JESÚS E. MAZZEI ALFONZO| EL UNIVERSAL
jueves 29 de agosto de 2013 12:00 AM
La última fase de la globalización en el último cuarto del siglo XX, cuando se inicia en forma intensa la globalización financiera se consolidó una cuarta fase del proceso de globalización en general. Para los especialistas en el tema cuyos rasgos característicos se observan la gradual generalización del libre comercio, los mercados hipersegmentados, la presencia de empresas transnacionales que funcionan como sistemas internacionales de producción integrada a pesar de largas distancias, la expansión y en efecto, la considerable movilidad de los capitales, unidad a la persistencia de las restricciones al movimiento de personas (tema interesante en la globalización) y el acceso masivo a la información en tiempo real, gracias al desarrollo de tecnologías de información y comunicaciones más eficientes. Se advierte una notable tendencia a la homogenización de los modelos de desarrollo, aunque con algunas particularidades (no es lo mismo el capitalismo estadounidense que el escandinavo por ejemplo).
La actual revolución tecnológica en el área de la telemática e informática, ha adelantado y profundizado esta subdimensión por lo instantáneo y rápido de los procesos de difusión y procesamiento de datos en las telecomunicaciones, se ha recortado la distancia entre los bienes transables y no transables, así como los servicios y las manufacturas. Esto facilita la gestación de las cadenas globales de valor, que constituyen el arquetipo de la organización productiva del siglo XXI, así como el desarrollo de la inteligencia artificial en la ingeniería genética, los cuales siguen contribuyendo con esta tendencia de cambio continuo. En lo económico, se han ido creando áreas de libre comercio y bloques, afianzándose la interdependencia entre los mercados físicos y financieros del planeta.
La globalización experimentada antes de la I Guerra Mundial fue muy amplia. Pero actualmente ha modificado profundamente, la distribución del poder, las reglas de su funcionamiento, el carácter de frecuencia, complejidad y dimensión de las interacciones, y por último, la capacidad relativa de orientar los procesos. Ejemplo de ello, es el rol de los diversos actores transnacionales que muchas veces poseen mayor capacidad que algunos Estados, en orientar en su beneficio las acciones estratégicas emprendidas. Algunos autores hablan de una sociedad globalizada segmentada hoy en día a una sociedad global integradora en el futuro. Es decir, la comprensión del fenómeno de la globalización tiene importancia, en su parte económica, que está dividida en tres subdimensiones a saber la comercial, la productiva y la financiera. Sobre todo dentro de éste marco, cuando en los últimos años se han intensificado los flujos comerciales y financieros, se multiplicaron los esfuerzos de liberación y de integración económica, de los mercados y la segmentación e internacionalización de la producción.
Por eso, en los mercado financieros desde 1994 hasta el año 2008, con la crisis que la suprime, se llegó a lo que algunos autores llamaron la exuberancia irracional o una hiperglobalización financiera que el mercado no podía manejar y controlar. Por ello, se dieron lugar a iniciativas desde los Estados nacionales, para mejorar el rigor y los fundamentos de la regulación y supervisión financiera, para hacerle un seguimiento a las tendencias y riesgos del mercado financiero internacional.
Por ello, siguiendo a Dani Rodrik, se produjo una paradoja, unos menores costes de transacción en el comercio que requerían unos costes de transacción más altos en las finanzas internacionales, para evitar esta situación y fue todo lo contrario. Con la hiperglobalización financiera se vio que el dinero no podía seguir funcionando de esa manera dentro del sistema de la economía internacional, los diferentes Estados actuaron para corregir la situación y buscar mejorar la gobernanza financiera, un objetivo aún no alcanzado del todo a pesar de la toda la cooperación y coordinación internacional en gestionar mejor el funcionamiento de los mercado financieros internacionales, porque el mercado no lo puede hacer.
En ese sentido se le está no sólo fortaleciendo a los Estados nacionales facultades necesarias para manejar el mercado financiero que no puede funcionar por fuerzas espontáneas e invisibles a la vista de la última gran crisis. Sé deben buscar estructuras de gobernanza global en la subdimensión financiera de la globalización. No será fácil gestionar las tensiones que se produzcan al interior de la economía mundial, pero los responsables políticos no deberían permitir otra crisis con la magnitudes de la del año 2008 o la de las anteriores en los años noventa.
Finalmente, diré que los problemas en el comercio y las finanzas internacionales, surgen de un exceso de globalización -que no es bueno- los cuales no se ha gestionado adecuadamente, ante este reto debemos ir en mejorar esos mecanismos de supervisión y regulación de la globalización en su subdimensión financiera.
La actual revolución tecnológica en el área de la telemática e informática, ha adelantado y profundizado esta subdimensión por lo instantáneo y rápido de los procesos de difusión y procesamiento de datos en las telecomunicaciones, se ha recortado la distancia entre los bienes transables y no transables, así como los servicios y las manufacturas. Esto facilita la gestación de las cadenas globales de valor, que constituyen el arquetipo de la organización productiva del siglo XXI, así como el desarrollo de la inteligencia artificial en la ingeniería genética, los cuales siguen contribuyendo con esta tendencia de cambio continuo. En lo económico, se han ido creando áreas de libre comercio y bloques, afianzándose la interdependencia entre los mercados físicos y financieros del planeta.
La globalización experimentada antes de la I Guerra Mundial fue muy amplia. Pero actualmente ha modificado profundamente, la distribución del poder, las reglas de su funcionamiento, el carácter de frecuencia, complejidad y dimensión de las interacciones, y por último, la capacidad relativa de orientar los procesos. Ejemplo de ello, es el rol de los diversos actores transnacionales que muchas veces poseen mayor capacidad que algunos Estados, en orientar en su beneficio las acciones estratégicas emprendidas. Algunos autores hablan de una sociedad globalizada segmentada hoy en día a una sociedad global integradora en el futuro. Es decir, la comprensión del fenómeno de la globalización tiene importancia, en su parte económica, que está dividida en tres subdimensiones a saber la comercial, la productiva y la financiera. Sobre todo dentro de éste marco, cuando en los últimos años se han intensificado los flujos comerciales y financieros, se multiplicaron los esfuerzos de liberación y de integración económica, de los mercados y la segmentación e internacionalización de la producción.
Por eso, en los mercado financieros desde 1994 hasta el año 2008, con la crisis que la suprime, se llegó a lo que algunos autores llamaron la exuberancia irracional o una hiperglobalización financiera que el mercado no podía manejar y controlar. Por ello, se dieron lugar a iniciativas desde los Estados nacionales, para mejorar el rigor y los fundamentos de la regulación y supervisión financiera, para hacerle un seguimiento a las tendencias y riesgos del mercado financiero internacional.
Por ello, siguiendo a Dani Rodrik, se produjo una paradoja, unos menores costes de transacción en el comercio que requerían unos costes de transacción más altos en las finanzas internacionales, para evitar esta situación y fue todo lo contrario. Con la hiperglobalización financiera se vio que el dinero no podía seguir funcionando de esa manera dentro del sistema de la economía internacional, los diferentes Estados actuaron para corregir la situación y buscar mejorar la gobernanza financiera, un objetivo aún no alcanzado del todo a pesar de la toda la cooperación y coordinación internacional en gestionar mejor el funcionamiento de los mercado financieros internacionales, porque el mercado no lo puede hacer.
En ese sentido se le está no sólo fortaleciendo a los Estados nacionales facultades necesarias para manejar el mercado financiero que no puede funcionar por fuerzas espontáneas e invisibles a la vista de la última gran crisis. Sé deben buscar estructuras de gobernanza global en la subdimensión financiera de la globalización. No será fácil gestionar las tensiones que se produzcan al interior de la economía mundial, pero los responsables políticos no deberían permitir otra crisis con la magnitudes de la del año 2008 o la de las anteriores en los años noventa.
Finalmente, diré que los problemas en el comercio y las finanzas internacionales, surgen de un exceso de globalización -que no es bueno- los cuales no se ha gestionado adecuadamente, ante este reto debemos ir en mejorar esos mecanismos de supervisión y regulación de la globalización en su subdimensión financiera.
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