Friday, September 6, 2013

El apagón

En: http://www.eluniversal.com/opinion/130906/el-apagon

MARCOS CARRILLO| EL UNIVERSAL
viernes 6 de septiembre de 2013 12:00 AM
Pocas cosas dan mejor cuenta de la naturaleza del régimen que el apagón nacional de este martes pasado. Venezuela pasó de ser uno de los países con mejor sistema eléctrico de toda Latinoamérica, a ser un remedo de la miseria cubana, donde la lámpara de kerosene es un estándar.

El caos lo creó el propio chavismo expropiando las corporaciones privadas que prestaban eficiente servicio y planificaban sus inversiones. No contentos con ello, centralizaron todas las compañías regionales, contrario a lo que un mínimo de sensatez indica y a la tendencia mundial en la materia.

Una vez acaparado todo, el Gobierno se dedicó a politizar la empresa y el caos organizacional se ha visto reflejado en el hecho de que en los últimos tiempos sus presidentes no han durado ni un año en sus puestos. El último de ellos, dijo que luego de seis meses en el cargo todo estaría resuelto, justo unos días luego del vencimiento del plazo que él mismo se puso, Corpoelec celebra la promesa de su presidente con un apagón histórico.

La corrupción también puso su granito de arena para llegar a este punto. Se compraron plantas obsoletas e inservibles para el sistema venezolano. ¿Por qué se hizo eso? Porque Cuba fue el proveedor. Ese país sometido a un gobierno apolillado y primitivo, en donde los carros son de los años 50 y la industria eléctrica es una rareza, se constituyó en el asesor para esta materia en Venezuela. Algo así como, si ellos mismos fueran asesores en derechos humanos, una inmensa farsa, un despropósito.

Por último, cuando el apagón produce el caos de esta semana, antes de realizar cualquier investigación, el Gobierno a priori da la razón de todo: la conspiración, el golpe de Estado. Una vez más, la esencia de este régimen es su propia excusa: su arrogante y errada convicción de superioridad técnica y moral se impone como subterfugio de su fracaso. Para ellos todo sucede porque hay algún bicho malo que no los quiere, que los ve feo, que obstaculiza la impoluta revolución. Sus propias fallas no entran en ninguna ecuación, todo es culpa de un tercero, de una mano peluda que se interpone entre el éxito y el hombre nuevo. Toda una oda a la mediocridad y la estupidez, que se transforman en perversión cuando utilizan el hecho como mecanismo de persecución política. Ya que son los opositores a la revolución los verdaderos culpables, hay que ponerlos tras las rejas.

En resumen, el sistema eléctrico venezolano está centralizado y politizado, están asesorados por un país en donde la electricidad es una rareza, la corrupción los ha minado, sus presidentes no duran un año en el cargo y su arrogancia les prohíbe aceptar que tienen que contratar a los que saben para que administren la empresa. El resultado es previsible. A comprar kerosene y velas, el mar de la felicidad llegó a nuestras costas.

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