JOSÉ DOMINGO BLANCO (MINGO)| EL UNIVERSAL
viernes 14 de junio de 2013 12:00 AM
Llevo días revisando materiales que llegaron a mis manos a través de distintas fuentes y medios. Al verlos, me generan asombro y preocupación. Como la consternación que me causó este martes Tibisay Lucena cuando, en cadena nacional, se dirigió a los venezolanos para ofrecer los resultados de lo que ellos llaman "auditoría", a pesar de que lo que hicieron fue una verificación de datos; y esto, obviamente, es muy distinto a una verdadera auditoría. Es capcioso que, antes de esta cadena del Poder Electoral, en una rueda de prensa Tibisay vetara al colega de El Universal, Eugenio Martínez, quien publicó datos de cómo los fallecidos habían votado en las elecciones de 2010 y 2012; incluso, que en mesas con 100% de participación se encontraran difuntos inscritos. Peor aún, otros datos que reviso dan cuenta de cómo en las presidenciales del 7 de octubre sufragaron 90 muertos, según el cruce comparativo entre los resultados de mesas con 100% de participación y reportes del INE.
La situación es tan absurda que un periódico publicó la imaginaria reflexión de un fallecido que decía: "Yo viví toda la vida en Caricuao y voté en Caricuao; pero resulta que ahora desde aquí, desde el más allá, voto en La Bombilla, en Morón, en Los Teques...". A los venezolanos no nos queda otra que apelar al chiste para digerir informaciones como éstas a las que se les suman noticias espeluznantes que relatan cómo las captahuellas no evitan que se vote dos veces. Es decir, no hay garantía del principio elemental de "un elector, un voto" porque resulta que en las presidenciales del 7-O, 3,4 millones de votantes ejercieron su derecho aun cuando la máquina no le reconoció la huella o ésta no coincidió con las almacenadas. ¡Una verdadera locura!
No entiendo cómo la oposición de la MUD -la cual creo hay que diferenciar de la oposición del país- llame a participar y a votar masivamente para seguir en esta guachafita; desconociendo así, de nuevo, la naturaleza del régimen. Esta ambigüedad hace que la oposición país desconfíe de la oposición MUD y desconfíe de Capriles como el supuesto máximo líder de la oposición partidista-electorera.
Razón pudiera tener la gente que se pregunta cómo Capriles dice en unos escenarios que no reconoce e impugna los resultados de las elecciones y, después, aun conociendo la trampa jaula que monta el CNE, cuando apenas el régimen le pauta un nuevo careo electoral, sin mayores consideraciones, llama a su gente al despeñadero; es decir, igualito a votar ¡otra vez!
Pareciera que está claro para la oposición país, no para la oposición MUD, que Capriles no demuestra consistencia, ni una estrategia exitosa de confrontación y ofensiva. Sentimos a un Capriles un tanto extraviado con respecto de lo que pudiera estar pasando en el sentir de los venezolanos que no están con este régimen. Ya son 15 años de ejecución del libreto cubano lleno de violencia verbal, autoritarismo, inyecciones de miedo, potes de humo, de elevadas dosis de desesperanza e incertidumbre que han hecho mella en la gente.
Ir a elecciones nuevamente, repitiendo el mismo discurso de que "de esto se sale con votos", desmotiva a la gran mayoría que lo ha seguido en elecciones anteriores. La oposición país, a diferencia de la oposición MUD, tiene que pelear en la calle su victoria como poder popular que es.
A todas estas, los cubanos se dan el lujo de llamar al botón a Diosdado para que les garantice la permanencia de Nicolás en la Presidencia de Venecuba, como tilda a nuestro país un colega articulista. ¿Hasta cuándo vamos a permitir la injerencia cubana? Porque esto es una evidente demostración de que nuestra soberanía se vulneró. Y para completar, el tenebroso José Vicente Rangel -quien sabe muy bien que este gobierno está más débil que nunca- para evitar el empujón que pudiera dar la oposición país, y no la oposición MUD, sale a decir que ¡la oposición compró unos aviones de guerra!
No terminamos de entender por qué Capriles no pauta acciones de calle. ¿Por qué elude el conflicto de calle? Hemos visto a un Capriles candidato que, a toda costa, prefiere ceder antes que confrontar. Y si cree lo que dice con respecto al resultado electoral, debería comportarse como ganador. Es más, no sólo decirlo: debe actuar como tal. Con convicción, para que todos le creamos. Al mismo tiempo, tener una estrategia que desnude a Maduro como usurpador.
Capriles, si es que ganó, debería hacerle un llamado a la FAN, que tiene el deber constitucional de sacar del país a los invasores cubanos, insistir en que aquí hay un régimen totalitario y que, junto con el Poder Popular, se debe restablecer la democracia. Capriles debería emprender una cruzada para salir de la quejadera y pasar a la crítica constructiva porque la oposición país, y no la oposición MUD, está demandando compromiso, más resultados, fuera del efectismo de aparecer en medios o hacer bulla en redes sociales. El tiempo apremia.
La situación es tan absurda que un periódico publicó la imaginaria reflexión de un fallecido que decía: "Yo viví toda la vida en Caricuao y voté en Caricuao; pero resulta que ahora desde aquí, desde el más allá, voto en La Bombilla, en Morón, en Los Teques...". A los venezolanos no nos queda otra que apelar al chiste para digerir informaciones como éstas a las que se les suman noticias espeluznantes que relatan cómo las captahuellas no evitan que se vote dos veces. Es decir, no hay garantía del principio elemental de "un elector, un voto" porque resulta que en las presidenciales del 7-O, 3,4 millones de votantes ejercieron su derecho aun cuando la máquina no le reconoció la huella o ésta no coincidió con las almacenadas. ¡Una verdadera locura!
No entiendo cómo la oposición de la MUD -la cual creo hay que diferenciar de la oposición del país- llame a participar y a votar masivamente para seguir en esta guachafita; desconociendo así, de nuevo, la naturaleza del régimen. Esta ambigüedad hace que la oposición país desconfíe de la oposición MUD y desconfíe de Capriles como el supuesto máximo líder de la oposición partidista-electorera.
Razón pudiera tener la gente que se pregunta cómo Capriles dice en unos escenarios que no reconoce e impugna los resultados de las elecciones y, después, aun conociendo la trampa jaula que monta el CNE, cuando apenas el régimen le pauta un nuevo careo electoral, sin mayores consideraciones, llama a su gente al despeñadero; es decir, igualito a votar ¡otra vez!
Pareciera que está claro para la oposición país, no para la oposición MUD, que Capriles no demuestra consistencia, ni una estrategia exitosa de confrontación y ofensiva. Sentimos a un Capriles un tanto extraviado con respecto de lo que pudiera estar pasando en el sentir de los venezolanos que no están con este régimen. Ya son 15 años de ejecución del libreto cubano lleno de violencia verbal, autoritarismo, inyecciones de miedo, potes de humo, de elevadas dosis de desesperanza e incertidumbre que han hecho mella en la gente.
Ir a elecciones nuevamente, repitiendo el mismo discurso de que "de esto se sale con votos", desmotiva a la gran mayoría que lo ha seguido en elecciones anteriores. La oposición país, a diferencia de la oposición MUD, tiene que pelear en la calle su victoria como poder popular que es.
A todas estas, los cubanos se dan el lujo de llamar al botón a Diosdado para que les garantice la permanencia de Nicolás en la Presidencia de Venecuba, como tilda a nuestro país un colega articulista. ¿Hasta cuándo vamos a permitir la injerencia cubana? Porque esto es una evidente demostración de que nuestra soberanía se vulneró. Y para completar, el tenebroso José Vicente Rangel -quien sabe muy bien que este gobierno está más débil que nunca- para evitar el empujón que pudiera dar la oposición país, y no la oposición MUD, sale a decir que ¡la oposición compró unos aviones de guerra!
No terminamos de entender por qué Capriles no pauta acciones de calle. ¿Por qué elude el conflicto de calle? Hemos visto a un Capriles candidato que, a toda costa, prefiere ceder antes que confrontar. Y si cree lo que dice con respecto al resultado electoral, debería comportarse como ganador. Es más, no sólo decirlo: debe actuar como tal. Con convicción, para que todos le creamos. Al mismo tiempo, tener una estrategia que desnude a Maduro como usurpador.
Capriles, si es que ganó, debería hacerle un llamado a la FAN, que tiene el deber constitucional de sacar del país a los invasores cubanos, insistir en que aquí hay un régimen totalitario y que, junto con el Poder Popular, se debe restablecer la democracia. Capriles debería emprender una cruzada para salir de la quejadera y pasar a la crítica constructiva porque la oposición país, y no la oposición MUD, está demandando compromiso, más resultados, fuera del efectismo de aparecer en medios o hacer bulla en redes sociales. El tiempo apremia.
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