ELIDES J. ROJAS L. | EL UNIVERSAL
miércoles 28 de noviembre de 2012 12:00 AM
Es verdad que el líder intergaláctico apareció muy pocas veces durante la reciente campaña electoral que lo hizo ganador una vez más. Muchos manuales de mercadeo político rodaron después de esa demostración de cómo ganar comicios sin ni siquiera ir a los lugares donde viven los votantes. Ese fue el caso de Nueva Esparta. Chávez nunca fue allá y, sin embargo, triunfó.
Micomandantepresidente ganó también en sitios donde su paso fue muy malo, de poca asistencia, en carroza fugaz y con discurso repetitivo, malo más bien. Ese fue el caso de El Valle que terminó a palos y con un muerto, Catia, con huida intempestiva o Vargas, entre pitos y reclamos.
Cero emoción, poca gente, mucho borracho y problemas al terminar el acto. Lo mismo pasó en la concentración de cirro, el día en que Caracas fue convertida en un infierno de caos, alcohol y accidentes. Hasta un mareo público sufrió el candidato al final de la jornada mientras cabalgaba la carroza. Pero, más allá de lo superficial, siempre fue la promesa, el programa socialista, el supuesto bienestar y el buen futuro que "el corazón de la patria" volvió a transmitir, esta vez con más mentiras, pero valió la pena. Ganó Chávez, viva Chávez.
Pero, como es obligatorio, la realidad viene y viene brava, aunque la inmensa capacidad de manipulación del gobierno no permite que se vea con claridad. Más bien se asoma y el gobierno la tapa, la empuja abajo otra vez. Pero ya es inocultable.
Chávez habló de fortalecer el bolívar, pero ya su comando submarino tiene lista una poderosa devaluación que, además, como dice Aristóbulo Istúriz, "esfaratará" más los salarios e impulsará la inflación. Nada de eso prometió micomandante.
Al contrario. Más bien su discurso siempre apuntó a la esperanza, a que el país está blindado económicamente, a que aquí no entra ni coquito y hasta se permitió burlas sobre España, Europa, los griegos y Estados Unidos.
Los puertos, en la misma onda, están que revientan en las incapaces manos cubanas de importaciones que a lo sumo entrarán en enero y sin dólares para seguir la fiesta. La poca actividad en materia de otorgamientos que presentan tanto el Sitme como Cadivi exhiben el tamaño de la quiebra económica que fue capaz de construir el chavismo.
Los demás es candela pura. Más impuestos, más IVA, aumento de la gasolina. "Se acabó lo gratis, lo regalado", dijo el experto en planificación comunista, Jorge Giordani. El sistema eléctrico no aguanta más sin inversiones serias y eficientes; es decir que no se roben la plata. También el ministro Navarro lo dijo, "no recaudamos lo suficiente". Feo, muy feo.
La verdad espera en la bajadita.
Micomandantepresidente ganó también en sitios donde su paso fue muy malo, de poca asistencia, en carroza fugaz y con discurso repetitivo, malo más bien. Ese fue el caso de El Valle que terminó a palos y con un muerto, Catia, con huida intempestiva o Vargas, entre pitos y reclamos.
Cero emoción, poca gente, mucho borracho y problemas al terminar el acto. Lo mismo pasó en la concentración de cirro, el día en que Caracas fue convertida en un infierno de caos, alcohol y accidentes. Hasta un mareo público sufrió el candidato al final de la jornada mientras cabalgaba la carroza. Pero, más allá de lo superficial, siempre fue la promesa, el programa socialista, el supuesto bienestar y el buen futuro que "el corazón de la patria" volvió a transmitir, esta vez con más mentiras, pero valió la pena. Ganó Chávez, viva Chávez.
Pero, como es obligatorio, la realidad viene y viene brava, aunque la inmensa capacidad de manipulación del gobierno no permite que se vea con claridad. Más bien se asoma y el gobierno la tapa, la empuja abajo otra vez. Pero ya es inocultable.
Chávez habló de fortalecer el bolívar, pero ya su comando submarino tiene lista una poderosa devaluación que, además, como dice Aristóbulo Istúriz, "esfaratará" más los salarios e impulsará la inflación. Nada de eso prometió micomandante.
Al contrario. Más bien su discurso siempre apuntó a la esperanza, a que el país está blindado económicamente, a que aquí no entra ni coquito y hasta se permitió burlas sobre España, Europa, los griegos y Estados Unidos.
Los puertos, en la misma onda, están que revientan en las incapaces manos cubanas de importaciones que a lo sumo entrarán en enero y sin dólares para seguir la fiesta. La poca actividad en materia de otorgamientos que presentan tanto el Sitme como Cadivi exhiben el tamaño de la quiebra económica que fue capaz de construir el chavismo.
Los demás es candela pura. Más impuestos, más IVA, aumento de la gasolina. "Se acabó lo gratis, lo regalado", dijo el experto en planificación comunista, Jorge Giordani. El sistema eléctrico no aguanta más sin inversiones serias y eficientes; es decir que no se roben la plata. También el ministro Navarro lo dijo, "no recaudamos lo suficiente". Feo, muy feo.
La verdad espera en la bajadita.
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