Gustavo Coronel
La
burla de las comadres del CNE, la negativa a elecciones regionales,
niños recién nacidos en cajas de cartón, gente comiendo basura, el
colapso de PDVSA, la ruina financiera, el narcotráfico a los más altos
niveles, la corrupción demostrable y demostrada en empresas del estado y
ministerios, ese cuadro general de descomposición exige la inmediata
salida del régimen de Maduro. Si queremos conservar los restos de
dignidad que nos quedan como nación debemos expulsarlos sin demora del
poder.
La
rebelión, la confrontación en contra de un régimen forajido no solo es
un derecho ciudadano sino un deber que hemos demorado en ejercer durante
años. La constitución en vigor contiene los artículos que permiten y
que, más que permitir, exigen la acción ciudadana. La culpa de la
tragedia venezolana está tanto en los hombros de la pandilla de
forajidos como en los hombros de la ciudadanía que no ha sabido ejercer
sus derechos y deberes. Por ejemplo: Maduro es ilegítimo y está en la
presidencia. Le corresponde probar que no tiene doble nacionalidad, pero
nunca hemos querido exigirle esa prueba. Hoy en día las instituciones
esenciales del estado están en manos de personas que violan la
constitución: magistrados chimbos, funcionarias electorales corruptas,
poder moral írrito. Esto hay que denunciarlo de una vez por todas, como
nación, mediante una acción unificada. Venezuela debe desconocer el
régimen actual y llevar a cabo una acción unificada y masiva de
desobediencia civil.
Es
fundamental que una persona o un grupo de personas tome las riendas del
liderazgo para unir a los miembros de la sociedad civil venezolana en
una acción conjunta de desafío al régimen. Y, al mismo tiempo, pueda
coordinar la acción interna con la acción externa de repudio universal
al régimen. Un gran frente nacional que represente al país democrático y
digno.
Ese
grupo de personas existe en nuestra sociedad civil, en los colegios
profesionales, la iglesia, el sector empresarial y sindical y el sector
académico. Deben seleccionarse unas cinco o seis de ellas para que
integren esa Junta Patriótica 2016 que conduzca las acciones de una
Nación puesta de pie. La consigna debe ser: No regresar a la casa hasta
que la pandilla se haya ido.
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