Friday, November 23, 2012

Tótem enfermo

En: http://www.eluniversal.com/opinion/121123/totem-enfermo

JOSÉ ANTONIO GÁMEZ E. |  EL UNIVERSAL
viernes 23 de noviembre de 2012  12:00 AM
Dentro de la mística revolucionaria, indudablemente aparecen figuras de los más distintos orígenes. La falsa referencia indigenista no ha impedido que la figura del Tótem esté presente dentro de la religión revolucionaria.

Es Tótem esa figura mística que mantiene unida a la tribu y le concede poderes especiales. Tradicionalmente el Tótem es representación de algún animal que ostenta facultades míticas e inmortales En el caso revolucionario este es un animal político.

El Tótem es la garantía plena de la victoria electoral, y también la inspiración absoluta de cualquier candidato oficial a un cargo público. Sea por vía electoral, sea por vía participativa, el Tótem es el único facultado para ungir al aspirante. La legitimidad de gestión del ungido solo se mantiene en la medida en que éste se encuentre en unidad plena con el Tótem. Los grandes milagros solo pueden venir por la vía de misiones, que el Tótem concede desde su omnipotencia petrolera.

El culto al Tótem guarda siempre relación con nuestro folclore. Aunque en la última campaña electoral se le vio con instrumentos eléctricos, propios de la cultura imperialista, la liturgia oficial respeta lo telúrico. Bajo la inspiración de los espíritus de la sabana, los actos de culto se mueven entre la parada militar y la cadena mediática.

Durante los primeros años de imperio, el Tótem gozaba del contacto popular. Las grandes masas enardecidas eran el culmen de su liturgia. La arenga llena de elementos ideológicos, la etapa más prolongada del servicio. Todo esto por supuesto, animado por bebidas espirituosas y música de los grandes trovadores rojos.

Últimamente, el Tótem prefiere la privacidad. La meditación y el estudio atento de su propia doctrina. La consulta permanente al oráculo antillano. La relajación trascendente y la estimulación natural. Todo dentro del más estricto orden de la ceremonia conciliar de los más íntimos y allegados.

Con la última gran victoria, la religación al Tótem tiene claras aspiraciones de hacerse comunal. El culto a la personalidad del máximo representante de la revolución, es prácticamente obligatorio entre los oficialistas. Al punto de proponer una nueva organización política territorial en comunas: unas especies de templos locales, que faciliten el conocimiento de la doctrina, y la práctica de la ascética oficial.

Estas muestras totalitarias, solo pueden aspirar al pleno establecimiento del dominio oficial. Si son capaces de doblegar la conciencia del votante mediante el chantaje, cómo no van a poder adoctrinar y controlar la conducta de los que ya son parte de la maquinaria roja y negra. Para los que tienen una conciencia vacía, será muy fácil acogerse al culto del Tótem de los llanos.

Por contraste, una gran mayoría de venezolanos vemos que esa posibilidad es poco menos que imposible. No es muy difícil encontrar grandes contradicciones en la doctrina oficial. Saltan a la vista lo inhumano de sus planteamientos morales. No se puede doblegar al que conserva sus convicciones patrióticas intactas, y no pacta con un pragmatismo ramplón.

Frente a la exaltación desenfrenada del Tótem, y su pretendida ambición histórica, solo nos queda declarar que no doblaremos la rodilla frente a un ídolo de pies de barro. Que la genuina conciencia venezolana superará la expectativa de una falsificación de la cultura nacional. Y que en definitiva, no bajaremos la cabeza frente a un Tótem, que por demás está enfermo.

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