Ya han pasado dos meses desde los comicios parlamentarios del 6 de Diciembre de 2015. La crisis avanza a un ritmo descomunal, y frente a ella el régimen luce perdido, confundido, casi que embrutecido. Si antes de las elecciones no tomaban medidas para frenar la brutal caída, alguien podría justificarlo por la cercanía de la cita electoral, pero ahora, luego de dos meses de dicha contienda, no hay razón para tamaña incapacidad y para tan inverosímil desparpajo. Creer que un ministerio de agricultura urbana, con una titular que apenas duró 15 días al frente del despacho sin cartera, representa una medida de política económica, desnuda el tamaño de la ignorancia y la falta de respuesta de la cúpula roja ante el caos al que nos han conducido.
Sectores diversos de la comunidad nacional e internacional hacen fervientes llamados al dialogo para concertar el programa de ordenación y reactivación que requiere nuestra economía, y nuestra vida política e institucional. Desde los diversos factores de la oposición democrática se ha ofrecido una mano tendida para construir una agenda compartida, pero desde la cúpula socialista se insiste en el mismo discurso, en las mismas políticas, en las mismas soberbias actitudes en medio de un pueblo que cada día vive en carne propia los efectos nocivos de la destrucción provocada por 15 años de errática conducción política y económica.
Estoy absolutamente convencido de la rigidez de la política madurista. Ella es heredera del libreto bolchevique traído desde La Habana. Cambiar es admitir que Fidel y Chávez impusieron un modelo fracasado, y los herederos del legado hambreador no están dispuestos a admitir su fracaso, y el de sus mentores políticos. Por eso, no queda otro camino que revocarle el mandato recibido, convocando al pueblo de Venezuela a que decida su futuro en las urnas de votación. Si desean continuar este drama de hambre y muerte que dejen a Maduro de Presidente, si desean cambiar este régimen, que firmen y voten para revocarles el mandato. En medios académicos y políticos se discuten diversas opciones legales para logar el cambio del gobierno. Las opciones que nos ofrece el texto constitucional son todas complejas, y susceptibles de ser boicoteadas y no aceptadas por el régimen gobernante.
Hemos analizado dichas opciones. Las mismas son:
- Asamblea Constituyente.
- Enmienda Constitucional para reducir el periodo y adelantar las elecciones presidenciales.
- Declaratoria de Vacante Presidencial o Juicio Político del Presidente en la Asamblea Nacional.
- Renuncia Presidencial
- Referéndum Revocatorio Presidencial.
Estimo que el referéndum revocatorio presidencial es el mecanismo menos complicado de los citados.
La activación y realización exitosa de un referéndum revocatorio presidencial supone previamente una serie de acuerdos en el seno de la oposición venezolana. Dichos acuerdos deben logarse al comprender los tiempos y la necesidad de una unidad total de los sectores democráticos.
Al producirse una vacante absoluta del Presidente de la República durante los primeros cuatro años del periodo constitucional, se obliga a la convocatoria a una elección de un nuevo Presidente de la República en los 30 días siguientes, para completar el periodo constitucional en curso.
Ello indica que ese Presidente sería elegido para un lapso de dos años y medio aproximadamente.
En el marco de la crisis existente, y dada la magnitud de la tarea que debe acometerse, ese debería ser un presidente para una transición.
A los fines de lograr exitosamente la convocatoria del referéndum revocatorio presidencial, debemos promover los siguientes acuerdos e iniciativas:
1. Acordar la activación del Referéndum Revocatorio Presidencial en el tiempo más breve posible en términos políticos y jurídicos.
2. Promover un o una estadista para otorgarle la tarea, por un acuerdo político de todos los partidos democráticos y sectores sociales, de ser presidente de la republica para la transición.
Si activamos el referéndum revocatorio presidencial, no habrá tiempo para convocar unas elecciones primarias, que nos permita seleccionar un candidato entre los liderazgos que se promueven para la conducción del país. Recordemos que revocado el Presidente debemos ir a elecciones en 30 días.
3. El candidato presidencial de consenso será elegido para completar el periodo constitucional en curso, es decir seria presidente hasta Diciembre de 2018, cuando será la elección del presidente para un nuevo periodo constitucional.
4. Dicho presidente de transición no se podrá presentar como candidato a las elecciones presidenciales de Diciembre de 2018.
5.- Dicho presidente deberá ordenar la administración, las finanzas públicas y reactivar la economía, en base a un programa para la transición que deben acordar los partidos políticos democráticos.
6. Los partidos políticos representados en la Asamblea Nacional se comprometen en paralelo, y durante el periodo de la transición a lograr los siguientes cambios constitucionales:
6.1. Reducción del Periodo Constitucional a 5 años.
6.2. Establecimiento de la No reelección absoluta del Presidente de la República.
6.3. Establecimiento de la doble vuelta presidencial.
6.4. Eliminación de la reelección indefinida de gobernadores y alcaldes.
6. 5. Restablecer el parlamento Bicameral.
6.6. Revisión de los demás poderes públicos.
7.- Cumplida esa transición los partidos y liderazgos democráticos pueden iniciar una etapa política de mayor competencia y pluralidad.
Con ese marco debemos activarnos todos para logara un revocatorio exitoso.
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