TOMAS HORACIO HERNÁNDEZ | EL UNIVERSAL
domingo 15 de julio de 2012 03:33 PM
Aunque jamás lo admitiría en público, el candidato Hugo Chávez está siguiendo de cerca la campaña de Henrique Capriles.
Ciertamente las encuestas indican que el actual Presidente está arriba pero tanto su equipo como el equipo de Henrique saben que esta tendencia es perfectamente reversible.
Los insultos de Chávez a la oposición y en consecuencia a Capriles ya prácticamente no son noticia. Majunche, burgués, capitalista, "la nada", en fin, todos estos calificativos han salido de la boca del presidente de la república. Lo curioso es que para alguien quien considera a su contrincante "la nada", esta nada lo afecta bastante.
Hace algunas semanas cuando Henrique formalizó su propuesta de las misiones sociales, Hugo Chávez salió rápidamente a promulgar una ley que estuviera por encima de cualquier propuesta. Días después el candidato de la unidad comenzó a mover a la opinión pública con el tema de la seguridad y las graves cifras que reflejan la realidad de nuestro país, y esto provocó que el candidato oficialista admitiera unas cifras de los cuerpos policiales venezolanos que no hacen sino reflejar la corrupción y la ineficiencia interna de muchos de estos cuerpos. Esta misma semana Henrique le propuso a Hugo firmar un acuerdo para respetar los resultados electorales y a su vez las condiciones para una campaña justa y esto provocó una suerte de histeria presidencial en la cual, cuando finalmente le salieron las palabras de la boca, el Presidente argumentó que "era su derecho constitucional hacer cadenas de radio y televisión en cualquier momento".
En fin, palabras más palabras menos, el Presidente está atento de lo que hace su contrincante. Está atento de su discurso y de sus recorridos. Anhela la movilización y la energía que él mismo tuvo hace 14 años. Tan preocupado está, que a pesar de que hace tan sólo par de días afirmó en cadena nacional que él no tenía tiempo para hacer campaña ya que sus responsabilidades como jefe de Estado le quitaban mucho tiempo, el jueves se fue de visita para Anzoátegui y el sábado para Lara.
Lo sucedido en Anzoátegui no fue poca cosa; Hugo Chávez admitió públicamente los errores y la ineficacia de su gobierno. Reconoció el terrible estado de las vías y a su vez el nefasto servicio eléctrico. Dejarse ver las costuras de esa manera hace reflexionar a cualquier seguidor suyo.
El candidato Hugo Chávez se está dando cuenta que en efecto la campaña de Henrique ha evolucionado de casa por casa a pueblo por pueblo. El discurso de Henrique ha agarrado viento a favor y crece con los días. Capriles le está quitando la calle, a pesar de lo que digan las encuestas. Este hecho mantiene a Hugo presionado porque él sabe que el papagayo se le está enredando y que la elección será mucho más cerrada de lo que se pronosticó.
Ciertamente las encuestas indican que el actual Presidente está arriba pero tanto su equipo como el equipo de Henrique saben que esta tendencia es perfectamente reversible.
Los insultos de Chávez a la oposición y en consecuencia a Capriles ya prácticamente no son noticia. Majunche, burgués, capitalista, "la nada", en fin, todos estos calificativos han salido de la boca del presidente de la república. Lo curioso es que para alguien quien considera a su contrincante "la nada", esta nada lo afecta bastante.
Hace algunas semanas cuando Henrique formalizó su propuesta de las misiones sociales, Hugo Chávez salió rápidamente a promulgar una ley que estuviera por encima de cualquier propuesta. Días después el candidato de la unidad comenzó a mover a la opinión pública con el tema de la seguridad y las graves cifras que reflejan la realidad de nuestro país, y esto provocó que el candidato oficialista admitiera unas cifras de los cuerpos policiales venezolanos que no hacen sino reflejar la corrupción y la ineficiencia interna de muchos de estos cuerpos. Esta misma semana Henrique le propuso a Hugo firmar un acuerdo para respetar los resultados electorales y a su vez las condiciones para una campaña justa y esto provocó una suerte de histeria presidencial en la cual, cuando finalmente le salieron las palabras de la boca, el Presidente argumentó que "era su derecho constitucional hacer cadenas de radio y televisión en cualquier momento".
En fin, palabras más palabras menos, el Presidente está atento de lo que hace su contrincante. Está atento de su discurso y de sus recorridos. Anhela la movilización y la energía que él mismo tuvo hace 14 años. Tan preocupado está, que a pesar de que hace tan sólo par de días afirmó en cadena nacional que él no tenía tiempo para hacer campaña ya que sus responsabilidades como jefe de Estado le quitaban mucho tiempo, el jueves se fue de visita para Anzoátegui y el sábado para Lara.
Lo sucedido en Anzoátegui no fue poca cosa; Hugo Chávez admitió públicamente los errores y la ineficacia de su gobierno. Reconoció el terrible estado de las vías y a su vez el nefasto servicio eléctrico. Dejarse ver las costuras de esa manera hace reflexionar a cualquier seguidor suyo.
El candidato Hugo Chávez se está dando cuenta que en efecto la campaña de Henrique ha evolucionado de casa por casa a pueblo por pueblo. El discurso de Henrique ha agarrado viento a favor y crece con los días. Capriles le está quitando la calle, a pesar de lo que digan las encuestas. Este hecho mantiene a Hugo presionado porque él sabe que el papagayo se le está enredando y que la elección será mucho más cerrada de lo que se pronosticó.
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