CÉSAR MIGUEL RONDÓN
28 DE SEPTIEMBRE 2016 - 12:01 AM
Habló la MUD, y habló de manera clara y contundente. Pero lo más importante, habló unida. Hablaron todos los sectores de la oposición. Supieron, felizmente, superar las diferencias circunstanciales para dar un mensaje único y consolidado. Un mensaje de los venezolanos y para los venezolanos. El régimen, a través de su tramposo Consejo Nacional Electoral, pensaba que había dado la última palabra. Pero no. La última palabra la tiene el país, en este momento representado en la Mesa de la Unidad Democrática. Y digo el país y no la oposición porque no es un problema entre gobierno y oposición. Es un problema entre el país abrumadoramente mayoritario y una escasa minoría que gobierna de manera arbitraria.
El documento que presentó ayer la MUD bajo el titulo “El pueblo obligará al régimen a acatar la constitución”, destaca:
“La Mesa de la Unidad Democrática, tras un proceso de debate, profunda reflexión y consulta a muy diversos sectores de la sociedad venezolana, plantea al pueblo de Venezuela nuestra posición y llamado para lograr el cambio en el 2016 ante el inconstitucional pronunciamiento del CNE sobre la etapa de activación del referendo revocatorio.
“…Las rectoras pesuvistas del CNE optaron por burlarse de los venezolanos y de sus problemas, pero sobre todo subestimaron la voluntad de cambio, subestimaron a las fuerzas democráticas, subestimaron la capacidad de acción del pueblo”.
Lo que decía: pensaron ellas, pensó Maduro, pensó el régimen que en ellos estaba la última palabra, pero se equivocaron.
El documento de la MUD precisa varios puntos:
El referendo revocatorio se hará este año. No hay razones técnicas ni jurídicas para que no sea así. El RR es en 2016 porque está en la Constitución y porque es nuestro derecho y necesidad como pueblo. Cualquier intento de bloquearlo implicará la movilización del pueblo pacífico y firme en la calle para lograr la restitución del hilo constitucional.
En otras palabras, no hacer el referendo revocatorio es romper el hilo constitucional, es, claramente hablando, dar un golpe de Estado.
2.- “...Rechazamos de antemano cualquier ‘condición’ que sea violatoria de la Constitución Nacional y que sea utilizada como excusa por el CNE para negar o retrasar la activación del RR2016”.
Y un párrafo por demás importante.
“Llamamos al pueblo de Venezuela a acudir masivamente a la jornada de recolección de manifestaciones de voluntad para activar el referendo revocatorio 2016 que se ha convocado para los días 26, 27 y 28 de octubre, asumiendo que nuestra tarea no se limitará a cumplir un trámite administrativo sino que vamos a ejercer todos los mecanismos de presión democrática necesarios para hacerlas respetar. La verdadera TOMA DE VENEZUELA se realizará durante esos tres días. Al pueblo no lo detendrán con un mezquino número de máquinas, ni ubicándolas de manera maliciosa, ni estableciendo fechas tardías. Los días 26, 27 y 28 de octubre serán tres días de pueblo democrático en la calle cumpliendo y haciendo cumplir la Constitución y la ley”.
Ese es el punto fundamental. Cuando se dice calle, esos tres días que mezquinamente ha dado el CNE –y como dice el documento “de forma maliciosa”– servirán para que el pueblo se desborde. Y una vez que el pueblo esté en la calle desbordado, ese será el propio y contundente referendo revocatorio. Lo importante es que todos seamos conscientes de que la última palabra está en nosotros. La última palabra la tiene usted, estimado lector. La última palabra la tiene Venezuela.
No hay trampa, no hay ningún recurso vil, miserable, por parte de este régimen, que pueda ir contra SU voluntad.
El documento de la MUD finaliza así:
“Hoy nuestro llamado es a defender eso que nos hace venezolanos. Esta es la lección que le daremos al régimen.
“Podemos lograrlo porque somos mayoría, porque la Constitución nos ampara y porque el mundo entero respalda nuestra lucha por la libertad y la democracia.”
Me gusta esa frase que dice: “Defender eso que nos hace venezolanos”. El proceder de este régimen es asqueroso y miserable. Quizá por la influencia de la dictadura cubana, quizá porque a lo mejor no son de aquí. Y por eso uno los ve con cierta distancia, porque pareciera que no son venezolanos. Nosotros sí.
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