21 DE SEPTIEMBRE 2016 - 12:01 AM
En la cumbre de Porlamar el ilegítimo ha debido sentir en toda su intensidad el repudio que él y su régimen engendran en el mundo en general. No solamente en los gobiernos de países desarrollados que no tienen nada que ver con la no alineación, sino también de muchos de los “socios” del Movimiento de los NOAL.
El ilegítimo recibió, de manos del presidente de Irán, el relevo en la dirección del movimiento. Normalmente el traspaso de la presidencia de esa institución es un acontecimiento trascendental rodeado de expectativas acerca de la nueva orientación o el nuevo impulso que se supone le imprimirá el nuevo titular.
El acto del traspaso de la presidencia del NOAL a su nuevo titular se llevó a cabo en un ambiente que tenía todas las características de un velorio. De los 120 mandatarios que debían haber participado, apenas estuvieron presentes 8 y no precisamente los más representativos. O mejor, solo asistieron los más “excelsos” representantes de regímenes dictatoriales, o simplemente acólitos incondicionales del nuevo presidente pro témpore (hasta el año 2019) del ya suficientemente desprestigiado movimiento.
Todavía sigue siendo un misterio, un secreto bien guardado, cuántos países miembros y quiénes participaron en el evento, pero lo que resulta evidente es que el nivel de los participantes dejó mucho que desear. Se supone que se trataba de una “cumbre” en la cual la representación de los países miembros debió contar con la participación de sus jefes de Estado o de gobierno. No es mi intención negar la representación con la cual estuvieron investidos los participantes, en su mayoría cancilleres, vicecancilleres o funcionarios de menor nivel.
Todo el esfuerzo y los millones de dólares empleados en la preparación y el desarrollo de la reunión terminaron en saco roto. Los socios del movimiento conocen bien la desastrosa situación que vive nuestro país y de nada valió maquillar la isla y ocultar el desabastecimiento, el hambre, la inseguridad, que sufren los margariteños.
Los sitios vecinos al lugar donde se llevaba a cabo la reunión parecían haber recibido el toque de una varita mágica. Los comercios, tiendas y mercados se vieron de pronto repletos de todo lo que un ciudadano común podía necesitar. Pero nada de eso estaba su alcance.
Esto me recuerda que cuando yo estaba en Moscú, algunas tiendas presentaban en sus vitrinas productos y objetos muy atractivos, pero cuando uno preguntaba si podía comprarlos, la respuesta que recibía era: ¡Niet, tolka vitrina! (No, solo vitrina). La misma sensación de frustración la deben haber sentido los parroquianos margariteños cuando intentaban comprar algo que únicamente los delegados a la cumbre, y probablemente los funcionarios y empleados conectados con el evento podían adquirir.
Para coronar la “cumbre” con un evento espectacularmente bufo, caricaturesco, se llevó a cabo la develación de una estatua del fenecido dictador y el bautizo con su nombre del “centro de convenciones” construido a la carrera para alojar la cumbre. La reacción popular no tardó en manifestarse. Apenas colocada en su sitio la estatua fue decapitada. Inmediatamente la restauraron pero seguramente tendrán que mantener una guardia armada junto “al monumento” que está condenado a sufrir la misma suerte que tuvieron las estatuas de Lenin en la URSS y la de Sadam Hussein en Bagdad.
El documento final, “Declaración de Margarita”, enuncia un elenco de propósitos y proyectos que el ilegítimo se propone desarrollar durante su presidencia pro témpore, si es que llega a ejercerla y no se queda con “la ganas” por obra del referéndum.
Algunos de esos propósitos son “discos rayados”, repetición de anuncios que forman parte del formato de documentos similares de cumbres anteriores. Ejemplos son, entre otros, el problema de Palestina, la independencia de Puerto Rico, los refugiados del Medio Oriente, la erradicación del terrorismo. Pero siguen figurando en el documento como aspiraciones ilusorias.
Otros son simplemente proyectos quiméricos, demagógicos, dirigidos a la galería para simular originalidad.
Entre estos últimos destaca el anuncio del ilegítimo de que promoverá la “refundación” de las Naciones Unidas. Como en ese auditorio no podía repetir sus diatribas contra la Organización, tuvo que limitarse a anunciar que impulsara un sistema de Naciones Unidas más democrático. Supuestamente se trataría de “acelerar los procesos del sistema de Naciones Unidas para lograr su verdadera democratización”. ¿Qué significa eso? El tema de la ampliación del Consejo de Seguridad de la ONU lleva 12 años bajo discusión y no se ha logrado ningún avance. Es una caja de Pandora en la que cada quien quiere ver consagrada su aspiración individual
Definitivamente, no fue una “cumbre”. Fue un cónclave escuálido, totalmente deslucido. El ilegítimo esperaba que luego de esta reunión su internacionalmente deteriorada imagen resultaría restaurada y que la presidencia del movimiento le serviría para obtener reconocimiento como un líder mundial. Con la presidencia del movimiento el ilegítimo busca también dotarse de un escudo que le proteja del inevitable” impeachment” que le propinará el RR.
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