Tuesday, October 1, 2013

La geopolítica, el mundo y Venezuela

En: http://www.analisislibre.org/la-geopolitica-el-mundo-y-venezuela/

por Eloy Torres Román


El lamentablemente fallecido y excelente profesor como buen amigo, el Dr. Hans Joaquín Leu, en sus cursos “Estructuras Internacionales” y de Política Internacional, conceptualizaba los instrumentos analíticos que todo especialista, político, periodista del área internacional o, burócrata (funcionario diplomático) debe tener en cuenta. Por ejemplo: La política exterior; no es sino “… la conducta de un Estado frente al mundo exterior”. Ella representa el interés nacional y debe articular a toda la Nación.
Hoy se observa en las relaciones internacionales como surge una nueva guerra fría. Los últimos acontecimientos en el Medio Oriente, es un ejemplo. El armamentismo es el dolor de cabeza para toda la humanidad. Está presente, en términos muy agresivos, desde finales del siglo XIX. Las tensiones internacionales son el alpiste que alimenta al canario bélico que acosa a los países. Sabemos de la formación de coaliciones: desde la triple alianza, los poderes centrales o la triple Entente. Luego, el siglo XX fue el escenario donde, a partir de la finalización de la II guerra, la humanidad se vio afectada por una tensión de niveles globalmente destructivos: la guerra fría, entre la extinta URSS y los EEUU, alimentada con el arma nuclear.
No sabemos si feliz o lamentablemente; pero, esa citada guerra fría culminó por el retiro de uno de los contrincantes: La URSS dejó el ring. Gorbachov con su perestroika (reformas) y política de glasnost (transparencia) encarnó ese abandono. La guerra fría fue un estado de tensión extremadamente hostil. La URSS no aguantó más. No obstante, esa guerra sirvió para que Venezuela, diseñara su política exterior; la cual, si bien no era distante de los EEUU; por lo menos, fue cercana a las posturas que procuraban la solución a los conflictos por la vía de la negociación.
Según Fukuyama, el mundo respiró tranquilo por el fin de esa guerra. Aparentemente ello le insufló oxígeno al mundo asfixiado por las tensiones. Se percibió a los EEUU como la única gran potencia. Hay quienes los compararon con la Roma imperial, cuando liquidó a Cartago en la III guerra púnica (149-146 después de Cristo) América se veía única y solitariamente imbatible, puesto que la URSS se salió del juego existencial. La mayor desgracia geopolítica del siglo XX, dijo Vladimir Putin.
Éste individuo encarna lo más eficiente que quedó de la vieja URSS: el KGB. El, a diferencia del resto de esa sociedad, es el único elemento que mantuvo claro sus objetivos: no sólo de seguridad interna, sino preservar el interés nacional ruso en el mundo. Imbuido del excepcionalismo eslavo, tomó las riendas del Kremlin y mostró al mundo que están ahí y que las circunstancias políticas cambiaron. Rusia, dicen los analistas, cual Ave Fénix, ha resurgido de sus cenizas. Ya los EEUU no están solos en el ring.
No obstante ello, también hay otras naciones que muestran, sus dientes, su geopolítica, su estatura estratégica y su particular excepcionalismo: China. Este milenario país: importante no sólo por su población: la mayor del planeta, sino por haberse introducido en el torrente de las relaciones internacionales, desde 1970, con una lenta, segura; pero, ambiciosa visión política. Abandonó la monserga comunista y comunal; luego abrazó al libre mercado, como la solución al hambre que sufría su noble pueblo. Le dijo a las ideas de Mao Tse Tung: Zhie, zhie; es decir, gracias y hoy China es lo que es.
Por sus sabias políticas China representa una amenaza a la hegemonía de Washington, pero, también a las pretensiones rusas. Es el momento de China. Creen ellos. El mundo conoce 5 centros de poder fundamentales: Rusia, EEUU, India, la Unión europea y China.
Actualmente hay grandes coincidencias entre China y Rusia. Se comprueba la creciente oposición de éstos a las iniciativas de Washington, en materia internacional. Experimentan un indetenible armamentismo que los coloca como los rivales más peligrosos para la Casa Blanca. La India y la Unión europea mantienen un complicado juego de intereses. Por ahora, con los EEUU; mañana, no sabemos. Esa es la realidad. Son los intereses y no la “hermandad” en las relaciones internacionales la que dicen la última palabra. Hoy China y Rusia son aliados y obvian sus diferencias existenciales en aras de superar a su enemigo común: los EEUU.
Son muchos los ejemplos que muestran esa confrontación. Hay preocupación, por el apoyo a regímenes emblemáticamente dictatoriales y violadores de los derechos humanos, v.g. Corea del Norte, Siria e Irán; así como también la discusión sobre los escudos anti-cohetes en Europa. Merece un especial llamado de atención el caso de Cuba, pero más aún el de Venezuela. Todos esos elementos nos inducen a pensar que estamos frente a una nueva guerra fría y que los factores geopolíticos están en movimiento. Venezuela, absurdamente se ha implicado en un juego que no conoce. Su errática conducta exterior, se asemeja a un vehículo que marcha sin dirección ni rumbo conocido.
Esta nueva “guerra fría” parece al (Great Game) el gran juego del que hablaba Kipling, sobre el juego geopolítico, a finales del siglo XIX, en Asia. Hoy hay dos boques políticos- militares enfrentados: los EEUU, la Unión europea e incluso la India, frente a Rusia, China y otros más pequeños, como Irán. Japón juega siempre a favor de los EEUU, junto a Corea del Sur. Esta situación nos enseña que el mundo, en efecto, posee una complejidad: una nueva guerra fría que no es bipolar.
Venezuela, ¿qué hace en esta fatal ecuación geopolítica? Nada. Nos movemos como un paquidermo perdido; pero, con petróleo. Todos nos buscan para sus intereses: China por el oro negro; Rusia para “ocupar” un lugar en el área vital “gringa” e Irán parar tener un punto de difusión de sus ideas fanatizadas por la religión, entre otras cosas. Durante 15 años los gerentes bolivarianos, con su Comandante al frente, han trastocado el rumbo del país. Lamentablemente no tenemos política exterior, sino una mala y peligrosa conducta, pues depende de factores no nacionales. Somos, por voluntad de éstos, unos vasallos de intereses extraños.

No comments:

Post a Comment