Flaviana Sandoval
El 23 de Junio, en un referéndum histórico, el Reino Unido votó en favor de separarse de la Unión Europea. Con un 51.9% del apoyo, equivalente a casi 17 millones y medio de votos netos, la campaña Leave obtuvo el triunfo que saca a Gran Bretaña de la UE. La campaña pro Europa obtuvo un total de 16.141.241 votos (48.1%). La brecha mínima entre las dos opciones reveló un país virtualmente dividido respecto a su membresía europea, y plantea el reto de unificar al pueblo británico en el nuevo escenario que ahora enfrenta el país.
Es la primera vez que un estado miembro toma la decisión de separarse del bloque europeo, por lo que todavía hay mucha incertidumbre en torno a lo que sucederá en los próximos días, y cómo avanzará el proceso de separación.
El Parlamento Europeo convocó una reunión extraordinaria para el próximo martes 28 de junio, para discutir los resultados del referéndum. En virtud de los resultados, Martin Schulz, presidente del cuerpo legislativo europeo, llamó a una “rápida y clara negociación de salida”.
Por su parte, la canciller alemana Ángela Merkel, lamentó la decisión del Reino Unido de abandonar el bloque europeo, pero aseguró que la UE tiene la fuerza necesaria para encontrar “las respuestas correctas” frente a la difícil situación. Merkel invitó al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, al presidente francés François Hollande y al Primer Ministro de Italia, Mateo Renzi a Berlín, donde sostendrán un encuentro el lunes 27 de junio, previo a la reunión del Parlamento Europeo.
Si había alguna duda sobre el impacto económico de la separación de Reino Unido de la UE, se disipó en cuestión de horas. No se habían terminado de contar los votos cuando ya los mercados globales reaccionaban negativamente ante la posibilidad de un triunfo de Brexit. Según lo reportó la BBC, la libra esterlina cayó a 1.3305 respecto al dólar americano: su menor valor desde el año 1985. Nunca antes la moneda británica había registrado una caída semejante en un solo día: una reducción de más del 10% frente al valor de 1.50 que ostentaba poco antes de que empezaran a conocerse los resultados de la votación.
Negociar la separación
El pueblo británico decidió, y ahora comienza el proceso formal de separación entre el Reino Unido y la Unión Europea. Le corresponde al gobierno británico notificar formalmente al Consejo Europeo sobre la decisión de retirarse del bloque, y solicitar la activación del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que establece un período de dos años para adelantar la negociación de los términos de salida.
En ese tiempo, Reino Unido y la UE deberán acordar detalles respecto al tipo de relación que mantendrán una vez que se formalice la separación, incluyendo aspectos como la inmigración, el control fronterizo, las relaciones comerciales, etc. El período de negociaciones puede extenderse si cuenta con la aprobación unánime de los 27 estados miembros de la UE; de lo contrario, el acuerdo debe entrar en vigencia al cumplirse los dos años de negociaciones.
Durante la campaña del referéndum, el Primer Ministro británico David Cameron había asegurado que, en el caso de un triunfo del Brexit, procedería inmediatamente a solicitar la activación del Artículo 50 para iniciar las negociaciones de salida con la UE. Sin embargo, frente a la inminente retirada de Gran Bretaña del bloque, parece que los tiempos han cambiado.
En una rueda de prensa desde la residencia oficial del Primer Ministro, Cameron anunció que no liderará las negociaciones de salida con la Unión Europea, pues considera que dados los resultados del referéndum, el país ahora requiere un “liderazgo fresco”.
Cameron afirmó que se mantendrá en el cargo durante los próximos meses, para tratar de mantener una mínima estabilidad en el país. Aunque no puso una fecha exacta a su renuncia, aseguró que el nuevo Primer Ministro deberá estar en posesión del cargo para el inicio de la Conferencia del Partido Conservador, que se celebra en el mes de octubre.
Será al nuevo Primer Ministro a quien le corresponderá solicitar la activación del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, y liderar las negociaciones de salida con la UE. Se espera que la renuncia de Cameron desate una batalla por el liderazgo dentro del Partido Conservador, con Boris Johnson, ex alcalde de Londres y una de las figuras más prominentes de la campaña Leave, como uno de los candidatos obvios para ocupar el cargo.
¿Escocia independiente?
Los resultados volvieron a poner sobre la mesa el controvertido tema de la independencia escocesa. Individualmente, Escocia votó en favor de permanecer dentro de la UE, 62% contra 38% del voto a favor de la separación. En rueda de prensa en la ciudad de Edimburgo, la ministra escocesa Nicola Sturgeon, dijo que un segundo referéndum sobre la independencia de Escocia era “altamente probable” a la luz de los resultados de la consulta popular sobre la permanencia en la UE.
El más reciente manifiesto del Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés) establece que Escocia tiene el derecho a realizar un segundo referéndum sobre su independencia si se presenta algún “cambio significativo” en las circunstancias que existían durante el referéndum del 2014. La salida de Reino Unido de la UE, con el voto mayoritario escocés en contra, sin duda representa un cambio en dichas circunstancias.
“Escocia ha entregado un voto fuerte e inequívoco en favor de permanecer en la UE. Esto deja claro que los escoceses ven su futuro como parte de la UE”, afirmó Sturgeon, y agregó que ante la decisión de Gran Bretaña de retirarse del bloque, “un segundo referéndum debe estar sobre la mesa, y lo está”.
El triunfo de Brexit pone en evidencia la ansiedad que tiene el pueblo británico respecto a temas como la inmigración y el terrorismo, incluso por encima de la economía, que fue el pilar central del argumento en favor de permanecer dentro de la Unión Europea. Sin embargo, no es poca cosa que casi la mitad del electorado haya votado en favor de permanecer en el bloque. Una de las tareas del nuevo liderazgo nacional que suplantará a David Cameron deberá ser dar cabida, dentro del proceso de separación de la unión, a estas voces pro europeas.
Quedan pendientes las alertas. Como la que el presidente norteamericano Barack Obama hizo al pueblo inglés cuando lo instó a permanecer en la Unión Europea. Fue muy tajante al decir que, de separarse del bloque, el Reino Unido sería “el último de la fila” en la negociación de cualquier tratado de comercio con Estados Unidos, en coincidencia con los diez premios Nobel de economía que, en carta abierta aseguraron que la salida de Gran Bretaña de la UE, crearía gran incertidumbre respecto a los futuros acuerdos de comercio de la isla con el resto de Europa y con mercados importantes como Estados Unidos, Canadá y China.
Por lo que a partir de ahora, Gran Bretaña entra en un período de gran incertidumbre, especialmente en lo económico. Una vez fuera de la UE, la isla deberá reacomodar y levantar su economía de forma independiente, sin el cobijo y el enorme poder de negociación que ofrece el mercado único europeo con sus 500 millones de consumidores. Además tendrá que enfrentar también la reacción de una Europa que acaba de ser rechazada, y que posiblemente endurecerá sus posturas en el marco de las negociaciones de separación.
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