JUAN MARTIN ECHEVERRÍA| EL UNIVERSAL
domingo 24 de noviembre de 2013 12:00 AM
Si el enfermo tiene fiebre es porque tiene una infección, lo pertinente es hacerle un examen de sangre y, en base a los resultados, aplicarle el tratamiento adecuado; en cambio, si para quitarle la fiebre le cortas un brazo o una pierna, lo estás dejando en un estado crítico. Una situación similar se vive con los procedimientos que están practicando funcionarios del Seniat, Indepabis, Sundecop, Cadivi y la Fuerza Armada, ya que todos los comerciantes no especulan y las reducciones de precios no pueden ser "talla única", porque el margen de ganancia varía de acuerdo a los costos.
Se atacan los efectos sin tomar en cuenta las causas, porque el origen de este desastre es el control de cambios, con un dólar paralelo cada vez mas distanciado y una economía excesivamente importadora: habría que darle nueva vida a tantas empresas paralizadas, detener la pérdida de puestos de trabajo y el desabastecimiento de productos de primera necesidad, que generan corrupción y una enorme tensión social. ¿Acaso la óptica del régimen es tan simplista, que considera las rebajas a la fuerza como una panacea? Siguen pendientes las causas y las medidas que se implementen, para que sean racionales tendrían que ser diferenciadas, distinguiendo los productos y circunstancias del importador, fabricante o distribuidor.
El 8D es una fecha fundamental, pero después la vida continúa, los venezolanos tenemos que comer, trabajar, disponer de condiciones mínimas de vida y seguir adelante. ¿Entonces qué pasará? Las inspecciones y actas son inconsistentes, por la imposibilidad de emitir una opinión sólida en pocas horas, sobre la compleja estructura de costos de un comercio o industria. Lo cierto es que la Ley de Costos y Precios Justos regula numerosos bienes, las autoridades revisan a diario los inventarios y el transporte de mercancías se hace con guías autorizadas, entonces ¿por qué el gobierno comete tantos disparates?
Hay un antes y un después de estas acciones desesperadas, que pueden tener inicialmente un efecto político favorable en el pueblo, con un enorme riesgo de destrucción de empresas, puestos de trabajo, pérdida de nuevas inversiones, cancelación de importaciones en proceso y un escenario político donde la buena o mala salud de la economía será crucial en el primer trimestre del año 2014. ¿Cómo pueden suspenderse las vacaciones colectivas y el mantenimiento de las plantas, ya acordadas por contrato con los sindicatos y cómo importar materia prima o productos terminados sin divisas?
La industria pesada de Guayana ha bajado su producción y está trabajando a pérdida, de allí que deba importarse más de lo normal en esos rubros sacrificando divisas indispensables. La destrucción de miles de puestos de trabajo propicia la creación de igual cantidad en el exterior, la regaladera a otros países resta recursos para alimentos, vivienda y servicios a nuestros ciudadanos y la congelación del reclamo Esequibo y el Diferendo con Colombia, entrega soberanía. ¿Quién supervisa al sector público y por qué no investigan a la Contraloría, la Fiscalía y la AN?
Se atacan los efectos sin tomar en cuenta las causas, porque el origen de este desastre es el control de cambios, con un dólar paralelo cada vez mas distanciado y una economía excesivamente importadora: habría que darle nueva vida a tantas empresas paralizadas, detener la pérdida de puestos de trabajo y el desabastecimiento de productos de primera necesidad, que generan corrupción y una enorme tensión social. ¿Acaso la óptica del régimen es tan simplista, que considera las rebajas a la fuerza como una panacea? Siguen pendientes las causas y las medidas que se implementen, para que sean racionales tendrían que ser diferenciadas, distinguiendo los productos y circunstancias del importador, fabricante o distribuidor.
El 8D es una fecha fundamental, pero después la vida continúa, los venezolanos tenemos que comer, trabajar, disponer de condiciones mínimas de vida y seguir adelante. ¿Entonces qué pasará? Las inspecciones y actas son inconsistentes, por la imposibilidad de emitir una opinión sólida en pocas horas, sobre la compleja estructura de costos de un comercio o industria. Lo cierto es que la Ley de Costos y Precios Justos regula numerosos bienes, las autoridades revisan a diario los inventarios y el transporte de mercancías se hace con guías autorizadas, entonces ¿por qué el gobierno comete tantos disparates?
Hay un antes y un después de estas acciones desesperadas, que pueden tener inicialmente un efecto político favorable en el pueblo, con un enorme riesgo de destrucción de empresas, puestos de trabajo, pérdida de nuevas inversiones, cancelación de importaciones en proceso y un escenario político donde la buena o mala salud de la economía será crucial en el primer trimestre del año 2014. ¿Cómo pueden suspenderse las vacaciones colectivas y el mantenimiento de las plantas, ya acordadas por contrato con los sindicatos y cómo importar materia prima o productos terminados sin divisas?
La industria pesada de Guayana ha bajado su producción y está trabajando a pérdida, de allí que deba importarse más de lo normal en esos rubros sacrificando divisas indispensables. La destrucción de miles de puestos de trabajo propicia la creación de igual cantidad en el exterior, la regaladera a otros países resta recursos para alimentos, vivienda y servicios a nuestros ciudadanos y la congelación del reclamo Esequibo y el Diferendo con Colombia, entrega soberanía. ¿Quién supervisa al sector público y por qué no investigan a la Contraloría, la Fiscalía y la AN?
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