OSWALDO PÁEZ-PUMAR| EL UNIVERSAL
viernes 6 de septiembre de 2013 12:00 AM
Después de reportar la prensa la insólita presencia de numerosos indigentes en la avenida Urdaneta que duermen sobre cartones, comen y beben desperdicios y hacen sus necesidades en la calle, la segunda noticia, más insólita aún que la primera, es que los vecinos reportan haber visto durante la noche a miembros de la FAN asesinando indigentes. Dándoles un tiro de gracia es la expresión que describe la criminal acción.
Dejé transcurrir varios días a la espera de que alguna autoridad hiciera oír su voz frente a esta terrible situación, pero tan solo me encontré con el silencio cómplice. Es el mismo silencio que guardó el mayor parlanchín de los últimos quince años ante la denuncia del coronel y exjuez Aponte Aponte, dando cuenta de cómo las sentencias que convirtieron a Simonovis, Vivas, Forero y la juez Afiuni en prisioneros del Estado respondía a una instrucción directa suya.
La falta de información a la ciudadanía en todo cuanto le concierne y a la cual tiene derecho en virtud de la Constitución que hace al gobierno responsable, es sustituida por una propaganda que está más orientada a injuriar y agredir al disidente que a mostrar las obras realizadas, quizá por la carencia de ellas que se suplen con unas vejatorias limosnas llamadas misiones que llevan implícito el objetivo de convertir a los ciudadanos en limosneros, para degradarlos y subyugarlos.
Podredumbre
La política económica desarrollada durante tres lustros ha tenido como objetivo destruir las fuentes de trabajo; y cuando los paños calientes de las limosnas prueban su ineficacia y brota hacia afuera la podredumbre de la mendicidad creada por el gobierno más opulento de nuestra historia, se recurre a una nueva solución. La solución final de Hitler.
No es posible pensar que son falsos los testimonios de los vecinos sobre el asesinato de indigentes, no es posible imaginar a miembros de la FAN realizándolos por iniciativa propia. Lo que sí es claro es que el silencio de los comandantes, de la fiscalía, de la defensoría y demás autoridades es la ratificación de la política de no informar al pueblo, al soberano, porque usurpa la soberanía el gobierno no responsable.
Dejé transcurrir varios días a la espera de que alguna autoridad hiciera oír su voz frente a esta terrible situación, pero tan solo me encontré con el silencio cómplice. Es el mismo silencio que guardó el mayor parlanchín de los últimos quince años ante la denuncia del coronel y exjuez Aponte Aponte, dando cuenta de cómo las sentencias que convirtieron a Simonovis, Vivas, Forero y la juez Afiuni en prisioneros del Estado respondía a una instrucción directa suya.
La falta de información a la ciudadanía en todo cuanto le concierne y a la cual tiene derecho en virtud de la Constitución que hace al gobierno responsable, es sustituida por una propaganda que está más orientada a injuriar y agredir al disidente que a mostrar las obras realizadas, quizá por la carencia de ellas que se suplen con unas vejatorias limosnas llamadas misiones que llevan implícito el objetivo de convertir a los ciudadanos en limosneros, para degradarlos y subyugarlos.
Podredumbre
La política económica desarrollada durante tres lustros ha tenido como objetivo destruir las fuentes de trabajo; y cuando los paños calientes de las limosnas prueban su ineficacia y brota hacia afuera la podredumbre de la mendicidad creada por el gobierno más opulento de nuestra historia, se recurre a una nueva solución. La solución final de Hitler.
No es posible pensar que son falsos los testimonios de los vecinos sobre el asesinato de indigentes, no es posible imaginar a miembros de la FAN realizándolos por iniciativa propia. Lo que sí es claro es que el silencio de los comandantes, de la fiscalía, de la defensoría y demás autoridades es la ratificación de la política de no informar al pueblo, al soberano, porque usurpa la soberanía el gobierno no responsable.
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