En: http://www.lapatilla.com/site/2013/10/01/jose-guerra-venezuela-2013-mal-gobierno-o-falta-de-gobierno/
José Guerra
Una rara sensación existe en Venezuela. Predomina un ambiente de
dificultades. Problemas de todo tipo agobian al venezolano. Una
inflación galopante diluye los salarios de los trabajadores a lo que se
agrega una escasez pronunciada de bienes, que según el BCV alcanza al
20,0%. Conseguir los alimentos se ha convertido en una proeza a la vez
que implica un peregrinaje indignante al ver a los venezolanos
deambulando en búsqueda de comida. La respuesta del Ejecutivo a esta
situación ha sido la de acusar a los sectores empresariales de estar
forjando una guerra económica. En tanto que el desabastecimiento no
cede, el gobierno optó por la vía más fácil y más costosa: la
importación de cientos de toneladas de alimentos desde Colombia,
pagaderas con bonos, en vista de que las reservas líquidas del BCV están
menguadas.
Para todos los fines prácticos no hay conducción ni liderazgo en
materia económica. Jorge Giordani, quien dirigió el elenco hasta marzo
de 2013, fue sustituido por Nelson Merentes, quien pasó ocupar la
cartera de las finanzas públicas. Ahora, como ambos no se ponen de
acuerdo y Maduro no tiene la autoridad para tomar una decisión
definitiva, creó el Órgano Superior de la Economía, a cargo del Mayor
General Hebert García Plaza, quien ocupa al mismo tiempo el despacho de
Transporte Acuático y Aéreo. Forma parte también de ese órgano, el
farmacéutico de profesión Eduardo Samán. Así se está manejando la
economía, no obstante las muestras de amplitud del Mayor General García
Plaza, quien parece comprender mejor los problemas actuales de la
economía que Merentes y Giordani juntos.
Mientras todo esto sucede, el dólar negro alcanza valores siderales
ante la mirada atónita y desconcertada de unas autoridades económicas
que no atinan a avenirse sobre cómo encarar esta disparada del precio
del dólar. Hace veinte días el presidente Maduro afirmó que ya estaba
diseñado el “nuevo mercado cambiario, moderno y eficiente” y que luego
de su llegada de China el mismo se pondría en vigor. Casi un mes después
de aquel anuncio, el Ejecutivo sigue paralizado, como si estuviera
mirando para el cielo esperando una solución proveniente del más allá.
Es tal el desconcierto en las filas del gabinete que todo lo que se
anuncia es para agravar la crisis de reservas internacionales, tales
como aquellas de levantar las restricciones que el mismo gobierno impuso
hace varios años para evitar que las importaciones aumentaran. Todas
esas acciones implican mayores erogaciones de divisas hoy escasazas sin
que aumente la generación de moneda extranjera.
En el frente del orden y seguridad pública las cosas marchan peor. El
hallazgo de un cuantioso cargamento de cocaína en un avión de Air
France proveniente de Caracas desnudó la realidad de un tráfico de
drogas que tiene a Venezuela como pivote. A esto se añade una matazón
de ciudadanos, policías y miembros de la Fuerza Armada Nacional a manos
de un hampa desbordada. Pero esto no es todo. Lo peor es la impresión
que existe de que el Estado está rebasado por un conjunto de grupos
armados y semi armados que infunden el terror en las calles de
Venezuela. Cada entierro de un motorizado transforma las calles y
avenidas en una especie de polígono de tiros y en territorio propicio
para el saqueo. Recientemente, la detención de un motorizado que
infringió la ley en Petare, Caracas y que fue detenido por la Guardia
Nacional, desató la irá de sus congéneres, quienes atacaron a plomo
limpio a los guardias nacionales, hoy desautorizados para restaurar el
orden público. El 26 de septiembre de 2013, una unidad de transporte
proveniente de Colombia con carne refrigerada sufrió un accidente en la
autopista del Este en Caracas. He aquí el relato de una autoridad
policial sobre el accidente. “Hubo dos situaciones de saqueo. La primera
se produjo a las seis de la mañana pero los funcionarios pudieron
controlarla; luego, cerca de las 9 de la mañana cuando movilizaban la
gandola con una grúa hacia el punto de auxilio vial en el distribuidor
Altamira, nuevamente los motorizados intentaron saquearla y empezó una
lluvia de piedras contra los policías que dejó como saldo cuatro
funcionarios lesionados y una unidad de la PNB con los vidrios dañados,
al igual que la grúa que movilizó el camión. Lo más lamentable y triste
es que al chofer prácticamente lo terminaron matando, porque no les
importó que estuviese agonizando, lo único que querían era llevarse la
carne”. El conductor de la grúa que remolcó la gandola averiada, afirmó:
“Es la primera vez que veo este vandalismo. Parecían unos animales… No
les importó que el chofer se estaba muriendo”.
Ha resultado costosísimo para el país la política que siguió el
gobierno de armar y dejar hacer a los motorizados. Primero intimidaron y
atemorizaron a ciudadanos indefensos y ahora hacen lo mismo con los
cuerpos policiales y militares que lucen minúsculos ante esa fuerza
indómita. No se trata solamente de un mal gobierno sino que no hay
gobierno en Venezuela.
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