Tuesday, August 27, 2013

Maquiavelo vivo

En: http://www.eluniversal.com/opinion/130827/maquiavelo-vivo

RICARDO COMBELLAS| EL UNIVERSAL
martes 27 de agosto de 2013 12:00 AM
Con motivo de cumplirse quinientos años de la publicación de El Príncipe de Nicolás Maquiavelo, han proliferado los estudios y reflexiones sobre el gran florentino. Realmente Maquiavelo, a diferencia de otros clásicos de la política, no sólo se cita o se le rinden cultas referencias, sino que efectivamente se lee. Es en este sentido un autor vivo, absolutamente vivo, donde cada generación abreva y saca de su manantial de ideas reflexiones para el pensamiento y también para la acción, lo cual es un atributo excepcional que muy pocos teóricos de la política comparten. Por supuesto que ya no lo apreciamos como el Satán personificado, como tal lo leyeron los primeros que se acercaron a su obra, surgiendo así la leyenda del antimaquiavelismo, suerte de impostura del mal dentro del hacer político, una postura por lo demás profundamente hipócrita, pues los príncipes de entonces, aunque bañados permanentemente en agua bendita, seguían con crudeza y sin escrúpulos, a su manera, las lecciones del "viejo Nicolás" para destruir, muchas veces con crueldad, a sus enemigos.

Nuestro Maquiavelo de hoy, en esta época profundamente secularizada, es apreciado y ensalzado con honores y lisonjas, por lo demás, bastante justas, como es el hecho de ser reconocido unánimemente como el fundador de la ciencia política moderna. De entrada yo destacaría tres aspectos de la obra del florentino. Para comenzar la revalorización de su obra a partir de la difusión de su libro más relevante, Discursos sobre la primera década de Tito Livio, curiosamente poco difundido durante mucho tiempo, no solo en nuestro idioma, una obra por lo demás póstuma, donde se explaya ampliamente la riqueza de su pensamiento.

El segundo aspecto que yo destacaría es la escuela de Maquiavelo, el realismo político, donde el ser, la causalidad del cómo suceden realmente las cosas, el mundo conflictivo de la política, con sus vicios, sus virtudes y pasiones, en tanto objeto fundamental de estudio del analista más allá de las buenas intenciones y la idealidad benevolente que no necesariamente, sino, por el contrario, muchas veces nos conduce por los caminos de la insensatez y el mal gobierno. Llámelo usted realismo o neomaquiavelismo, nuestro autor ocupa un lugar estelar en esta corriente teórico-metodológica del pensamiento político.

El tercer aspecto es el más esplendoroso, es el brillo de Maquiavelo, y no es otro que su republicanismo. No fue el único gran republicano de su tiempo, pero es el más leído y con mucho el más influyente. Maquiavelo se inspira en el republicanismo antiguo, lo aggiorna y lo lanza a la modernidad con tal fuerza, que los discípulos del florentino se proyectan y generan a su vez influencia sobre las más diversas formas de ver la política en la modernidad y la contemporaneidad. Así, para citar unos pocos, tanto Rousseau como Harrington, Jefferson y Bolívar, y en nuestro tiempo Arendt y Gramsci, son tributarios de la profunda corriente de ideas surgidas de la mente de Maquiavelo.

Alguien dijo alguna vez que si Dante era el primer italiano, no deberíamos olvidar que Maquiavelo era el segundo. Para nosotros, politólogos y políticos, amén de sencillos ciudadanos, con todo respeto por los poetas, Maquiavelo es mucho más que italiano, es el universal padre de nuestra ciudad republicana.

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