NELSON CASTELLANO HERNÁNDEZ| EL UNIVERSAL
jueves 29 de mayo de 2014 12:00 AM
Acabo de asistir a la presentación en París del documental "Caricaturistes - Fantassins de la démocratie", que podría traducir como "Caricaturistas, soldados de la democracia", en el cual participa nuestra reconocida caricaturista Rayma.
Valiente mujer que trabaja dentro del difícil contexto que se vive en Venezuela, corriendo riesgos con sus dibujos para que no desaparezca la libertad de expresión en nuestro país.
Rayma ha sido atacada, insultada y amenazada por un régimen que le tiene miedo al humor, al trazo del creyón, del lápiz y a la capacidad de resumir en un trazo, ese mensaje que captura en una imagen la terrible realidad.
Un poder de síntesis que en muchos países del mundo molesta a los autócratas. Unos reaccionan negativamente por soberbia, altivez, altanería, arrogancia o vanidad, como medio de autoafirmación y reivindicación de lo que suponen ser, los dueños del poder.
Otros por temor, ese que proviene de la crítica que afecta patológicamente al inseguro, que se siente agredido al no aprobarse su comportamiento. Este en el fondo conoce su incapacidad, pero también recurre al poder, para atropellar al que lo desestabiliza con su opinión libre.
La persona que no se siente segura de sí misma, cuando no se le alaba o se le aprueba lo que realiza, sufre una sensación de nervios, agitación y tensión. Puede sudar, tener temblores, la boca se le reseca, el pulso se le acelera y puede llegar a tener sensación de náuseas.
Esa situación le resulta insoportable para su ego sobre-dimensionado, sobre todo en su condición de jefe máximo, mientras más grandes sean los efectos, mayor será su reacción despótica.
El documental presentado en Francia, se inscribe en continuidad al proyecto expositivo y ciclo de conferencias "Cartooning for Peace / Dibujos por la Paz: la responsabilidad de los dibujantes de prensa", organizada el16 de octubre del 2006, en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York.
Kofi Annan, Premio Nobel de la Paz y para la época Secretario General de la ONU, en el coloquio "Des-aprender la intolerancia", afirmó: "Yo siempre pensé que el dibujo humorístico ocupaba un lugar preponderante en la prensa. Juega un rol particular para construir la opinión pública, ya que una imagen tiene generalmente un efecto más fuerte y más directo que las palabras, también porque mucha gente está lista a mirar un dibujo que a leer un artículo".
Una cosa explica la otra, de la crítica a la censura muchos regímenes dan el paso.
El documental presenta 12 formidables artistas, con sus características propias, unos divertidos otros trágicos. Impresiona la sencillez como se presentan y defienden su trabajo, en ocasiones con modestia, la verdadera, la que proviene de la autenticidad.
Vienen de todos lados, son franceses, rusos, mejicanos, argelinos, chinos, israelitas, palestinos, americanos, de Costa de Marfil, Burkina-Faso y Venezuela. Comprometidos con la democracia luchan, a riesgo de su integridad física, con las únicas armas que poseen: el talento y sus lápices.
Observando sus condiciones de trabajo, su vida diaria, comprendemos su lucha. Sin lugar a dudas percibimos los riegos que sufre en el mundo, los derechos humanos y la libertad de prensa, recordándonos que el respeto a nuestros derechos no son una cosa adquirida de por vida y que debemos ser vigilantes.
En el Festival de Cannes, donde fue presentado, produjo una intensa emoción. El público aplaudió de pie. En esta oportunidad la meca francesa del cine, fue algo más que exhibición y lujo, dándole la primacía al esfuerzo humano y artístico, por un mundo mejor.
En la plaza pública donde tuve la oportunidad de ver el documental, observaba desde lejos a Rayma. Sentí como ella representaba esa Venezuela que no se rinde, con nuestra bandera terciada al cuello. Me sentí orgulloso de esa mujer, de su sencillez, de su talento, de su combate... de su valor.
Ex Cónsul de Venezuela en París
Presidente de Venezuela-Futura, Francia
Valiente mujer que trabaja dentro del difícil contexto que se vive en Venezuela, corriendo riesgos con sus dibujos para que no desaparezca la libertad de expresión en nuestro país.
Rayma ha sido atacada, insultada y amenazada por un régimen que le tiene miedo al humor, al trazo del creyón, del lápiz y a la capacidad de resumir en un trazo, ese mensaje que captura en una imagen la terrible realidad.
Un poder de síntesis que en muchos países del mundo molesta a los autócratas. Unos reaccionan negativamente por soberbia, altivez, altanería, arrogancia o vanidad, como medio de autoafirmación y reivindicación de lo que suponen ser, los dueños del poder.
Otros por temor, ese que proviene de la crítica que afecta patológicamente al inseguro, que se siente agredido al no aprobarse su comportamiento. Este en el fondo conoce su incapacidad, pero también recurre al poder, para atropellar al que lo desestabiliza con su opinión libre.
La persona que no se siente segura de sí misma, cuando no se le alaba o se le aprueba lo que realiza, sufre una sensación de nervios, agitación y tensión. Puede sudar, tener temblores, la boca se le reseca, el pulso se le acelera y puede llegar a tener sensación de náuseas.
Esa situación le resulta insoportable para su ego sobre-dimensionado, sobre todo en su condición de jefe máximo, mientras más grandes sean los efectos, mayor será su reacción despótica.
El documental presentado en Francia, se inscribe en continuidad al proyecto expositivo y ciclo de conferencias "Cartooning for Peace / Dibujos por la Paz: la responsabilidad de los dibujantes de prensa", organizada el16 de octubre del 2006, en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York.
Kofi Annan, Premio Nobel de la Paz y para la época Secretario General de la ONU, en el coloquio "Des-aprender la intolerancia", afirmó: "Yo siempre pensé que el dibujo humorístico ocupaba un lugar preponderante en la prensa. Juega un rol particular para construir la opinión pública, ya que una imagen tiene generalmente un efecto más fuerte y más directo que las palabras, también porque mucha gente está lista a mirar un dibujo que a leer un artículo".
Una cosa explica la otra, de la crítica a la censura muchos regímenes dan el paso.
El documental presenta 12 formidables artistas, con sus características propias, unos divertidos otros trágicos. Impresiona la sencillez como se presentan y defienden su trabajo, en ocasiones con modestia, la verdadera, la que proviene de la autenticidad.
Vienen de todos lados, son franceses, rusos, mejicanos, argelinos, chinos, israelitas, palestinos, americanos, de Costa de Marfil, Burkina-Faso y Venezuela. Comprometidos con la democracia luchan, a riesgo de su integridad física, con las únicas armas que poseen: el talento y sus lápices.
Observando sus condiciones de trabajo, su vida diaria, comprendemos su lucha. Sin lugar a dudas percibimos los riegos que sufre en el mundo, los derechos humanos y la libertad de prensa, recordándonos que el respeto a nuestros derechos no son una cosa adquirida de por vida y que debemos ser vigilantes.
En el Festival de Cannes, donde fue presentado, produjo una intensa emoción. El público aplaudió de pie. En esta oportunidad la meca francesa del cine, fue algo más que exhibición y lujo, dándole la primacía al esfuerzo humano y artístico, por un mundo mejor.
En la plaza pública donde tuve la oportunidad de ver el documental, observaba desde lejos a Rayma. Sentí como ella representaba esa Venezuela que no se rinde, con nuestra bandera terciada al cuello. Me sentí orgulloso de esa mujer, de su sencillez, de su talento, de su combate... de su valor.
Ex Cónsul de Venezuela en París
Presidente de Venezuela-Futura, Francia
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