ALICIA FREILICH / ALIFREI@HOTMAIL.COM
19 DE NOVIEMBRE 2016 - 11:01 PM
No se requiere ser vidente, títulos especiales ni ser superdotado para saber de antemano que los totalitarios son maestros en el arte de la trampa política. Solo se necesita conocer, así sea por pastillitas, la historia del siglo XX, pero ese trámite no está en la cabeza de los políticos que fueron al fulano diálogo. Mataron al tigre y como le tuvieron miedo al cuero llamaron o propiciaron que el cura de la parroquia llegara para pusiera orden, apaciguara, para que todo siga igual o peor. Consolidaron por ahora al régimen chavista, suicidio que no arrastra al conglomerado venezolano porque si algo bueno ha traído todo lo malo en estos veinte años, ha sido la maduración política de eso que llamamos pueblo. El pueblo ha crecido mentalmente sí, pero no por estudios políticos en bachillerato y universidades, pues me consta muy personalmente que ya desde los años democráticos las nuevas generaciones eran indiferentes al quehacer gubernamental y no le daban importancia a los peligros que acechaban a la venedemocracia.
Creció a costa de golpes, humillación, espionaje, amenaza, mentira, manipulaciones, cárcel, hambruna, cementerio, crimen organizado y fomento del caos para perpetuarse en el poder, ordenados desde La Habana vía Fuerte Tiuna y Miraflores.
Para colmo, los partidos políticos pioneros de la democracia representativa sucumbieron ante el militarismo castrista pero continuaron la práctica de sus errores y mañas, rechazando sugerencias y críticas que les advertían sobre la enorme diferencia entre dictaduras tradicionales, bananeras o no, y el populismo conjunto de la derecha militar golpista unido a la siniestra y oportunista izquierda resentida por sus fracasos anteriores. Fuimos calificados de opinantes cómodos, tecleadores parásitos de compus, faltos de academia, buscadores de fama, en fin, descalificaciones y el asunto sigue.
Adhiero el criterio de formar un urgente mecanismo integrador multidisciplinario que restituya los mandatos constitucionales, un Frente Institucional Democrático, FID o como se llame, que logre unificar desde VP, ABP, Vente y lo que resta del decente AD, quizá de los Copei, el respeto y la confianza perdidos hacia la dirigencia opositora y fomente lo único funcional contra el totalitarismo chavista. La desobediencia cívica. De cómo se logra este aparente milagro, es precisamente producto de legisladores, juristas, dirigentes, sin excepción representantes de gremios y sindicatos sobrevivientes, iglesias y militares retirados con biografía completamente limpia. El saldo del nefasto régimen presente en Marea Socialista debe ser integrado si públicamente se desligan de su pasado chavista y desean formar una nueva izquierda democrática.
Ya dirán que los opinadores de oficio somos una cuerda de vagos fantasiosos, que aconsejan pero no ayudan. Informar, orientar y opinar es nuestra labor y nadie nos chantajea, ni soborna, ni convence de lo contrario. Traemos un bagaje profesional a la vista y revisión de quienes necesiten verificarlo. Tenemos oídos que escuchan, ojos que ven, estudio que sustenta, piel que siente, intuición que presiente, compara y comunica. El periodismo auténtico, a todo riesgo y económicamente siempre mal remunerado, como el cariño verdadero, no se compra ni se vende. Lo dice aquel bello pasodoble nunca antes mejor cantado.
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