En pocas palabras. Javier J. Jaspe
Washington D.C.
 
El triunfo de Barack Obama en las recientes elecciones del 6 de noviembre, para ejercer la presidencia de Estados Unidos por cuatro años adicionales, resultado al cual contribuyó la mayor parte del voto latino (3 a 1, según estimaciones no oficiales), motiva la conveniencia de hacer algunas consideraciones preliminares sobre sus efectos inmediatos. Dado que la agenda electoral ese mismo día incluyó la elección de miembros del Congreso y la votación sobre propuestas de una notable diversidad e importancia para el país y los estados, una reflexión inicial sobre los resultados de la votación en estos aspectos no deja de ser también aconsejable.

Aunque hay algunas caras nuevas, como las de Elizabeth Warren (Massachusetts) y Tim Kaine (Virginia), ambos Senadores Demócratas, lo primero que salta a la vista es que el control de la Cámara de Representantes por parte del Partido Republicano, y la mayoritaria composición Demócrata del Senado, mantiene la situación existente antes de las elecciones. Es más que probable que el presidente Obama decida realizar cambios en su gabinete y ya se esparcen rumores sobre la salida de Hillary Clinton (Secretaria de Estado), Leon Panetta (Secretario de Defensa) y Timothy Geithner (Secretario del Tesoro). Sin restarle méritos a tales eficientes y altos funcionarios, éstos y otros cambios en el gabinete, junto con el nuevo Congreso, pueden contribuir a refrescar el cuadro que poco ha permitido avanzar en materias de gran importancia para el país, incluidos los temas relacionados con la reducción del déficit fiscal, la confección del presupuesto y la reforma inmigratoria. En las últimas horas, se ha anunciado la iniciación de conversaciones que, aprovechando el ambiente post-electoral, parecen indicar que comenzarán a soplar vientos mejores para lograr acuerdos en estos temas.

La búsqueda de una solución al llamado precipicio fiscal (“fiscal cliff”) es fundamental con el objeto de evitar y /o reducir los recortes automáticps en el gasto fiscal que afectan programas (defensa militar, por ejemplo) y pueden traer consigo mayor desempleo. Sólo en Virginia, se estima que la industria relacionada con el presupuesto de defensa militar perdería una cantidad cercana a los 130 mil empleos, como consecuencia de los aludidos recortes automáticos (http://articles.dailypress.com/2012-11-07/news/dp-nws-election-follo-sequestration-20121107_1_fiscal-cliff-budget-cuts-sequestration). Igualmente, una estabilidad en materia presupuestaria permitiría al gobierno del presidente Obama no afectar ciertos programas (seguridad social y la reducción de impuestos a la clase media, por ejemplo), que van dirigidos a favorecer a quienes, como es el caso de los latinos y otras minorías, lo apoyaron grandemente con el voto en su reelección.

En el ámbito de las relaciones internacionales, no parecen estar planteados mayores cambios en la polítca que viene siguiendo el presidente Obama. En este sentido, las prioridades parecen apuntar hacia la necesidad de prestarle atención, entre otros asuntos, a los esfuerzos que realiza Irán para proveerse de armas nucleares, las relaciones con China y Rusia, el conflicto en Afganistan, la guerra civil en Siria y el fortalecimiento de los vínculos con los países aliados, como Canadá, Japón y los que integran la Unión Europea, matizados en este último caso por los esfuerzos encaminados a la superación de la crisis económica que vive dicha región.

Sinembargo, como reflejo de su mayor crecimiento economico y la necesidad de dar solución adecuada a problemas de ámbito binacional (lucha contra el narcotráfico en México, por ejemplo), es posible que también se produzca un mayor acercamiento a América Latina. En esta materia todavía están frescas las críticas que formulara Mitt Romney al presidente Obama, durante los dos últimos debates, abogando por un mejoramiento de las relaciones económicas de Estados Unidos con la región latinoamericana.

Mención aparte merecen las propuestas formuladas al electorado, en relación con materias generalmente sometidas a controversia y que son de alto interés para las comunidades de los estados. En razón de la cantidad de propuestas (176 en 38 estados), y que en algunos casos los resultados definitivos no han estado disponibles, resultaría prolijo referirse a todas en este artículo, por lo que nos limitaremos a comentar las siguientes (una version más detallada puede verse en: http://news.msn.com/politics/election-day-2012-ballot-initiatives):
  • Matrimonio entre personas del mismo sexo – Esta propuesta fue objeto de aprobación en Maine y Maryland, los dos primeros estados que lo hacen por el voto popular. Los resultados en Washington, a la fecha que esto escribimos, no han estado disponibles. En cualquier caso, con Maine and Maryland ya van ocho estados que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo. Sinembargo, debe recordarse que todavía está pendiente una decisión de la Corte Suprema, para abocarse al conocimiento de una demanda de nulidad de la ley que niega reconocimiento a los aludidos matrimonios.
  •  Legalización de la marihuana – Los votantes en Colorado y Washington aprobaron la legalización de la marihuana sometida a ciertas limitaciones, en cuanto a cultivo, consumo y comercialización. En esta materia todavía queda agua por correr, ya que la ley federal considera ilegal a la marihuana, produciéndose un conflicto que posiblemente deberá ser resuelto por la Corte Suprema en el futuro.
  • Eliminación de la pena de muerte – California decidió mantener la pena de muerte, con lo cual se mantiene el número de 17 estados que han decidido eliminarla. Esta propuesta despertó una alta expectativa, dado el número de personas que se encuentran bajo prisión en espera de sufrir la pena de muerte.
  • Eutanasia – Los votantes de Massachusetts decidieron derrotar la propuesta que permitía asistir en el suicidio de una persona con enfermedades terminales.
  • Derechos de inmigrantes ilegales – En Maryland se aprobó una propuesta para permitir a inmigrantes ilegales el pago de matrículas en colegios del estado, siempre que hayan estudiado port tres años en escuelas de secundaria del estado y durante ese período acrediten haber presentado sus declaraciones de impuestos estatales. Esta medida se agrega a otras de carácter similar vigentes en otros doce estados, pero es la primera vez que se aprueba por voto popular.

No deseamos finalizar, sin antes destacar el papel del voto latino tanto en la reelección del presidente Obama, en la elección o ratificación de los miembros del Congreso y en la aprobación o rechazo de las propuestas formuladas al electorado en cada estado, incluidas las reseñadas con  anterioridad. No existe dudas entre los analistas, sobre la importante contribución realizada por el voto de los ciudadanos de origen latino, para la obtención de los resultados de las elecciones del pasado 6 de noviembre (http://www.huffingtonpost.com/2012/11/07/latino-voters-election-2012_n_2085922.html). Si se toma en  cuenta que cada mes al alcanzar su mayoría de edad, cerca de 50 mil votantes latinos ingresan al mercado del voto en Estados Unidos, se entenderá que para las próximas elecciones a celebrarse en el 2016, la cantidad de electores latinos se habrá incrementado en más de dos millones y, por ende, su participación en dichos comicios se encuentra llamada a tener una mayor significación.

En pocas palabras, la reelección del presidente Barack Obama plantea la necesidad de realizar esfuerzos con el nuevo Congreso, para tratar de avanzar en materias que hasta ahora se han encontrado sometidas a estancamiento. En este contexto se encuentran temas que son de alto interés para la población de orígen latino, la misma que con su voto contribuyó decididamente a dicho triunfo y a la integración del nuevo Congreso, así como a rechazar o aprobar las propuestas estadales que formaron parte de la agenda electoral del pasado 6 de noviembre. La importancia de la contribución del voto latino seguirá incrementándose en las próximas elecciones del año 2016. Veremos