César Miguel Rondón
El oficialismo, a través de todos sus
medios, le da mucho despliegue, pretendiendo que esta sea la noticia del
día, a unas declaraciones de Didalco Bolívar. Últimas Noticia las asume como el gran titular de hoy:
“Plantean disolver la Asamblea. Didalco Bolívar dijo que el Gran Polo
Patriótico solicitaría a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia la abolición. La petición será por usurpación de funciones,
violación a la constitución y traición a la patria. Convocan a una
movilización el sábado en Caracas en apoyo al presidente Maduro”. El diario La Voz, en Guarenas,
también le dedica su gran titular, advirtiendo en el antetítulo:
“Plantean llamar a nuevas elecciones legislativas.” ¿Por qué esta
noticia no puede tomarse en serio? Pues, porque después de que el propio
Nicolás Maduro y Aristóbulo Istúriz plantearon la disolución de la
Asamblea, y todavía no ha pasado nada, que lo plantee ahora un personaje
menor en la jerarquía chavista como lo es Didalco Bolívar, no tiene
absolutamente ninguna trascendencia. Pero, sobre todo, no se puede tomar
en serio porque, si el argumento es llamar a nuevas elecciones
legislativas, entonces el 100% de los diputados terminarán siendo
diputados opositores. Si el régimen ha hecho lo indecible para impedir
el referéndum revocatorio, porque saben de sobra que no se pueden
someter a ninguna contienda electoral, esta información que divulgan los
medios oficialistas no tiene ningún asidero con la realidad.
Es Ramos Allup el que replica. Informa Tal Cual: “Vamos
a abrir otra vez el proceso de postulación de magistrados.” Y llama al
diputado oficialista Pedro Carreño a que se inscriba en el proceso que
busca revocar a los magistrados electos por el chavismo en diciembre.
¿Quiénes son esos magistrados de última
hora o magistrados express? Los de la Sala Constitucional: el inefable
Calixto Ortega y Luis Damiani Bustillos. Éste, según El Nacional, es
el ponente del Psuv contra las firmas del revocatorio: “El magistrado
Luis Damiani Bustillos determinará si la MUD cumplió los trámites
legales o incurrió en un gran fraude como ha alegado el Alcalde Jorge
Rodríguez con la intención de impedir que se pueda realizar el
referéndum este año”. Otro obstáculo, otro estorbo que, dado el ímpetu y
la decisión demostrados recientemente por la abrumadora mayoría de los
venezolanos, seguramente no llegue a nada.
Volvamos a Ramos Allup. En la sede de la Guardia Nacional ayer hubo un acto de desagravio. En fotografía de primera página en el Correo del Orinoco
se puede ver, en Villa Zoila, al alto mando del componente en parada
militar. La leyenda que acompaña reza: “Repudio a las ofensas. La
Guardia Nacional Bolivariana ratificó su lealtad a la Constitución
Nacional, al Presidente Maduro, a la revolución bolivariana y al pueblo
venezolano ante el reiterado atropello de parlamentarios de la derecha
contra ese componente”. Esto a propósito de las fuertes opiniones de
Ramos Allup contra la Guardia Nacional. El General Reverol, su
comandante, expuso: “Su lenguaje prosaico y chapucero es producto de la
descomposición del lodazal de donde viene que lo aleja de representar a
los venezolanos que lo eligieron el pasado 6 de diciembre”. Y más
adelante: “Acusar de contrabandistas y periqueros a nuestros efectivos
militares es un acto de cobardía extrema, sobre todo cuando su techo de
vidrio está a la luz pública”.
Lamento mucho, general Reverol, informarle que, mientras usted dice eso sobre los contrabandistas y periqueros de la Guardia, hoy en el portal Aporrea –no
precisamente de la oposición de derecha– se lee: “El Ministerio Público
imputará en las próximas horas ante el Tribunal Quinto de Control del
Estado Vargas, al Primer Teniente y Sargento Mayor de la Guardia
Nacional Bolivariana, Higmar Vivas Peña y Jimmy Useche Méndez,
respectivamente, tras el decomiso de 600 kilos de cocaína en una avión
de la línea Aeromexico. El alijo fue incautado el pasado jueves 16 de
junio en el aeropuerto internacional de la ciudad de México, procedente
de Venezuela”.
¡Qué pena que la realidad aplaste toda la posible credibilidad de sus palabras, General Revero
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