Tuesday, September 24, 2013

Por el amor de Mao

En: http://www.eluniversal.com/opinion/130924/por-el-amor-de-mao

ROBERTO GIUSTI| EL UNIVERSAL
martes 24 de septiembre de 2013 12:00 AM
No siempre ha sido así, pero ocurre con alguna frecuencia que la irrupción de un futuro tirano, o de un régimen encarnado por él, obedece al patrocinio de un mentor ya debidamente instalado en el poder y pendiente de extender su influencia más allá de las fronteras de su propio país. Quizás el más claro desarrollo de este axioma marxista, enunciado en el "Manifiesto Comunista" bajo la denominación de "internacionalismo proletario", tuvo su expresión práctica en el apoyo económico, político y militar que le prestó la URSS a un movimiento comunista chino, en la década de los años veinte del siglo pasado, que sin esa poderosa palanca y el accionar de un joven dirigente, carente de todo escrúpulo, llamado Mao Zedong, quizás hubiera fracasado estruendosamente.

A contracorriente de su tesis del "socialismo en un solo país", Stalin se ocupó de suministrarle al pequeño partido comunista chino todo tipo de respaldo, incluyendo el envío de agentes que diseñaban las grandes líneas de acción, a cambio de un férreo control soviético y en la lucha contra los nacionalistas de Chiang Kai-Shek, entre los distintos dirigentes que conformaban la cúpula de la dirección, el taimado georgiano se decantó por el más sanguinario e implacable de todos, es decir, el camarada Mao. Eran los primeros pasos de un líder que con los años llegaría a los extremos de un radicalismo marxista enloquecido, atentando en contra del propio sistema que dirigía, en su afán de asegurar el dominio absoluto, demoler el viejo orden y exterminar cualquier traza pequeñoburguesa en la dictadura del proletariado.

Y es a ese Mao del "gran salto" y de la "revolución cultural", que puso al país patas arriba, cerró universidades, descabezó la intelligentsia, dispuso como quiso de la población para satisfacer sus más insólitas ocurrencias, la sometió a feroces hambrunas y a las más terribles purgas que conozca la humanidad (incluyendo su mentor Stalin y Hitler), a quien Chávez cantaba loas ante sus sucesores, quienes miraban hacia otro lado al escuchar las alabanzas porque hacía ya muchos años que se habían desentendido del maoísmo como sistema.

Está claro que Chávez arribó al poder gracias a un Stalin (Fidel) que solo aparecería después para convertirse en su "guía espiritual", pero China tomó el camino radicalmente opuesto por el que Mao la había forzado a transitar, al menos en cuanto al modelo económico y es a ese gigante del capitalismo posmoderno, (permanencia del control estatal, dominio total del Partido y supresión de las libertades) al cual Maduro tiende ahora la mano implorando, por el amor de Mao, una ayudadita que recibirá a cambio de entregar el país a quienes desviaron el rumbo marcado por "el gran timonel".

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