Eduardo Fernández
¡Claro que hay salida! La respuesta a esta pregunta no puede ser
sino un rotundo y contundente Sí: los problemas de Venezuela tienen salida y
está en nuestras manos, en manos de todos los venezolanos, enfrentar y
encontrar solución a esos problemas
¡Claro que hay salida! La respuesta a esta pregunta no puede ser
sino un rotundo y contundente Sí: los problemas de Venezuela tienen salida y
está en nuestras manos, en manos de todos los venezolanos, enfrentar y
encontrar solución a esos problemas.
Lo primero es terminar de construir una alternativa democrática frente al actual gobierno. La oposición ha logrado rozar el 50% de los votos. Es decir, que sumando los electores que votan contra el Gobierno y los que votan por la oposición, hemos llegado ya a la mitad de los electores. Las encuestas más confiables parecen indicar que a la fecha de hoy somos más los venezolanos que militamos en las filas del cambio que los que se mantienen en las filas del continuismo.
Lo primero es terminar de construir una alternativa democrática frente al actual gobierno. La oposición ha logrado rozar el 50% de los votos. Es decir, que sumando los electores que votan contra el Gobierno y los que votan por la oposición, hemos llegado ya a la mitad de los electores. Las encuestas más confiables parecen indicar que a la fecha de hoy somos más los venezolanos que militamos en las filas del cambio que los que se mantienen en las filas del continuismo.
Sin embargo, como ciudadano de a pie sigo esperando que la oposición termine de dar un salto cualitativo para que se convierta en una verdadera alternativa de gobierno. Para eso es indispensable, entre otras cosas, definir la visión del país que se quiere construir para sustituir el proyecto que se nos ha ofrecido en los últimos quince años.
La mayoría que prevaleció durante los años de la democracia bipartidista y que mantuvo su vigencia por casi cuatro décadas, declinó en 1993 y fue sustituida por una nueva mayoría inspirada en el liderazgo de Hugo Chávez, a partir de 1999. Esa mayoría parece estar entrando en su fase final. Agotado su discurso y agotada la paciencia de los venezolanos con la cultura de la confrontación que ha prevalecido en los últimos quince años, el país está preparado para que surja una nueva mayoría con un gran proyecto de reconciliación nacional y de promoción de nuevos consensos que nos permitan avanzar hacia metas ambiciosas de progreso, desarrollo y bienestar.
Venezuela cuenta con los recursos humanos y materiales necesarios para salir con éxito de esta coyuntura. Pienso que los dos problemas más importantes que tenemos que superar son la fractura de la unidad de la sociedad venezolana y el reto de dominar el petróleo para que no nos siga imponiendo un modelo de desarrollo rentista que tanto daño nos ha hecho.
Promover nuevos consensos y dominar el petróleo son las dos grandes tareas del presente y del futuro. Acerca de ellos comentaré en próximos artículos.
Seguiremos conversando.
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