Enrique Viloria Vera
Sólo el egoísmo y el odio tienen patria.
¡La fraternidad no la tiene!
Alphonse de Lamartine
¡La fraternidad no la tiene!
Alphonse de Lamartine
¡Qué
afortunados somos los ciudadanos de la V
República , los
conejillos de Indias del Socialismo del siglo XXI, los hijos de Bolívar y
Chávez, los nietos de Fidel y Raúl: Tenemos Patria!, pero no una patria
cualquiera.
Para muchos la Patria es sólo y egoístamente
una noción abstracta, una entelequia afectiva, un blasón y un emblema, una
razón para vivir y morir, como muy
apropiadamente afirmara el emperador eterno – no el nuestro - , sino el
francés: “La guerra es un juego serio en el que uno compromete su
reputación, sus tropas y su patria”. Para nosotros los súbditos bolivarianos
también lo es en estos tiempos de implacable y reiterada guerra asimétrica,
pero además, para orgullo propio y envidia ajena, la nuestra es una Patria con
destino útil y cierto que la diferencia de otras anodinas e insípidas patrias
del mundo capitalista. En efecto, la Patria Bolivariana
es polifacética, maleable, dúctil, flexible, se destaca también por su variada
y bienvenida utilidad, con ella – además de amarla, defenderla y respetarla - los felices venezolanos bolivarianos del siglo XXI podemos resolver muchos asuntos cotidianos a la vez.
En caso de que
no tengamos nada para comer después de recorrer mercados y Mercales, cortamos
varios churrascos de patria fresca y jugosa, como no hay aceite, la ponemos al
sol para que se cocine lentamente, luego la degustamos con placer incomparable
hasta quedar hartos de Patria, inflados de patriotismo.Si falta el agua, ese
despilfarro imperialista, nos tomamos a
cualquier hora un baño de refrescante Patria; pulverizada, sin que nos hagan
falta los medicamentos imperiales, la aspiramos en caso de grave crisis
respiratoria; untada es remedio más eficaz contra el dengue y la malaria., que
las vacunaciones y fumigaciones de la pútrida IV República. La Patria nos alumbra en caso
apagón o de oscurana; con sólo imaginarla nos tranquiliza, otorga una paz
interior que nada envidia a un éxtasis o
a un nirvana.
Segura como es
y siempre ha sido - ahora cuadriculada y en manos de los caritativos y
justicieros colectivos socialistas - nos
otorga la tranquilidad y la felicidad que cualquier ciudadano del Primer Mundo
desearía; vivimos a nuestras anchas, sin preocupaciones, andando y desandado
las calles y avenidas bolivarianas a toda hora,
sin saber la diferencia entre el día y la noche, como acontece – pobre
de ellos - una sola vez en la frígida Suecia.
En su próxima
intervención en cadena, es decir ahorita, el Designado nos va a comunicar –
orondo, sobrado y sabiducho – que los bolivarianos tendremos de ahora en
adelante - por sendo decreto presidencial con rango y fuerza de Ley - no sólo Patria Segura, también contaremos
con una Matria tolerante a imagen de la Primera Combatiente.
¡PATRIA SEGURA Y MATRIA TOLERANTE! ¿VENCEREMOS?
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