En pocas palabras. Javier J. Jaspe
Washington D.C.
Mientras saboreábamos la deliciosa cena del Día de Acción de Gracias (“Thanksgiving”), pensábamos que había variados motivos para que la comunidad latina en Estados Unidos célebrara en esta nueva oportunidad, cuando la familia se reúne en la mesa en torno al pavo y los demás componentes del condumio con que se le acompaña de acuerdo con la tradición. Sin duda, también hay motivos para alguno que otro desencanto, pero de éstos mejor es no hablar en esta ocasión.
Primero, está la idea de significación de la comunidad latina, puesta de relieve con los resultados que arrojara el censo de 2010 y publicados el año pasado, según los cuáles, los latinos alcanzaron la cifra de 50.5 millones, para pasar a ocupar el 16% del total poblacional de Estados Unidos, habiendo crecido en 15.2 millones, entre el 2000 y el 2010 (http://www.census.gov/prod/cen2010/briefs/c2010br-02.pdf). Si se toma en cuenta que la población total de Estados Unidos creció en este mismo período en 27.3 millones, ello significa que los latinos contribuyeron con más de la mitad de tal incremento poblacional. Es más, para el año 2050 se proyecta que la población latina pueda triplicarse, llegando a constituir un 30% de la población de Estados Unidos, por lo que de darse esta proyección, uno de cada tres habitantes sería latino (http://www.census.gov/newsroom/releases/archives/population/cb08-123.html).
Como los números del censo no se bastaban por sí solos, las recientes elecciones del 6 de noviembre sirvieron para poner en evidencia que ellos conducen necesariamente a un reacomodo de los factores que mueven el juego politico en Estados Unidos, reconocido con prontitud por el presidente Obama y el Partido Demócrata, pero con una mezcla de desdén y reticencia, por parte de Mitt Romney y el Partido Republicano. Efectivamente, a estas horas existe un consenso mayúsculo, sobre la importancia que tuvo el 72% del voto latino en la reelección de Barack Obama para un nuevo período en la presidencia de Estados Unidos. Este triunfo, además, se vió acompañado por el nada desdeñable efecto del voto latino en la aprobación de propuestas avanzadas en muchos estados y por la creciente participación de latinos en cuerpos legislativos de 36 estados (http://www.analisislibre.org/latinos-ganan-presencia-historica-en-las-legislaturas-de-36-estados/).
Los efectos del indicado reacomodo del juego politico no se han hecho esperar en los días transcurridos después del 6 de noviembre, principalmente manifestado en dos hechos dignos de atención, ya que están llamados a enriquecer la agenda política en lo que falta de año y el que está pronto a llegar. En primer término señalamos, por su alcance general, la discusión que se está dando al interior del Partido Republicano, para lograr una política de mayor acercamiento al electorado latino, donde ya se escuchan voces de autocrítica que recomiendan el abandono de las posiciones extremas que le hicieron perder la brújula a Mitt Romney en relación con temas de gran interés para los latinos, como la reforma migratoria, la seguridad social y la educación, con las consecuencias negativas de todos conocidas a la hora de las votaciones. Todavía es prematuro para vaticinar el posible desenlace de esta discusión, pero en ella y su dinámica no es aventurado indicar que están llamados a participar de manera relevante, Republicanos de origen latino, quienes ocupan posiciones de primera línea en el Congreso o en las gobernaciones de estados, como son los casos del Senador por Florida, Marco Rubio, el Senador electo por Texas, Ted Cruz, y la Gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez.
En segundo término, y no menos importante, debe mencionarse la entusiasta y prioritaria recepción que ha tenido el anuncio del presidente Obama, de presentar al Congreso un proyecto de reforma migratoria, inmediatamente después de su toma de posesión el próximo 21 de enero de 2013 (http://issuu.com/eltiempolatino-twp/docs/etl_11-16-12). Este proyecto incluiría regulaciones sobre seguridad fronteriza, multas para empresas que contraten a inmigrantes no autorizados, y una vía de legalización para quienes no hayan cometido crímenes. Los indocumentados deberán ponerse al día con sus impuestos, aprender inglés y pagar una multa. Este anuncio ha sido comentado positivamente por altos voceros tanto del Partido Democráta, como del Partido Republicano. En este último caso, por los Senadores Lindsay Graham (Carolina del Sur) y John McCain (Arizona), y más recientemente por Carlos Gutiérrez (ex-Secretario de Comercio durante la presidencia de George W. Bush) y Jeb Bush (hijo) (http://www.washingtonhispanic.com/index.php?mod=historico&id=263).
En otras palabras, el último Día de Acción de Gracias trajo motivos para celebrar la mayor presencia de la comunidad latina en el gran país que es Estados Unidos, puesta en reconocida evidencia durante las últimas elecciones del 6 de noviembre. Igualmente, las señales que ya se están dando para un reacomodo del juego politico, de manera acorde con los nuevos tiempos y la mayor significación que ha adquirido el voto latino, incluidos el debate que actualmente se escenifica al interior del Partido Republicano, así como la entusiasta recepción que ha recibido el anuncio de la propuesta de reforma migratoria, que será presentada por el presidente Obama, inmediatamente después de iniciar su segunda presidencia el próximo 21 de enero de 2013. Veremos….
No comments:
Post a Comment