MARUJA TARRE| EL UNIVERSAL
viernes 6 de septiembre de 2013 12:00 AM
Venezuela entera estaba todavía sumida en el apagón gigante, pero mucha gente trataba de distraerse pensando en las razones que se le ocurrirían a Maduro para explicar la nueva falla eléctrica. ¿Una invasión de iguanas? ¿Malvadas travesuras de María Corina? ¿Equivocación del Imperio, que queriendo bombardear a Siria había enfocado sus misiles antieléctricos hacia Venezuela? A pesar del ingenio venezolano, a nadie se le ocurrió la pintoresca descripción de Maduro: la "operación Tic Tac, Tic Tac" ideada por mentes retorcidas y malvadas, que pronto serán denunciadas.
Extraño
En efecto, quizás la única cualidad que tiene este gobernante es su ilimitada capacidad para distraer a la gente con sus muy extrañas ocurrencias. Primero fue el pajarito, tierna reencarnación del "Gigante Comandante Eterno". Luego hemos tenido las millonas, las noches con Chávez en el Museo Militar, la multiplicación de los penes, para recordar solo las salidas o equivocaciones más notorias. Inmediatamente después de cada una de estas excentricidades, el país entero pasa días riendo, burlándose, inventando chistes. Por un tiempo se olvida la inflación, la escasez, la inseguridad y todos nos concentramos en la última payasada. Si a estas repetidas distracciones, agregamos la falta de información por haber desaparecido los programas más críticos de la televisión, nos hallamos ante un país anestesiado.
No suelo creer en la genialidad del G2 cubano, pero a veces me pregunto si el personaje bufo que tenemos gobernando, ¿no será la última perversa creación del barbudo que lleva 50 años perpetuándose en Cuba?
Extraño
En efecto, quizás la única cualidad que tiene este gobernante es su ilimitada capacidad para distraer a la gente con sus muy extrañas ocurrencias. Primero fue el pajarito, tierna reencarnación del "Gigante Comandante Eterno". Luego hemos tenido las millonas, las noches con Chávez en el Museo Militar, la multiplicación de los penes, para recordar solo las salidas o equivocaciones más notorias. Inmediatamente después de cada una de estas excentricidades, el país entero pasa días riendo, burlándose, inventando chistes. Por un tiempo se olvida la inflación, la escasez, la inseguridad y todos nos concentramos en la última payasada. Si a estas repetidas distracciones, agregamos la falta de información por haber desaparecido los programas más críticos de la televisión, nos hallamos ante un país anestesiado.
No suelo creer en la genialidad del G2 cubano, pero a veces me pregunto si el personaje bufo que tenemos gobernando, ¿no será la última perversa creación del barbudo que lleva 50 años perpetuándose en Cuba?
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