La polémica
Cuando se vio el resultado de la obra, el mural estuvo en el ojo del huracán por la polémica ya que Miguel Ángel representó en él numerosos desnudos, lo que constituía un escándalo tratándose de un lugar de culto. El escándalo fue tan grande que Miguel Ángel fue acusado de herejía por la inmoralidad y obscenidad.
Fue Gian Peitro Carafa, el Papa Pablo IV quien junto a Monseñor Sernini comenzó una campaña de censura conocida como la hoja de parra que consistió en cubrir con hojas de parra las estatuas del Vaticano y en colocar paños de pureza sobre los genitales de los personajes del Juicio Final; incluso, tras la muerte de Miguel Ángel se propuso repintar el fresco, pero los religiosos ya lo habían aceptado, por lo cual permaneció así.
Otras de las criticas mayores provinieron del maestro de ceremonias Biaggio de Cesana, quien tuvo su castigo porque el artista representó a Minos, el rey del Infierno, desnudo, con orejas de burro, una serpiente enroscada a su cuerpo y con los rasgos faciales del influyente maestro de ceremonias.
Cuando Biaggio de Cesana se quejó al Papa y le pidió que ordenase a Miguel Ángel que lo retirara, el Pontífice contestó que si le hubiera pintado en el Purgatorio podría sacarlo, pero como estaba en el Infierno, allí aunque era el Papa no tenía ningún poder- El Juicio Final ha tenido dos restauraciones para evitar su descomposición, uno en 1710 y otro en 1980 que terminó hasta 1999.
La descripción de la obra
Por la grandiosidad de la obra y la cantidad de hechos y personajes incluidos, es prácticamente imposible apreciar a simple vista los innumerables y fantásticos particulares contenidos en ella. Por este motivo se hace necesario dividir toda la pintura en distintas partes:
En el centro están las imágenes de Cristo y de María. El Redentor, en su carácter de Juez, tiene el brazo derecho levantado para impartir la justicia divina; su rostro demuestra, con dureza, la inflexibilidad de su decisión. María, en cambio, parece muy afligida por el momento y prácticamente resignada a las consecuencias del Juicio, tomando una posición recogida bajo el brazo de Jesús.
Alrededor de estas dos figuras centrales, Miguel Ángel pintó varios Santos Mártires de forma que, para poder distinguirlos entre la multitud de cuerpos, les agrego detalles inequívocos, como por ejemplo los elementos utilizados para su tortura y muerte, como las llaves del Paraíso, que San Pedro tiene en las manos. Se pueden identificar además:
San Lorenzo que sostiene la parrilla en la cual fue quemado vivo en Roma, culpable de haber distribuido riquezas a los pobres.
San Sebastián que lleva las flechas utilizadas para su martirio en Roma, culpable de mantenerse cristiano.
San Andrés Apóstol que tiene el símbolo de la cruz donde fue crucificado en Acaya, culpable de haber difundido las doctrinas cristianas.
Santa Catalina que conserva una de las rueda dentada con la que fue torturada en Alejandría, luego fue decapitada.
Alrededor del grupo central, que incluye Dios, María y los Santos, Miguel Ángel pintó una gran multitud decuerpos, representando a toda la gente común.
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