Monday, August 19, 2013

Por qué fracasa el régimen madurista?

En: http://www.eluniversal.com/opinion/130819/por-que-fracasa-el-regimen-madurista

MIGUEL BAHACHILLE M.| EL UNIVERSAL
lunes 19 de agosto de 2013 12:00 AM
Más allá de algún pronóstico prejuiciado propio del debate político, la gente siente en carne viva cómo siguen acrecentándose las grietas sociales que reducen sus perspectivas de progreso. ¿Qué significa ello? Que vivimos en un escenario nacional encrespado mientras el Gobierno se ocupa de los rasgos superficiales. Persiste en negar las fallas medulares del "de más abajo" porque resaltarlas le resulta "políticamente inconveniente". Entretanto malgasta el tiempo y dinero en escenarios idílicos para la televisión, como "el Bolívar" recorriendo las calles del centro de Caracas en caballo blanco con la espada a mano alzada para entregarla a Maduro ¿Se mitiga con ello la estratificación y el demérito general que carcome al país?

Si el imitador persiste con la misma actitud asumida por "su padre" a lo largo de 14 años y niega poner en claro el paisaje conflictivo del actual contexto social, sin indagar sobre los factores erosivos o pasando por encima de ellos, no queda otro colofón que el fracaso. Los insultos ya no tiene el efecto rebuscado que sirvieron a "su padre" para denigrar de los 40 años. Por el contrario, buena parte de la población los está reivindicando porque percibe al socialismo y la revolución como un salto atrás ya que las fallas sociales de "la cuarta" no tenía las dimensiones colosales de ahora.

¡Va mal, señor Maduro y no se da cuenta! No puede orientarse al vecino con recetas de tiempos remotos. Hay una visible disparidad entre el fantaseado titán histórico y hombre eterno que tanto venera en el también apócrifo "Cuartel de la Montaña" (donde a veces duerme) y las imperiosas exigencias del país. Lo puramente humano, cómo Nicolás define la gestión de Chávez con pasmosa simpleza, no puede ser considerado como valor absoluto sino como una fábula sobrevaluada. Los valores, por contrario, siempre van ligados a contextos sociales y morales definidos en correlación a las necesidades de la mayoría.

La pretensión revolucionaria y bolivariana para que los adolescentes se conformen durante toda su vida, como en Cuba, con esquemas estáticos de corte personalista, hoy ni siquiera tiene resonancia en sociedades ideológica y religiosamente conservadoras como las de los países árabes. Los jóvenes de esa región se niegan a vivir y morir por ejemplo bajo la penumbra talibana. De allí que las revueltas asuman el revelador y esperanzador nombre de "Primavera".

El señor Maduro desconoce que solo la prevalencia del pluralismo permite la expresión simultánea de ideas sociales paralelas y opuestas absolutamente necesarias en toda democracia. Los conceptos que identifican a las sociedades modernas son por naturaleza cambiantes y susceptibles de múltiples acepciones. En ese sentido, Nicolás también va mal. Ofensas, agravios, represión, no dan ganancias políticas sino que, por contrario, atentan contra la dinámica del cambio socio-cultural sostenible.

En menos de 4 meses el señor Maduro, lejos de ganar popularidad, la seguirá perdiendo si insiste en la confrontación irreflexiva y tosca pensando que está instaurando un modelo nuevo con beneplácito popular. Cree estar "aportando lo suyo" para la superación del mal con planteamientos utópicos-pasaditos que son, por ello mismo, imposible de materializar. ¡Va mal, señor Maduro, muy mal! Basta echar una mirada a los hospitales públicos, para no ahondar en el desastre en otros ámbitos de la subestructura como el derrumbe del techo del aeropuerto o el desastre de las refinerías, para concluir que gobernar no significa sostenerse en argucias tontas que, en el fondo, nada revolucionan sino que, por el contrario, involucionan o arruinan.

El venezolano, sobre todo el más pobre, se siente aislado cuando trata de situarse en este colectivismo majadero pues los ritos de adaptación que el régimen pretende imponerle coliden con su impávida cultura democrática. Así pues, el intento por prolongar el devastador paréntesis histórico de los últimos 14 años, lo único que refleja es que el señor Maduro y sus adláteres van mal, muy mal, aunque se nieguen a aceptarlo.

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