Tuesday, November 6, 2012

Como la lechuza

En: http://www.eluniversal.com/opinion/121106/como-la-lechuza
 
ANA CAROLINA DE JESÚS |  EL UNIVERSAL
martes 6 de noviembre de 2012  12:00 AM
Tres semanas desde el 7 de octubre. ¡Qué lejos se ve esa fecha! ¡Atrás! No se detiene el tiempo, la vida ni el país. Bueno... El país tampoco progresa. Basta contar el número de protestas en una semana, la dolorosa cifra de fallecidos por la violencia. Suficiente con decirte que todo sigue igual, incluso con la aprobación de leyes o medidas -¡qué conveniente y qué coincidencia!- salen a relucir días después de las elecciones. Lo último fue esa movida de electores de un centro a otro. Qué triste es ver que la tolerancia y la igualdad, para el actual gobierno, significa distinción de ciudadanos pues unos son "excepcionales". Dudo que en esa palabra entren los ocho millones.

Hoy, he dejado atrás la tristeza por la derrota pero no mis pensamientos. Podemos estar mejor. La idea fue similar a un proyecto de país propuesto por Capriles y  éste no se concretó. No se concretó por conformismo, por miedo, porque les gusta el actual ritmo de país. No importa la palabra, la excusa, la explicación. He aceptado que esta idea sigue en pie. Y está oculta bajo las deficiencias del día a día. Es tan válida que no puede ser arrebatada bajo cualquier discurso o afiche oficial.

Y viene otra fecha: el 16 de diciembre. He reunido todo tipo de opiniones al respecto. Puedo suponer que has escuchado algunas. Que si el fraude montado por el CNE se volverá a repetir, que si la MUD se dejó comprar, que si Leopoldo prometió testigos en todas las mesas y no las hubo, que si Capriles debió recorrer el país y respetar al candidato elegido en las primarias de Miranda. También están los que dicen que para qué votar si igual montará sus comunas, que miremos lo que hizo con la Alcaldía Mayor.  Ni esas promesas galácticas de los candidatos oficialistas para garantizar tu voto, ese vil chantaje de viviendas y recursos para tu estado que muchos (por necesidad o por astucia) aprovechan. Si los escuchas, notarás que hay demasiado ruido. Y mucha impotencia.

Podría escribirte un manifiesto sobre por qué hay que votar el 16 de diciembre. Podría resaltar que es la única opinión que sí escuchan los políticos. Porque protestas, marchas, cartelitos, huelgas de hambre... cualquier acto de creatividad es ignorada. El que tranques la calle, no les afecta en lo más mínimo. Tienen choferes, guardaespaldas y policías que pueden apartarte. No. No te diré que votes para evitar males mayores, como una señora exclamaba a viva voz en la peluquería; que había que votar en las próximas elecciones porque no quería al señor del programa La Hojilla como alcalde de Chacao (la sola imagen es terrorífica). Te diré por qué votar. No votes por ti. Ni por tu familia. Ni por el país. Vota para no darles el gusto. El gusto de tener el mapita rojo. El gusto de decir que todo está perfectamente normal. El gusto de que la inseguridad es una sensación.  El gusto de que se robaron los reales para mejorar tu calle. El gusto de decir que son indispensables para tu felicidad.  No le des el gusto de que te dominen. Si quieren montar las comunas, ponles el camino más difícil. ¿No dicen que tú, como pueblo, eres soberano?  Si eres soberano, no debes tener miedo; más bien exige porque el trabajo de un gobernante es cumplir.  Para exigir, comienza tú por votar. En cambio, si por apatía o por dejarles el camino fácil, renunciaste al voto, pues serás como uno de los abstencionistas del 7 de octubre, que desde entonces cantan: todos calladitos como la lechuza que hace ssshh.

No comments:

Post a Comment