Mario Szichman, especial para Tal Cual
Hoy, primero de agosto de 2013, el gobierno de Venezuela comenzó a
jugar en tiempo de descuento.
Entre agosto y noviembre, el erario venezolano deberá desembolsar 4.300 millones de dólares para cancelar pagos de la deuda externa. El gobierno de Venezuela no cuenta por ahora con ese dinero. Según informó El periódico El Nuevo Herald de Miami, las reservas internacionales líquidas de Venezuela ascienden a unos 2.500 millones de dólares, tras llegar en el primer trimestre del 2009 a 33.000 millones de dólares.Y aunque es posible que en muchos paraísos fiscales del mundo haya sumas de dólares bastante más altas, pertenecen a ciudadanos privados (esto es, privados de escrúpulos y de dignidad).
Según el ministro de Finanzas Nelson Merentes, "Seguimos trabajando de tal manera que en el tercer y cuarto trimestre resultará notorio lo que va a pasar con el crecimiento económico del país". Y sí, resultará muy notorio lo que ocurrirá. No debemos olvidar que las palabras de Merentes fueron enunciadas en el popular programa televisivo José Vicente Hoy, que tiene como anchorman a un hombre célebre por sus acertadas predicciones.
El famoso "accidente financiero" del cual alertó en septiembre pasado la empresa de servicios financieros Morgan Stanleyes factible. Morgan Stanley señaló que la única manera de frenar la debacle sería que la "chaveconomía" cambiase mágicamente de la mañana a la noche. Pero desde el enunciado del vaticinio hasta ahora ha transcurrido aproximadamente el ciclo de un embarazo, y lo que ha producido la economía de Venezuela en ese lapso recuerda el parto de los montes.
Daniel Volberg, analista de Morgan Stanley, dijo que las cuentas en Venezuela "lucen cada vez más frágiles", y no se requiere una crisis global "para que Venezuela se derrumbe".
El analista recomendó a los clientes de la empresa que enfoquen sus ojos en el próximo "punto importante de caída": la cancelación de los pagos de la deuda externa venezolana.
CUENTOS Y CUENTAS
Carl Meacham, del Center forStrategic and International Studies (CSIS), de Washington,dijo que el gobierno de Nicolás Maduro podría decidir la cesación de pagos de la deuda externa, siguiendo el ejemplo de Argentina. Hay una serie de indicadores económicos, dijo Meacham, que parecen copiar lo ocurrido con el gobierno de Fernando de la Rúa en el 2001: una moneda (el peso) que se mantenía artificialmente fuerte, un enorme déficit fiscal, y una inflación desmesurada. En Venezuela, el precio oficial del dólar es de 6,3 bolívares. En el mercado negro, el dólar se cotiza a más de 30 bolívares, unas cinco veces más.
La tasa anual de inflación en junio, según The Wall Street Journal, fue del 39,6 por ciento, la más alta desde que el Banco Central de Venezuela introdujo en el 2008 una nueva metodología para su Índice de Precios al Consumidor.
Un factor a tener en cuenta, dijo Meacham, es el rol que desempeña desde las sombras el ministro de Energía de Venezuela Rafael Ramírez, quien tiene grandes ambiciones políticas. Hay un solo lugar donde Maduro puede buscar dinero: en PDVSA. Y ocurre que Ramírez controla los cordones de la bolsa. El ministro venezolano podría aprovechar la débil posición de Maduro y su fuerte declinación en las encuestas para negarle el dinero necesario. Eso profundizaría aún más la crisis que padece Venezuela.
EL PROBLEMA DE NO RESPETAR LA LEY
El gobierno venezolano tiene cada vez más dificultades para obtener créditos destinados a financiar sus gastos. Meacham señala algo muy interesante: la reticencia de los mercados de capitales a prestar a Venezuela se debe, en buena parte, a las arbitrarias decisiones de la Corte Suprema de Justicia y del tribunal electoral. A partir de la dudosa victoria de Maduro, dijo el experto, hubo una retracción de los inversionistas serios. "El tribunal supremo de justicia de la nación aprobó un discutido resultado electoral sin analizar las evidencias" presentadas por la oposición venezolana, dijo Meacham. "Eso ha causado alarma sobre la independencia de la justicia" en Venezuela. Una de las preocupaciones principales de los inversionistas es "la capacidad del gobierno para garantizar sus derechos y contratos en caso de controversia".
Los únicos que parecen dispuestos a seguir prestando al chavismo son los gobernantes de Beijing. Ya a esta altura, Venezuela le debe a cada chino una vela.
Pero, las deudas hay que pagarlas. Y el pueblo venezolano las está pagando con creces. Pese a las rosadas promesas de los funcionarios chavistas, la infraestructura de Venezuela se está cayendo a pedazos. Hay cada vez más cortes de luz, los servicios de salud pública están a la altura de Haití, la educación es deplorable, y el desabastecimiento y el alza de los productos de primera necesidad representan una pesadilla cotidiana.
Y después está el problema ejemplificado en el famoso dicho español: "Quita y no pon, se acaba el montón". El gobierno de Venezuela gasta mensualmente 5.000 millones de dólares en importaciones.
En cuanto a las exportaciones petroleras, que representan alrededor del 95 por ciento de las divisas que ingresan al país, no superan los 3.500 millones de dólares mensuales.
La consultoría Capital Economics, con sede en Londres, considera que Venezuela está ya en recesión. Mientras en el primer trimestre de 2012 el crecimiento de la economía fue del 5,9 por ciento en buena parte debido a los prodigiosos gastos destinados a financiar la campaña presidencial de Hugo Chávez en el mismo trimestre de 2013 subió apenas un 0,7 por ciento.
En esas condiciones, Maduro se podría ver tentado a mostrar una vez sus credenciales anticapitalistas e incurrir en el default.
Como dijo Meacham, analista del CSIS, existe la posibilidad de que Maduro no cancele los pagos de la deuda a fin de demostrar "que está contra el sistema y que rechaza las exigencias del sistema financiero internacional, tal como hizo la Argentina con sus tenedores de bonos".
Entre agosto y noviembre, el erario venezolano deberá desembolsar 4.300 millones de dólares para cancelar pagos de la deuda externa. El gobierno de Venezuela no cuenta por ahora con ese dinero. Según informó El periódico El Nuevo Herald de Miami, las reservas internacionales líquidas de Venezuela ascienden a unos 2.500 millones de dólares, tras llegar en el primer trimestre del 2009 a 33.000 millones de dólares.Y aunque es posible que en muchos paraísos fiscales del mundo haya sumas de dólares bastante más altas, pertenecen a ciudadanos privados (esto es, privados de escrúpulos y de dignidad).
Según el ministro de Finanzas Nelson Merentes, "Seguimos trabajando de tal manera que en el tercer y cuarto trimestre resultará notorio lo que va a pasar con el crecimiento económico del país". Y sí, resultará muy notorio lo que ocurrirá. No debemos olvidar que las palabras de Merentes fueron enunciadas en el popular programa televisivo José Vicente Hoy, que tiene como anchorman a un hombre célebre por sus acertadas predicciones.
El famoso "accidente financiero" del cual alertó en septiembre pasado la empresa de servicios financieros Morgan Stanleyes factible. Morgan Stanley señaló que la única manera de frenar la debacle sería que la "chaveconomía" cambiase mágicamente de la mañana a la noche. Pero desde el enunciado del vaticinio hasta ahora ha transcurrido aproximadamente el ciclo de un embarazo, y lo que ha producido la economía de Venezuela en ese lapso recuerda el parto de los montes.
Daniel Volberg, analista de Morgan Stanley, dijo que las cuentas en Venezuela "lucen cada vez más frágiles", y no se requiere una crisis global "para que Venezuela se derrumbe".
El analista recomendó a los clientes de la empresa que enfoquen sus ojos en el próximo "punto importante de caída": la cancelación de los pagos de la deuda externa venezolana.
CUENTOS Y CUENTAS
Carl Meacham, del Center forStrategic and International Studies (CSIS), de Washington,dijo que el gobierno de Nicolás Maduro podría decidir la cesación de pagos de la deuda externa, siguiendo el ejemplo de Argentina. Hay una serie de indicadores económicos, dijo Meacham, que parecen copiar lo ocurrido con el gobierno de Fernando de la Rúa en el 2001: una moneda (el peso) que se mantenía artificialmente fuerte, un enorme déficit fiscal, y una inflación desmesurada. En Venezuela, el precio oficial del dólar es de 6,3 bolívares. En el mercado negro, el dólar se cotiza a más de 30 bolívares, unas cinco veces más.
La tasa anual de inflación en junio, según The Wall Street Journal, fue del 39,6 por ciento, la más alta desde que el Banco Central de Venezuela introdujo en el 2008 una nueva metodología para su Índice de Precios al Consumidor.
Un factor a tener en cuenta, dijo Meacham, es el rol que desempeña desde las sombras el ministro de Energía de Venezuela Rafael Ramírez, quien tiene grandes ambiciones políticas. Hay un solo lugar donde Maduro puede buscar dinero: en PDVSA. Y ocurre que Ramírez controla los cordones de la bolsa. El ministro venezolano podría aprovechar la débil posición de Maduro y su fuerte declinación en las encuestas para negarle el dinero necesario. Eso profundizaría aún más la crisis que padece Venezuela.
EL PROBLEMA DE NO RESPETAR LA LEY
El gobierno venezolano tiene cada vez más dificultades para obtener créditos destinados a financiar sus gastos. Meacham señala algo muy interesante: la reticencia de los mercados de capitales a prestar a Venezuela se debe, en buena parte, a las arbitrarias decisiones de la Corte Suprema de Justicia y del tribunal electoral. A partir de la dudosa victoria de Maduro, dijo el experto, hubo una retracción de los inversionistas serios. "El tribunal supremo de justicia de la nación aprobó un discutido resultado electoral sin analizar las evidencias" presentadas por la oposición venezolana, dijo Meacham. "Eso ha causado alarma sobre la independencia de la justicia" en Venezuela. Una de las preocupaciones principales de los inversionistas es "la capacidad del gobierno para garantizar sus derechos y contratos en caso de controversia".
Los únicos que parecen dispuestos a seguir prestando al chavismo son los gobernantes de Beijing. Ya a esta altura, Venezuela le debe a cada chino una vela.
Pero, las deudas hay que pagarlas. Y el pueblo venezolano las está pagando con creces. Pese a las rosadas promesas de los funcionarios chavistas, la infraestructura de Venezuela se está cayendo a pedazos. Hay cada vez más cortes de luz, los servicios de salud pública están a la altura de Haití, la educación es deplorable, y el desabastecimiento y el alza de los productos de primera necesidad representan una pesadilla cotidiana.
Y después está el problema ejemplificado en el famoso dicho español: "Quita y no pon, se acaba el montón". El gobierno de Venezuela gasta mensualmente 5.000 millones de dólares en importaciones.
En cuanto a las exportaciones petroleras, que representan alrededor del 95 por ciento de las divisas que ingresan al país, no superan los 3.500 millones de dólares mensuales.
La consultoría Capital Economics, con sede en Londres, considera que Venezuela está ya en recesión. Mientras en el primer trimestre de 2012 el crecimiento de la economía fue del 5,9 por ciento en buena parte debido a los prodigiosos gastos destinados a financiar la campaña presidencial de Hugo Chávez en el mismo trimestre de 2013 subió apenas un 0,7 por ciento.
En esas condiciones, Maduro se podría ver tentado a mostrar una vez sus credenciales anticapitalistas e incurrir en el default.
Como dijo Meacham, analista del CSIS, existe la posibilidad de que Maduro no cancele los pagos de la deuda a fin de demostrar "que está contra el sistema y que rechaza las exigencias del sistema financiero internacional, tal como hizo la Argentina con sus tenedores de bonos".
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