Tuesday, June 28, 2016

Cuánto falta para salir de esta pesadilla?

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Thays Peñalver

Muchos me preguntan ¿cuánto falta? Lo primero que siempre les digo es que hay que dejar de analizar lo que ocurre desde nuestra postura liberal. Es decir dejar de asumir que la culpa es de “un Modelo Económico errado” o de “un mal gobierno” porque se trata de un Modelo Político que busca destruir nuestro orden social y económico, es decir el Capitalista/Liberal.

En nuestra mentalidad liberal, esta destrucción diaria que vivimos y sufrimos, el desabastecimiento, las colas etc. las percibimos como una “derrota del socialismo”, pero en su mentalidad, ellos creen estar ganando al destruir el modelo anterior y las colas, el desabastecimiento etc. no son otra cosa que las consecuencias lógicas de la transición al modelo socialista. Maduro y su combo, que viven aislados retroalimentándose todo el día con socialismo, ven todo esto como meros efectos secundarios pasajeros y los muertos por falta de medicinas, como simples “daños colaterales” en su guerra de liberación contra las transnacionales.

Demos algunos ejemplos de lo que ocurre en la cabeza de los revolucionarios. Cuando el INE nos dice que el 1998 habían 611.803 empleadores y para Abril del 2016 sostiene que quedan apenas 264.909. Nuestra mentalidad liberal trata de reclamarle al “mal gobierno” que han arrasado con el 60% de la capacidad empleadora privada. Pero para el grupo de gobernantes alienados por el comunismo desde los 15 años, lo que nosotros vemos como una monstruosa derrota, ellos lo ven como un tremendo éxito, ellos piensan que apenas les queda por eliminar entre un 10 y un 15% de lo restante, pues están dispuestos a quedarse con la empresa pequeña.

Cuando el Presidente de Conindustria, alarmado sostiene que han cerrado dos tercios de las empresas industriales, ellos abren botellas de champaña para celebrar que apenas les queda un tercio que destruir y así con todo, “apenas nos queda el 25% del sector agropecuario privado”. ¿Qué han emigrado el 60% de los médicos? Pues en su trastornada mentalidad comunista eso significa un rotundo éxito, haber desarmado la mentalidad “capitalista” de la medicina venezolana.

Y es que para entender cuanto falta, es también necesario comprender que fue lo que permitió que esto ocurriera, no solo en Venezuela. Pues creemos que el derrumbe de los partidos políticos era algo propio de nosotros, sin tomar en cuenta que se trataba  de un fenómeno global y masivo, a tal nivel que hay mas afiliados a la Sociedad de Conservación de pájaros del Reino Unido, que la suma de afiliados a todos los partidos políticos. Y este hastío sobre los partidos tradicionales, ha posibilitado hoy el Brexit, tanto como posibilitó el surgimiento y ascenso en España de Podemos, en Portugal a los neocomunistas, en Grecia a Syriza, en Italia a Beppe Grillo y en toda America Latina al Foro de Sao Paulo, siendo el hastío tal, que por primera vez un marxista reconocido como Bernie Sanders obtuvo 1.879 delegados en el Partido Demócrata de Estados Unidos y su contraparte es ese excéntrico multimillonario que amenaza con irrumpir al escenario mundial.

El asunto de la gente que nos gobierna es tan simple, como escalofriante. Porque el fin del comunismo Europeo (URSS, Alemania del Este etc.) y Asiáticos, no significó en lo absoluto que los modelos que venían ascendiendo en otras partes de Europa y particularmente en América sintieran que había que corregir el rumbo en 1991. Por otra parte la crisis financiera global, de la cual hoy observamos sus profundas implicaciones políticas universales, le dio sustento moral a las posturas revolucionarias. Y quizás lo más lamentable para Suramérica, es que el aumento del precio de las materias primas, un subproducto de la misma crisis financiera, le dio sostenibilidad económica, sensación de funcionamiento pleno a tales posturas revolucionarias.

De modo que para quienes me preguntan ¿Cuánto falta para salir de este proceso? Pues les comento que Nicolás Maduro es incidental. Simple, todo proceso revolucionario tiene un comienzo, un auge y consolidación, entra en estancamiento, ocurre la fractura productiva, sobreviene el periodo especial en el que los habitantes pasan verdadero trabajo, el liderazgo entra en fase de estudio y culmina en una apertura lógica, que no es necesariamente democrática, a los mercados. Esto ocurrió en todos y cada uno de los experimentos socialistas del planeta y en todos ocurrió la gran apertura china, la Perestroika, el Doi Moi vietnamita y nadie puede ocultar los enormes beneficios que esos países obtuvieron de volver al modelo capitalista.

 ¿Dónde nos encontramos nosotros hoy? Pues por primera vez estamos frente a un futuro optimista. La revolución socialista venezolana tiene una carencia total de liderazgo y solo se sostiene por las desvencijadas instituciones que controla. El planeta entero hoy observa de primera mano y en primera fila con mucha preocupación lo que acontece en Venezuela, vigilan cada paso en falso del chavismo que se traduje en violación reiterada de la Constitución, han recibido en su propia cara el discurso insolente y primitivo en la casa que preserva la democracia en las Américas y lo mejor de todo hoy podemos hacernos esta pregunta: ¿Dónde estábamos políticamente hablando los venezolanos exactamente hace un año? ¿Qué teníamos para enfrentar a un régimen corrupto y violador de los Derechos Humanos? ¿Nuestra rabia, nuestra indignación? Es probable pero necesitábamos algo más importante y contundente y después de muchos años sin nada en las manos para luchar lo logramos, el hecho de haber ganado la Asamblea Nacional se les acabó el único elemento que cohesionaba a los países en defensa de la Revolución Bolivariana y ese elemento era  “el favor popular”.  Ya la Revolución no se puede escudar tras la retórica de “somos mayoría” porque hoy, muy probadamente en las urnas, son una exigua minoría. A esto hay que sumarle que tras la caída de los precios del petróleo, cayeron también todos los escenarios de utilería que habían construido para esconder la pobreza. Cayendo uno tras otro, los supuestos “logros de la revolución” esas mentiras con las que Hugo Chávez cual iluminado de circo, engaño a muchos aquí y en el exterior.

Contemos pues nuestras bendiciones, que las tenemos. Si hemos soportado diecisiete capítulos de este pésimo libro pues no nos perdamos el capítulo final, que ya podemos contar por meses. De esta crisis ha emergido una sociedad civil mucho más consciente, nuestra comunidad empresarial ha sufrido lo indescriptible y aún así, jamás se han arrodillado. Independientemente de toda crítica razonable, el cuerpo político opositor actúa como un solo engranaje y si bien es cierto que este periodo especial, en el cual ya nos encontramos y que significa el final de la Revolución, va a ser severo, de este emergerá un cuerpo político y social fortalecido.

Como he dicho en muchas oportunidades, quizás aun sea muy temprano para entender que Venezuela siempre ha sido pionera en lo político y que estamos saliendo de un ciclo histórico, cuando otros siquiera están entrando como es el caso de España o como será sin lugar a dudas el caso colombiano. ¿Cuánto falta hermanos venezolanos?

"Falta poco...

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