En: http://www.hacer.org/latam/?p=32096
Hasta dónde ha llegado la escasez de alimentos en Venezuela que las peleas por los productos ya han dejado 2 muertos.
En la crisis de desabastecimiento, los venezolanos deben hacer largas
colas de dos horas, a razón de dos y tres veces por semana, visitando
varios supermercados, para conseguir alimentos básicos como pollo,
carne, leche, aceite, harina, papel higiénico y detergentes.
El caso de una joven de seis meses de embarazo que fue golpeada en el
vientre y produjo la muerte del bebé se suma al de José Gregorio Cortez
Fuenmayor, de 41 años, quien murió asifixiado por la avalancha de
consumidores que se disputaban una botella de aceite y un pan de
margarina en el supermercado estatal Bicentenario de Ciudad Bolívar, al
sur del país.
El diario El Clarín relata que Rosibel Andreína González
Gómez, de 18 años, quien hacía cola en los supermercados para comprar
los productos escasos de la cesta básica, que están racionados a dos o
cuatro paquetes por persona, llegó a su vivienda en el barrio de La
Aceitera de San Mateo, a dos horas en coche de Caracas.
Su medio hermana Ninoska Gómez Valderrama, de 20 años, le reclamó por
un paquete de un kilo de harina de maíz PAN, con la que los venezolanos
hacen su arepa o tortilla para desayunar. Entonces se pelearon y
Ninoska pateó a su hermana en el vientre y mató así al feto.
La joven embarazada fue llevada de urgencia al hospital, donde el
bebé de apenas seis meses nació con problemas y a los pocos minutos
murió por el hematoma que le produjo el puntapié de su tía. Ninoska fue
detenida por la policía.
Esa es parte de una historia de violencia que ha generado el
desabastecimiento crónico de alimentos y productos de primera necesidad
que afecta desde hace meses a Venezuela.
Y es que de acuerdo con los reportes, los productos escasos aparecen en los anaqueles y en media hora desaparecen.
De acuerdo con el Banco Central, el desabastecimiento está en el orden del 20 %.
En tanto, el gobierno de Nicolás Maduro culpa de todo a “la guerra
económica de la burguesía”, a la que acusa de generar un estallido
social, pero los problemas no se explican mediante esa retórica.
Y es que pese a su enorme riqueza, Venezuela importa el 96% de lo que
produce. Con un aparato productivo arruinado debido al modelo oficial
de sucesivas estatizaciones y burocratización creciente de la economía,
las inversiones no llegan y las empresas cierran o reducen stocks.
El actual gobierno busca impulsar la producción mediante un severo
control de cambios que lleva más de una década vigente, pero al
empresariado le es más rentable importar debido al tipo de cambio
sobrevaluado: 6,30 bolívares por un dólar estadounidense en el mercado
oficial, cuando en el mercado negro está a 45 y da lugar a fabulosos
negociados cambiarios y a una corrupción paralela.
Venezuela ha aumentado el nivel de sus importaciones a más del 70 %,
con una producción que está por el suelo y no hay divisas para importar,
pese a que el país cuenta con las mayores reservas petrolíferas del
mundo.
Maduro se encuentra con el agua al cuello. Con el dólar desbocado, las reservas monetarias han caído a su nivel más bajo.
Con una inflación que supera el 45 %, todos temen que la violencia en los súper haya llegado para quedarse.
Fuente: SDP Noticias (México)
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