VÍCTOR SALMERÓN| EL UNIVERSAL
martes 6 de agosto de 2013 12:00 AM
Durante años el Gobierno consideró que bastaba con menospreciar la existencia del tipo de cambio paralelo para borrar su impacto en los precios de una amplia gama de productos que a diario compran los venezolanos, pero los hechos, lo han obligado a modificar la estrategia.
En octubre de 2007 Rodrigo Cabezas, para ese entonces ministro de Finanzas, aseguraba que el mercado paralelo de dólares, no controlado por las autoridades y considerado ilegal, "es medio cómico y pasa a ser un problema policial" y en diciembre de ese año la Asamblea Nacional aprobó una reforma legal que solo permite divulgar el tipo de cambio oficial.
Posteriormente en 2010, ante la terquedad del dólar el entonces ministro de Finanzas, Jorge Giordani, decidió intervenir a todas las casas de Bolsa que, desde su punto de vista, eran las causantes de la inflación al permitir la compra y venta de dólares con intercambio de bonos.
"Ahí había un nicho especulativo y fue lo que produjo toda esa avalancha inflacionaria que muestran las cifras entre los años 2007 y 2008 y que se detuvo en el 2009 gracias a la acciones del Ejecutivo", señaló Giordani.
Ahora el presidente de la República, Nicolás Maduro, ha tenido que admitir que el tipo de cambio paralelo todavía existe, que tiene una influencia importante sobre la economía y recurre al Sicad, un mecanismo donde el Banco Central de Venezuela subasta dólares para tratar de frenar el meteórico aumento en el precio del billete verde.
"Nosotros tenemos un objetivo con el Sicad, torcerle el brazo completico al dólar paralelo y lo vamos a lograr", afirmó en marzo.
Pero la oferta en el Sicad es muy baja mientras que la demanda crece. El BCV no tiene suficientes dólares en efectivo para subastar y, además, ha decidido venderlos a un precio artificialmente barato con lo que la fila de compradores es prácticamente infinita.
Quienes no reciben dólares en el Sicad recurren al paralelo donde el dólar continúa la escalada.
De acuerdo con el Banco Central el método utilizado para distribuir los dólares en el Sicad es una "campana de Gauss" que, todo indica, repican con tono lúgubre.
En octubre de 2007 Rodrigo Cabezas, para ese entonces ministro de Finanzas, aseguraba que el mercado paralelo de dólares, no controlado por las autoridades y considerado ilegal, "es medio cómico y pasa a ser un problema policial" y en diciembre de ese año la Asamblea Nacional aprobó una reforma legal que solo permite divulgar el tipo de cambio oficial.
Posteriormente en 2010, ante la terquedad del dólar el entonces ministro de Finanzas, Jorge Giordani, decidió intervenir a todas las casas de Bolsa que, desde su punto de vista, eran las causantes de la inflación al permitir la compra y venta de dólares con intercambio de bonos.
"Ahí había un nicho especulativo y fue lo que produjo toda esa avalancha inflacionaria que muestran las cifras entre los años 2007 y 2008 y que se detuvo en el 2009 gracias a la acciones del Ejecutivo", señaló Giordani.
Ahora el presidente de la República, Nicolás Maduro, ha tenido que admitir que el tipo de cambio paralelo todavía existe, que tiene una influencia importante sobre la economía y recurre al Sicad, un mecanismo donde el Banco Central de Venezuela subasta dólares para tratar de frenar el meteórico aumento en el precio del billete verde.
"Nosotros tenemos un objetivo con el Sicad, torcerle el brazo completico al dólar paralelo y lo vamos a lograr", afirmó en marzo.
Pero la oferta en el Sicad es muy baja mientras que la demanda crece. El BCV no tiene suficientes dólares en efectivo para subastar y, además, ha decidido venderlos a un precio artificialmente barato con lo que la fila de compradores es prácticamente infinita.
Quienes no reciben dólares en el Sicad recurren al paralelo donde el dólar continúa la escalada.
De acuerdo con el Banco Central el método utilizado para distribuir los dólares en el Sicad es una "campana de Gauss" que, todo indica, repican con tono lúgubre.
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