Gustavo Coronel
La razón por la cual la Fuerza Armada venezolana no va a intervenir a favor de la democracia y la libertad de nuestro país está ya muy clara: esta institución no solo es corrupta sino que, esencialmente, es el gobierno. El llamado Presidente Maduro es un títere de las fuerzas militares venezolanas y de sus asesores cubanos, mientras que el llamado Tribunal Supremo de Justicia es apenas el tinglado legal creado para mantener la ficción de un orden constitucional, aunque paradójicamente, el mantenimiento de la ficción haya terminado por destruir los escasos restos de ese orden.
Aunque todavía la apariencia de poder político se halla en Miraflores el verdadero poder político está en el Ministerio de la Defensa. A fin de acrecentar este poder la Fuerza Armada ha ido estructurando un imperio minero e industrial muy corrupto, siguiendo el modelo de la Cuba castrista. Esto sucede ante las narices de una oposición venezolana impotente, cuyo centro principal de poder, la Asamblea Nacional, ha sido disminuido significativamente por las maniobras del TSJ apuntalado por la Fuerza Armada.
Por ello, cualquier cambio político significativo que pueda ocurrir en Venezuela difícilmente podrá originarse desde adentro y probablemente tendrá que ser catalizado desde afuera. El país está hoy en manos de una dictadura en la cual la base principal de poder es la Fuerza Armada, institución ociosa desde el punto de vista militar, dedicada a enriquecerse por medio de la creación de un imperio minero e industrial, e involucrada - al menos de manera tangencial - con el contrabando de extracción y el narcotráfico. La Fuerza Armada venezolana de hoy es una institución prostituida, tolerante de la criminalidad entre sus miembros y aliada con sectores empresariales rapaces a fin de crear una base de poder financiero que les consolide en el poder político.
Las evidencias de que esto es así son numerosas. Incluyen la identificación hecha por el gobierno estadounidense de varios generales venezolanos activos y con importantes posiciones en el régimen involucrados en el narcotráfico, una identificación muy explícita que la Fuerza Armada venezolana se ha negado a investigar, elogiando a sus miembros señalados como criminales. Incluyen la creación de una empresa militar, controlada por el ministerio de la defensa, para llevar a cabo servicios petroleros de la más variada naturaleza, mientras las verdaderas empresas de servicios petroleros, como Schlumberger y Halliburton, se van del país porque PDVSA no les paga. Esta empresa militar-petrolera es absurda y grotesca porque de servicios petroleros los militares venezolanos no tienen la más remota idea. Solo son expertos en reprimir ciudadanos y saquear el erario público, como lo probaron, entre otros, los manejadores del Plan Bolívar 200 y del Fondo Único Social
Solamente en Fuerte Tiuna el complejo industrial de la Fuerza Armada venezolana ocupa unos 13 edificios en Fuerte Tiuna. Este programa de imperialismo industrial es financiado por agencias del gobierno tales como la Misión Negro Primero, cuya misión declarada es : “dar respuesta a las necesidades sociales del personal militar y civil de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, en aspectos como vivienda, salud, recreación, esparcimiento, créditos, servicios, educación y fortalecimiento de la moral, así como profundizar proyectos de infraestructura, equipamiento, mantenimiento y desarrollo nacional en pro de la seguridad y defensa de la nación”. Aunque esta misión declarada ya es un objetivo socialmente excluyente, al erigir a los miembros de la institución en una clase privilegiada rodeada de miseria por todas partes y feliz receptora de beneficios especiales, su misión no explícitamente declarada es la de financiar la estructuración de un imperio minero-industrial que se constituya en pilar económico de una institución que ha traicionado su misión y prostituido su actividad.
Otras evidencias de esta grosera intromisión de la Fuerza Armada venezolana en actividades que no le corresponden y que solo servirán para hundir más al país en la ruina, incluyen empresas como el Complejo Industrial Tiuna I, C.A. (Gaceta Oficial 40881, Decreto 2293), cuyos accionistas son CAVIM, 51% y un Grupo privado llamado ATAHUALPA,49%, empresa adscrita al ministerio de la defensa. Esta empresa funcionaría como Casa Matriz y tendría la representación de las acciones en las empresas del estado y empresas mixtas que le sean asignadas por el Ejecutivo Nacional. Sus actividades serían de la más diversa naturaleza, listadas así: “todo tipo de actividades lícitas desde producción, importación, comercio, prestación de servicios relacionados con Agua mineral, productos textiles de vestir y accesorios, impresión, reproducción y afines de publicidad y propaganda, serigrafías, artefactos electrodomésticos, electrónicos, digitales, mecánicos de audio y video, computación, instalación de redes, equipos y muebles de oficina, equipos médico quirúrgicos, medicamento, utensilios desechables de uso médico y similares, útiles y textos escolares, juguetes, equipos, insumos y utensilios de cocina, y todo lo conexo con lo anterior”. Esta es una enumeración enunciativa y no limitativa. La analista Eglé Iturbe se pregunta (en artículo recibido por Internet y publicado por la Fundación Fermín Toro, ver: http://www.fermintoro.net/portal/2016/04/complejo-industrial-fuerte-tiuna-1-otra-empresa-militar/), si será conveniente que la tenencia y representación de las acciones de empresas del Estado estén en una empresa mixta constituida por la empresa productora de armas y municiones CAVIM y un Grupo Privado, el Grupo Atahualpa, productor de textiles, agua mineral y comercializador de otros innumerables productos. Iturbe añade que esta empresa creada nada tiene que ver con otras empresas del Estado. Sin embargo, en teoría las 500 o más empresas estatales venezolanas podrían ser adscritas a este nuevo mamotreto, donde un grupo privado tiene el 49% accionario.
Iturbe y RUNRUNES ofrecen información sobre el grupo ATAHUALPA, creado en el 2004, el cual se dedica a desarrollar campañas publicitarias y soluciones integrales. “Posee un complejo industrial textil en Caracas donde viene fabricando según informaciones de internet, productos para las campañas chavistas y de Maduro (gorras franelas camisas, morrales, etc.). Su presidente Atahualpa Fernández, de acuerdo a informaciones de las mismas fuentes, es peruano nacionalizado español y socio de CAVIM desde hace tiempo”.
Su socio, según el diputado Julio Montoya, es primo de Jorge Arreaza, el ex vicepresidente. En el 2011 instalaron la empresa textil y la embotelladora de agua mineral en terrenos de Fuerte Tiuna donde ahora fabrican los productos mencionados. Esta empresa de Atahualpa Fernández ha sido la feliz proveedora de los llamados Morrales de Chávez, elaborados para la campaña presidencial del difunto. RUNRUNES informa, ver: http://runrun.es/uncategorized/195222/negocios-potables-con-la-revolucion.html , que en España el grupo financia a PODEMOS, según denuncia del diputado Julio Montoya. Montoya ha dicho, en una entrevista publicada en ABC.es de Madrid (07/03/15), que “las investigaciones de inteligencia arrojaron que las supuestas reuniones para el financiamiento a Podemos se realizaron en el despacho del presidente de Bancoex y un apartamento en la urbanización Campo Alegre, Caracas, a la que asistían el titular de Cencoex, Alejandro Fleming, y las empresas a ser favorecidas con dólares preferenciales a tasa Sicad I (Bs. 6,30 por dólar), que debían pagar 15% de comisión. Las sumas generadas por estas operaciones se repartían, de acuerdo con el documento avalado por el parlamentario, entre el vicepresidente Jorge Arreaza, su primo Luis Eduardo Álvarez, Alejandro Fleming y Atahualpa Fernández. Este último se vincula a la organización política española mediante las empresas de maletín en Madrid y Navarra, que dirige en sociedad con el periodista y empresario José María Rubio Hermoso de Mendoza, también socio de la Real Federación Española de Automovilismo”.
Solo en la Venezuela chavista puede verse como una empresa de armas y municiones produzca… agua mineral. Más aún, en 2010 Chávez pretendió expropiar todas las empresas privadas que embotellaban este producto, algo que siempre ha permanecido en la agenda de este régimen. De ocurrir, ello significaría que el agua potable sería un monopolio de la Fuerza Armada y del Sr. Atahualpa Fernández.
La Fuerza Armada tiene la propiedad de las siguientes empresas: Banco de la Fanb (Banfanb), Empresa Agropecuaria de la Fanb (Agrofanb), Empresa Militar de Transporte (Emiltra), Empresa de Sistema de Comunicaciones de la Fanb, Canal de Televisión Digital Abierta para la Fanb (TV Fanb), Fondo de Inversión Misión Negro Primero, Constructora de la Fanb, C.A. (Construfanb) y Empresa Mixta Bolivariana Cancorfanb S.A. Y ahora, esta empresa mixta que describimos además de la grotesca empresa de Servicios Petroleros. Además, en el caótico plan de desarrollo minero que Merentes ha concebido para levantar dinero apresuradamente, la Fuerza Armada tendría un papel relevante, en una región de Venezuela donde ya ellos son el gobierno.
EL CAOS VENEZOLANO ESTÁ MANEJADO POR LA FUERZA ARMADA
Dice Alberto Barrera Tyzka que: “el poder se ha instalado en una lógica castrense que supone que la mejor manera de enfrentar los problemas de la realidad es nombrando a un comando extraordinario, una fuerza especial que evoca la eficacia bélica. Es una reacción instantánea, un reflejo casi en homenaje a Pavlov. Las neuronas del oficialismo también están uniformadas. Ante cualquier accidente, piensan de inmediato en la jerarquía, en la burocracia de los rangos y de las comisiones militares. Deberíamos tener una estadística puntual sobre esta forma de gobierno: ¿Cuántos Estados Mayores hay en el país? ¿Cómo ha sido su rendimiento? ¿Cuál es su eficacia?
El 27 de agosto del 2013, por ejemplo, el entonces Vicepresidente Arreaza anunció la creación del “Estado Mayor para el sector salud”. Casi tres años después, ¿qué podemos decir? ¿Cómo se puede evaluar su gestión? ¿Cómo están hoy los hospitales públicos? ¿Qué pasa con los insumos médicos y farmacéuticos?
Otros ejemplos: en 2014, el Presidente Maduro instaló el “Estado Mayor para el Abastecimiento”, un súper poder que iba a combatir la escasez y la falta de bienes en el mercado ¿Hace falta ponderar cómo ha sido el desempeño de este cuerpo élite?
En enero del 2015, se decretó la existencia de un “Estado Mayor en contra de la guerra económica”. En agosto de ese mismo año, el “Estado Mayor eléctrico”, cuya invencible labor nos ha traído hasta el racionamiento diario de luz anunciado esta misma semana. En este 2016 ya se han sumado el “Estado Mayor para el sistema de precios” o el “Estado Mayor de Comunicación”, que sin duda tendrá el desafío de explicarnos muy bien qué carajo hacen todos los otros Estados Mayores del Estado venezolano”.
Por su parte, Ibsen Martínez nos dice, ver: http://internacional.elpais.com/internacional/2016/04/19/america/1461098137_178401.html : “ si algo singulariza la actual crisis venezolana es la pervivencia, entre la población civil opositora, de una no siempre soterrada esperanza de que sea justamente uno de estos cernícalos de uniforme, asesinos de estudiantes inermes, saqueadores del erario y estrellas del narcotráfico, quien ponga fin, por la vía de los hechos, a la dictadura madurista”. Duras palabras de Ibsen, totalmente justificadas, para describir una institución parásita, inútil y, ahora convertida en enemigo número uno de la democracia venezolana. Por lo que he dicho antes, sin embargo, pienso que no podemos esperar que uno de estos gorilas dé al traste con la dictadura de Maduro, por la sencilla razón de que ellos son los dictadores verdaderos y Maduro solo un muñeco de trapo.
Venezuela debe ser liberada por ser territorio ocupado por el narcotráfico, las pandillas de ladrones y la ineptitud armada.
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