Por José Gregorio Martínez / Caracas / noticias@laverdad.com
Politóloga Ruth Guerrero sostiene que hay mayor preocupación por la inseguridad y escasez que por el respeto a la memoria del líder. El Gobierno intenta mantener el mito de Chávez y fusionarlo con la gestión de Nicolás Maduro, y Capriles busca que el Gobierno ponga los pies en la tierra
La solución a los problemas del país se debate entre el misticismo oficialista y el pragmatismo de la oposición. La guerra al hampa, el desabastecimiento y la inflación se desarrollan en escenarios distintos en ambos extremos ideológicos. Mientras el Gobierno vuelve a poner en el campo de batalla al “líder supremo”, ahora como amuleto o distracción, el líder de la oposición busca bajar a sus adversarios al plano terrenal.
Henrique Capriles hizo alusión al expresidente Hugo Chávez la semana pasada en un encuentro con simpatizantes opositores, transmitido a través de Capriles.tv., criticando que lo llamen “el jefe supremo”. “¿Qué es eso? (…) le dicen el comandante galáctico. Nadie va a venir del más allá a resolvernos los problemas”.
No tardó Ernesto Villegas, exministro de Comunicación e Información en responder: “¡Qué falta de respeto la de ese muchachito (…)Lo vemos decir esto en un irrespeto sistemático a la memoria del Comandante Chávez. Irrespeto que también se vistió en algún momento de reconocimiento, de ganas de borrar todo el pasado de injuria, de agravios que le prodigó la derecha venezolana”.
Pragmatismo y soluciones
Para la politóloga Ruth Guerrero, cada sector hace lo que le corresponde. El Gobierno intenta mantener el mito de Chávez y fusionarlo con la gestión de Nicolás Maduro, mientras Capriles interpreta el sentimiento de un colectivo importante de la población que quiere el Gobierno ponga los pies en la tierra y se dedique a resolver los verdaderos problemas.
“Creo que sin faltar el respeto Capriles trata de hacer que el Gobierno pise el suelo, mientras el sector oficialista se refugia en su mito. Nunca el PSUV ha dejado que pierda vigencia la imagen de Chávez. Incluso antes de su muerte empezaron a colocar su rostro en las obras, en los membretes de documentos oficiales, etc para manejarlo en el colectivo del venezolano como un mito más que se ha mantenido pero al Gobierno no le ha servido”.
Asegura la analista que borrar el mito de Chávez de la memoria del venezolano es “imposible”; sin embargo, es algo que se desvincula de los problemas a los que la población exige respuesta, y es por esto que hasta el momento Maduro no ha logrado sacarle el provecho que esperaba.
“El venezolano mantiene vivo en su memoria el mito pero a la vez es muy pragmático y busca soluciones en una gestión que aún no se las ha dado. Entonces, no es posible fusionar el prestigio de ese mito con una gestión que no ha mostrado eficiencia”.
Capriles ileso
Resalta que en esta lucha entre lo pragmático y lo imaginario hay un ganador indiscutible. Más allá del tema de que Capriles le haya faltado o no el respeto a la memoria de Chávez, lo que realmente preocupa a la población es la crisis eléctrica, la inseguridad, el desabastecimiento. “El venezolano no tiene tiempo para estar preocupándose por héroes o mitos”.
¿Tendrá esto alguna repercusión negativa para Henrique Capriles? “En lo absoluto”, responde Ruth Guerrero, quien estima que una parte de la población está de acuerdo con el planteamiento del líder opositor y la otra parte tiene otras cosas más importantes por las cuales preocuparse.
Sin embargo, concluye que el Gobierno insistirá en el tema, ya que está obligado a usar el mito de Chávez como una “tabla de salvación”, más allá de que le genere ganancias o no. Considera que si no saca provecho inmediato de la imagen del expresidente, seguramente le dará resultados a largo plazo.
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