el expulsado Zelaya en Honduras, como quiere hacer el
energúmeno de Rafael Correa en Ecuador.
Con
un control férreo de los diarios y las televisoras, Morales parecía
destinado a ganar cómodamente el referendo de ayer domingo. El diario La
Razón, uno de los más influyentes de Bolivia y originalmente opositor,
fue comprado por un personaje paraguayo-venezolano llamado Carlos Gill,
quien emplea al ex-embajador de Chávez en Bolivia, Julio Montes, en sus
negocios bolivianos. De allí que La Razón ahora esté al servicio de
Morales. De igual manera las televisoras ATB,
PAT, Full TV y Abya Yala han sido compradas por empresarios alineados
con Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera.
A
pesar de este control los medios virtuales, internet y twitter, se le
rebelaron a Morales y comenzaron a difundir la corrupción gubernamental,
en especial el otorgamiento de contratos sin licitación por unos 500
millones de dólares a una empresa china llamada CAMC, la cual ya está
denunciada por corrupción en Perú y en Bangladesh, entre otros países.
Una de las principales ejecutivas de la empresa china en Bolivia es la
Sra. Gabriela Zapata, amiguita de Evo Morales y madre de su hijo, ya
fallecido, llamado Ernesto Raúl Morales, en honor a los déspotas d la
revolución cubana. Al estallar el escándalo sobre su amiguita Morales
alegó que tenía cinco años sin ver a su amiguita, pero en Internet se
publicó una foto donde aparecían juntos en el Carnaval de 2015.
Mentiroso el tipo.
Gana el rechazo a Morales
Los
contratos dados a dedo incluyen la construcción de la planta industrial
de sales de potasio, la presa y obras conexas de Misicuni y la
construcción de obras para la vía férrea Montero-Bulo Bulo. Cada obra
fue adjudicada directamente, gracias a decretos presidenciales de
Morales habilitando las adjudicaciones sin licitación. Al conocerse esta
vagabundería Morales creyó satisfacer a sus críticos encargando al
Contralor de su país a que investigara los contratos. Esto era
equivalente a poner a Luisa Ortega Díaz a investigar a Maduro o al coro
de castrati del Tribunal Supremo de Justicia a analizar la validez del
decreto de emergencia económica del chofer venezolano. El Contralor fue
designado a dedo por Morales hace 8 años, de forma interina y todavía
está allí.
El
escándalo mostró a Morales como un corrupto y un mentiroso y el pueblo
boliviano le está pasando factura. Según todos los cómputos
extraoficiales está perdiendo el referendo en todo Bolivia, menos en el
altiplano y en Cochabamba. Sin embargo, la eminencia gris del régimen,
el tenebroso Álvaro García Linera, dice que lo que hay es un “empate
técnico” y que “ya verán como los cómputos terminan favoreciendo a
Morales”.
La
tendencia al rechazo de la reelección indefinida es tan fuerte, sin
embargo, que un intento de fraude electoral provocaría graves disturbios
en un país donde el gobierno está en minoría en el 80% del territorio,
el 80% que produce riqueza en Bolivia, en especial la llamada media luna
de Santa Cruz, Pando, Tarija y el Beni.
Con
estos resultados el ALBA está en disolución: quebrada por la falta de
dinero chavista, Maduro casi afuera, Morales en problemas, Correa
asediado por Guayaquil, Ortega entrampado con sus corruptelas y por el
ogro de su mujer, el castrismo en plena retirada en Cuba. Esta gente,
así como Chávez no supo hacerlo, no quiere aceptar de que una reforma
constitucional para perpetuarse en el poder no debería depender de un
voto más o menos, sino tendría que ser aceptada por una mayoría
calificada de la población. Si Morales y García Linera no lo ven así, su
misma seguridad personal corre peligro, en un país que en el pasado ha
colgado a sus presidentes de los postes.
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