OSCAR ARNAL| EL UNIVERSAL
jueves 20 de junio de 2013 12:00 AM
Pocos periodos han estado signados por una confrontación tan brutal contra la Iglesia como los que hemos vivido con el oficialismo. Sobre todo por la falta continuada de respeto hacia la dignidad eclesial. Desde los medios públicos y especialmente desde algunos programas de radio y Tv, se ha maltratado sin escrúpulos a las autoridades religiosas.
A la jerarquía Católica se le han dicho los peores improperios. De forma literal se les acusó de haber comido y callado durante la "cuarta república". Se les llamó estúpidos, golpistas y retardados mentales. Se les mandó a trabajar y a que se fueran a sembrar maíz o papas. De ser los propios demonios. Defensores de los más podridos intereses. De mentir de forma descarada. De burgueses y capitalistas. De apuñalar al mismo Cristo. De ser miembros de la elite social.
Basta hacer una simple búsqueda en Youtube para recordar que entre otros: al padre Ugalde s.j. lo acusaron de fascista al promover un acuerdo entre el sector sindical y el empresarial; al nuncio Berlocco de protector de delincuentes, al dar asilo humanitario al estudiante Nixon Moreno; a monseñor Lucker de oligarca; a los cardenales Velasco y Castillo Lara de conspiradores, golpistas y de poner "la plasta"; a su eminencia Urosa Savino de arrastrado, bandido, maleante, embustero e indigno troglodita. A todos de asustar al pueblo para manipularlo con el fantasma del comunismo.
A pesar del cúmulo de infamias lanzadas por el régimen, esta semana el Papa Francisco recibió a Maduro y a su comitiva. El encuentro da pie para recordar que la iglesia Católica por su misma condición ésta obligada a perdonarlo todo e incluso a olvidarlo como diría un teólogo jesuita. El Papa a imagen y semejanza de Cristo le ha puesto al gobierno la otra mejilla. Como saben lo que han hecho y de quienes se trata, les ha dicho que recen a su favor y no en contra. Sí siguen agrediendo a la Iglesia tendrán cada día menos gente en el pueblo creyente. El Vaticano también atendió a la oposición, que llevó el tema de los exiliados, perseguidos y de los presos políticos. Así como una carta del gobernador Henrique Capriles, quien pidió la intervención del más alto prelado para encontrar verdaderos caminos de reconocimientos mutuos.
El gobierno ateo de Cuba, le teme a la procesión anual de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de la isla. La peregrinación ha sido una constante durante los más de 50 años de tiranía marxista y se asemeja a la de la Divina Pastora en Venezuela, que crece cada año. El mejor antídoto contra el comunismo sigue siendo la doctrina social cristiana.
Con el Concordato firmado durante el periodo de la "República Civil" los gobernantes democráticos interactuaron con respeto y sinergia con la Iglesia. Gracias al presidente Caldera el Papa Juan Pablo II tuvo una especial relación con Venezuela, visitándonos una vez más durante su segundo periodo. Ojalá siga Maduro ese camino en las relaciones con el primer Papa latinoamericano y entre las buenas nuevas se declare santo al doctor José Gregorio Hernández.
A la jerarquía Católica se le han dicho los peores improperios. De forma literal se les acusó de haber comido y callado durante la "cuarta república". Se les llamó estúpidos, golpistas y retardados mentales. Se les mandó a trabajar y a que se fueran a sembrar maíz o papas. De ser los propios demonios. Defensores de los más podridos intereses. De mentir de forma descarada. De burgueses y capitalistas. De apuñalar al mismo Cristo. De ser miembros de la elite social.
Basta hacer una simple búsqueda en Youtube para recordar que entre otros: al padre Ugalde s.j. lo acusaron de fascista al promover un acuerdo entre el sector sindical y el empresarial; al nuncio Berlocco de protector de delincuentes, al dar asilo humanitario al estudiante Nixon Moreno; a monseñor Lucker de oligarca; a los cardenales Velasco y Castillo Lara de conspiradores, golpistas y de poner "la plasta"; a su eminencia Urosa Savino de arrastrado, bandido, maleante, embustero e indigno troglodita. A todos de asustar al pueblo para manipularlo con el fantasma del comunismo.
A pesar del cúmulo de infamias lanzadas por el régimen, esta semana el Papa Francisco recibió a Maduro y a su comitiva. El encuentro da pie para recordar que la iglesia Católica por su misma condición ésta obligada a perdonarlo todo e incluso a olvidarlo como diría un teólogo jesuita. El Papa a imagen y semejanza de Cristo le ha puesto al gobierno la otra mejilla. Como saben lo que han hecho y de quienes se trata, les ha dicho que recen a su favor y no en contra. Sí siguen agrediendo a la Iglesia tendrán cada día menos gente en el pueblo creyente. El Vaticano también atendió a la oposición, que llevó el tema de los exiliados, perseguidos y de los presos políticos. Así como una carta del gobernador Henrique Capriles, quien pidió la intervención del más alto prelado para encontrar verdaderos caminos de reconocimientos mutuos.
El gobierno ateo de Cuba, le teme a la procesión anual de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de la isla. La peregrinación ha sido una constante durante los más de 50 años de tiranía marxista y se asemeja a la de la Divina Pastora en Venezuela, que crece cada año. El mejor antídoto contra el comunismo sigue siendo la doctrina social cristiana.
Con el Concordato firmado durante el periodo de la "República Civil" los gobernantes democráticos interactuaron con respeto y sinergia con la Iglesia. Gracias al presidente Caldera el Papa Juan Pablo II tuvo una especial relación con Venezuela, visitándonos una vez más durante su segundo periodo. Ojalá siga Maduro ese camino en las relaciones con el primer Papa latinoamericano y entre las buenas nuevas se declare santo al doctor José Gregorio Hernández.
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