El jefe de Patología Mamaria del oncológico Razetti, Pedro Martínez Latuff, afirma a ABC de España que Caracas está viviendo la peor degradación del sistema de salud pública de su historia.
Iara Mantiñán Búa/iarambua / Madrid
Pedro Martínez Latuff (Caracas, 1943) lleva 45 años trabajando como cirujano para el Estado venezolano, y afirma que ha vivido «la mejor etapa de la medicina venezolana», la cual define con orgullo como «de primera». Sin embargo, se lamenta al echar la vista atrás y contemplar la degradación de la salud pública de su país en la última década y media. Este profesional ha llegado a lo más alto de su carrera, ya que actualmente es el jefe de servicio de Patología Mamaria del oncológico Razetti, pero tan solo cobra un salario de 840 euros mensuales. Además, no está de acuerdo con la injerencia de sanitarios cubanos en la medicina pública venezolana.
—¿Por qué se producen retrasos en los tratamientos de los enfermos de cáncer?
Porque tenemos un ministerio de Salud catastrófico y porque el Estado administra de manera irresponsable el presupuesto que destina a los centros de salud, ya que los fondos son deficitarios. Antes de la llegada del Gobierno del fallecido expresidente, Hugo Chávez, Venezuela tenía un sistema de salud que funcionaba. Había controles de paludismo, cólera y los equipos de radioterapia no presentaban ningún problema. Pero ahora todo eso ha desaparecido, ha aumentado el paludismo, la fiebre amarilla y el número de casos de gastroenteritis. Es como si borraran todos los avances médicos, conseguidos en décadas, de un plumazo.
—Según datos de la Sociedad Venezolana de Radiología Oncológica:entre 10% y 15% de los enfermos muere a la espera del tratamiento. ¿Estas estadísticas se pueden verificar?
—No lo sé. La Administración debería mostrar cada año un Boletín Epidemiológico en el que se especificase el número de pacientes y las enfermedades que está tratando cada centro médico venezolano. Pero el último publicado fue en 2010.
—¿Los fallos en los equipos de radioterapia se deben a las empresas proveedoras argentinas?
—No. El problema es que el Gobierno no tiene empresas estatales que garanticen un servicio tan básico. Philips Argentina e Invap son las compañías internacionales que proveen los equipos de radioterapia a la empresa venezolana Meditron, encargada de su conservación, pero las máquinas se compran utilizando la cotización oficial del dólar en Venezuela (el cual está a 6,30 bolívares). Por eso se producen los retrasos, porque las cotizaciones son tal elevadas que el Gobierno no tiene suficientes recursos para pagarlos al momento.
—¿Qué opina sobre propuesta del Gobierno de crear una empresa propia para el mantenimiento de las máquinas?
—Sinceramente, dudo mucho que eso ocurra. Hace unos años la mayoría de empresas internationales que se dedicaban a la salud tenían su sede en Venezuela, como Siemens International, ahora muchos de lo laboratorios médicos se han ido a otros países, tales como Colombia. En Venezuela ya no hay inversión.
—¿Y las imágenes que hemos visto hace poco donde aparece un bebé en una caja de cartón porque no había incubadoras en el hospital?
—Se debe a la falta de recursos y de personal. Muchos médicos han emigrado a otros países como España, porque en Caracas los sanitarios cobran menos que una empleada doméstica. (La Federación Médica Venezolana informa que 7.000 profesionales han emigrado en la última década).
—¿Cuánto cobra un médico en Venezuela?
—Le puedo comentar mi caso. Llevo 45 años graduado, tengo tres postgrados, un puesto como jefe de servicio que es el escalón mas alto del sistema de salud y no llego a los 7.000 bolívares al mes. (840 euros).
—¿Los médicos cubanos cobran más que los venezolanos?
—Por supuesto. A ellos se les paga una cuota en dólares para sus gastos y el resto se le ingresa al Gobierno cubano. He de decir que trabajan con una gran falta de profesionalismo y con métodos anticuados. Además, los cubanos están trayendo el cólera para Venezuela. Recientemente se han dado cuatro casos de venezolanos que han ido a Cuba y han vuelto enfermos de cólera. A esto se le suma el caso de Alfredo Gómez, cubano de nacimiento que ejercía de profesor en una escuela secundaria de Nueva York, y que contrajo la enfermedad del cólera durante una visita familiar a La Habana este verano.
—¿Qué opina de la injerencia cubana en la medicina venezolana?
—Que es un absoluto desastre y el inicio de todos los males en Venezuela, que muchos de ellos no son profesionales ni están lo suficientemente formados y que no entiendo cómo cobran más que los propios médicos venezolanos.
—¿Cuántos sanitarios cubanos hay en el Estado de Venezuela?
—Alrededor de 30.000, etre médicos, dentistas, fisioterapeutas…
—¿Considera que dados los déficits de la sanidad pública, muchos venezolanos ven los centros privados como la única alternativa?
—Te dire que de las casi más de 30.000 camas que tiene el Estado, alrededor de unas 7.500 están en hospitales privados. Estos centros están repletos de pacientes y tratan a más del 40% de los enfermos del país. Sin embargo, el propio Gobierno les pone trabas a la hora de conseguir equipos y mejorar su funcionamiento
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