En: http://www.noticierodigital.com/2013/06/turistas-y-turistos-en-europa/
Charito Rojas
19 Junio, 2013
“La paz no se escribe con letras de sangre sino con inteligencia y corazón”. Su Santidad Juan Pablo II (Karol Wojtyla, 1920-2005), Papa polaco de la Iglesia Católica
La semana pasada tuvimos el capítulo “Oposición compra aviones de guerra”. Esta semana el cuadrilátero venezolano fue llevado al mismísimo Vaticano, buscando la intercesión divina en este polarizado panorama.
Hablando de avión, el presidente de Venezuela viaja en esta gira oficial en una nave de Cubana de Aviación, también utilizada por cierto, por el finado. ¿Por qué? ¿Qué paso con el popular “chupadólares”?, ese tremendo airbus que le costó al país casi 100 millones de dólares y que ahora no presta servicio. Tal vez esto es parte de los negocios de intercambio de Cubazuela, de los cuales nada se sabe oficialmente porque los mandatarios venezolanos ya tomaron el son de La Habana, que consiste en bailar tu propio ritmo sin pararle ni medio a tu pareja, que en este caso es este país simpático y complaciente.
Pero hablemos de las escalas de este tour. Primera, Roma, con un homenaje a Simón Bolívar en el propio Monte Sacro, donde se encuentra un busto del prócer. Las filmaciones no dan cuenta del discurso de nuestro embajador en Italia, el muy vidente Isaías Rodríguez, quien a pocas horas del deceso el 5 de marzo, dijo haber tenido un “encuentro místico” con el finado, en la propia sede de la embajada. “Me apagó la luz y yo supe que era él,” reveló el poeta Rodríguez en esa oportunidad.
Luego, a recoger el premio que otorgó la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) por haber cumplido Venezuela las metas del Milenio contra la pobreza y el hambre. No se rían, es evidente que la FAO otorga ese premio basado en los números que envía el gobierno venezolano, para quien el desempleo en el país no supera el 7%, la escasez es un ataque de la burguesía y el desabastecimiento es acaparamiento de los oligarcas apátridas. Como dijo Henrique Capriles: “es que les encanta caerse y caernos a coba”
El Desafío Hambre Cero de la FAO tiene cinco condiciones:1) 100% de alimentación adecuada todo el año 2) ningún atraso en los percentiles de crecimiento infantil anual 3) que las cadenas de sistemas alimentarios sean sostenibles en el tiempo 4) que haya 100% de incremento en la productividad e ingreso de los productores y 5) que haya cero desperdicio de alimentos.
La FAO no vino a Venezuela a comprobar los números que le pasó el gobierno venezolano para lograr el premio (al parecer con el padrinazgo de Lula Da Silva, que tiene vara alta en ese organismo), porque hubiera visto la realidad del despojo de más de 3 millones de hectáreas productivas y ahora son tierras yermas; la expropiación de plantas agroalimenticias ahora arruinadas; la corrupción, ineptitud y negligencia gubernamental que permitió que se pudrieran 900.000 toneladas de comida en conteiners; también vería el ataque sistemático del gobierno contra productores, industriales y comercializadores de la cadena alimenticia. Pero lo más importante: la FAO podría ver con sus propios ojos cómo en Venezuela la gente hace colas desde la madrugada para obtener un pollo, como escasean productos básicos como la leche, el aceite, la harina pan o el papel tualé. Estamos seguros que después de ver la criminal actitud de un gobierno que importa todo porque arruinó a los productores locales, después de ver el desabastecimiento y la escasez que desespera a los consumidores venezolanos, después de comprobar cómo una revolución castrocomunista se devoró el más gigantesco ingreso petrolero que haya visto este país, le quitan el premio ipso facto. Pero de mentiras robolucionarias, tenemos un listado los venezolanos.
Regresando al tour europeo, desconocemos la ronda turística del heredero y su gran comitiva esa noche por las calles de la ciudad eterna, pero suponemos que celebraron el premio con lujo de Césares. Y ensayando, “Un saludo al Vaticano y la Vaticana, a las monjas y los monjos, a los sacerdotes y sacerdotas, al Papa y a la… ¿qué, como se dice??”.
Al día siguiente, muy temprano, ocurrió la visita al Papa Francisco, solicitada por el diligente poeta Isaías. En Venezuela había expectativas sobre lo que le diría el Santo Padre a Maduro en la entrevista, que la oposición esperaba fuera una invitación aconsejada por el Altísimo, para que haya diálogo en este país asolado por la arbitrariedad y la intolerancia. Ese mismo día, en el diario italiano La Repubblica, la Mesa de la Unidad venezolana publicó un aviso en la página 10, en el cual agradecía al Sumo Pontífice sus palabras de preocupación hacia la situación venezolana, pronunciadas en su aparición dominical en la Plaza de San Pedro el día 21 de abril pasado. Con este aviso, la MUD refrescaba al Papa sus buenos deseos y llamaba la atención sobre las “reiteradas violaciones a los derechos humanos” que se cometen en el país. Y finalizan con un ruego: “Le solicitamos que nos ayude con su enorme e indiscutible autoridad moral para lograr ese diálogo basado en la verdad, el reconocimiento mutuo y la búsqueda del bien común”. De esta forma inteligente, la oposición venezolana exponía en público la situación y su posición, el mismo día en que se producía la entrevista del oficialismo con el Papa.
El heredero no cumplió lo ofrecido en la graduación de médicos y médicas comunitarias: regalar al Santo Padre un afiche del finado y un afiche del Simón Bolívar chavista. Afortunadamente, algún sensato le aconsejó que sólo regalara el del prócer de la independencia, que aunque un poco pasado de horno, sigue siendo Bolívar. También le llevó una estatuita del Dr. José Gregorio Hernández, con el ruego de que lo canonizara. Qué más quisiéramos los venezolanos que tener nuestro santo, pero católico y con milagros demostrados. Sacarlo de los altares santeros, que es lo que tiene arrinconado el proceso del venerable Dr. Hernández. También le regaló un cuadro de la Virgen de Coromoto y la Constitución. Así, la “Bicha” llegó al Vaticano.
El boletín de prensa de la Santa Sede dice que el Papa y su visitante hablaron de la situación del país después de la desaparición del finado, de la pobreza, la criminalidad y el narcotráfico. También, y cito la nota oficial, hablaron de “la presencia histórica de la Iglesia católica en el país y su decisiva aportación en los ámbitos de la caridad, la asistencia hospitalaria y la educación”. Esto sin duda lo dijo el Papa Bergoglio. También “pasaron revista a la paz regional, en especial la de Colombia”.
Saludos, presentación de Cilia (“Le presento a la primera combatiente”, debió decir), intercambio de regalos y esta variadísima conversación ocurrió todo, pero todo, en 20 minutos, que es el tiempo de una audiencia papal. En las fotos oficiales, sólo Maduro y el Papa; toda la comitiva excluida de las gráficas. Y el Papa Bergoglio, por latinoamericano y por argentino, sabe perfectamente qué está pasando aquí. Por eso apostamos a su recomendación absoluta de diálogo para la paz. Aunque el heredero diga que prometió al Papa tener un “diálogo sincero” con la Conferencia Episcopal Venezolana, el gobernador Henry Falcón afirma que el diálogo que le pidió el Jefe de la Iglesia Católica es con todos los factores civiles e institucionales del país. Que los ángeles digan amén.
Y así, “feliz y emocionado” en sus propias palabras, por haber conocido al Papa Francisco, el líder del tour venezolano partió en su avión de Cubana de Aviación hacia Lisboa, donde fue recibido por el embajador, general Lucas Rincón, “la cual aceptó”. Una visita más bien corta, con el propósito de “reafirmar y ampliar” acuerdos bilaterales ya firmados por el finado. Pero con un agregado, que parece ser el motivo fundamental (además del rico bacalao con vinho verde que supongo devoraron) de esta escala portuguesa: el presidente venezolano firmó con una compañía constructora portuguesa, que tiene alianza estratégica con compañías brasileñas, una carta de intención para que construyan la segunda autopista entre Caracas y La Guaira, partiendo de la Cota Mil.
Piensa mal y acertarás, decimos los periodistas. La presidenta de Brasil, Dilma Roussef, estuvo en Lisboa la semana pasada reunida con su homólogo Aníbal Cavaco Silva, para ponerse al día con sus intereses comunes. Y de repente, una visita relámpago del mandatario venezolano, para dejar cuadrado el negocio constructor. Muy bien por ellos, porque las constructoras venezolanas no deben estar felices de ser dejadas como la guayabera.
Seguidamente, Oh lalaá, París. Qué bella esa torre, ¿cómo es que se llama? Y qué bueno este pan francés, en Venezuela no sabe igual, pero está regulado para que los niños y las niñas, los jóvenes y las jóvenas puedan comerlo.
No sabemos aún qué fue a hacer a París, en algún momento del día sabremos las novedades. Pero sea lo que sea, seguro nos costará muchos euros.
Hasta el próximo tour.
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