Gustavo Coronel
Materiales para el debate, Parte II
En
1999, con Hugo Chávez ya instalado en el poder, apareció en escena un
ideólogo fascista, militarista y anti-semita, llamado Norberto Ceresole.
En uno de sus primeros escritos publicados en Venezuela, Ceresole dijo
lo siguiente: Ver “El 25 de Julio de 1999, o la mochila del presidente”, en :
“el
presidente Chávez ha demostrado que el poder no reside en el hecho de
habitar en Palacio: el poder es la suma ordenada de dos elementos: el
amor activo del pueblo y la lealtad de los ejércitos.
Por lo tanto el poder se puede ejercer tanto desde Palacio como desde el
monte, siempre y cuando se lleve lo fundamental dentro de la mochila:
ese amor activo del pueblo y esa lealtad de los ejércitos. Y siempre y cuando el presidente lleve consigo -en todo momento- su mochila, aún cuando vista con ropas civiles”. De allí que el difunto nunca abandonara el uniforme, sus arrestos de militar, en fin, su “mochila”, como la llamaba Ceresole.
El
párrafo de Ceresole ilustra lo que fué la estrategia fundamental de
Hugo Chávez: conservar el apoyo de la fuerza armada y seducir
demagógicamente a los venezolanos pobres. Ceresole no menciona la otra
pata de la mesa: el dinero de una PDVSA prostituída, el cual haría
posible la compra de conciencias y la lealtad de una gran masa de pobres
ansiosos de promesas y de dádivas gubernamentales.
Y agregaba Ceresole: “Ahora
es el momento de ejercer el poder que en Venezuela se generó por la
acción de tres y sólo tres factores: el Pueblo que señala y «ordena»
(»ordena» en el sentido de directiva y en el sentido de «ordenación»,
eclesiástica, por ejemplo) a un Caudillo,
y los Ejércitos -de tierra, mar y aire- que se subordinan a esta
orden-ordenación y se colocan -mayoritariamente y por íntima convicción-
como escudo protector de una nueva dinámica histórica”.
Por supuesto, hubo otros aportes ideológicos a esta estrategia inicial y esencialmente
fascista de Hugo Chávez. Algunos generales como Alberto Muller Rojas y
Jacinto Pérez Arcay también sirvieron de ideólogos pro-militares desde
temprano. Pérez Arcay, en particular, promovió el matrimonio de las
ideas totalitarias del difunto con el pensamiento
bolivariano, una union perversa que ha terminado por empañar, por
asociación, la memoria del libertador.
Hugo
Chávez llegó al poder por la via que le era menos deseada, la via
electoral. Hubiera preferido llegar a Miraflores por la via del golpe
militar de Febrero 1992, ya que ello le hubiera permitido mandar sin
trabas impuestas por la necesidad de disfrazarse de demócrata. Sin
embargo, desde el primer momento su gobierno se caracterizó por el
abandono progresivo de las formas democráticas, comenzando por su
juramento ante una “constitución moribunda”. Ante la cobardía del mundo
politico civil se atrevió a romper, de manera
sistemática, con todas la reglas del quehacer denocrático, promoviendo
directamente a los militares, eliminando al congreso, convirtiendo las
instituciones en marionetas pagadas con dinero petrolero. Frente a estas
violaciones solo se azó la voz solitaria, civil y civilizada de Jorge
Olavarría, quien en Julio de 1999, en discurso ante el Congreso
agonizante, dijo: “Hace
tres días el Presidente en su condición de Comandante de las Fuerzas
Armadas Nacionales, violó su juramento constitucional de respetar y
sostener la Constitución y las Leyes, cuando promovió a treinta y tres
oficiales de las Fuerzas Armadas cuyos ascensos habían sido
expresamente negados por el Senado de la República, en legítimo
ejercicio de su atribución establecido en el Ordinal quinto del
artículo 150 de la Constitución. Además
de esto, que es obvio y debe producir acciones inmediatas por parte de
quienes están obligados a tomarlas, lo que el presidente Hugo Chávez
está haciendo con las Fuerzas Armadas, legal, paralela, meta legal o
ilegal, va a llevar a la destrucción de{la institución]…Aparentemente su
deseo es convertir a las FAN en una milicia a su servicio exclusivo”.
Al oir esto, segun relata Sammy Landaeta Millán, “el
General Raúl Salazar, para entonces Ministro de la Defensa, se levantó
de su sitio y le ordenó al Alto Mando Militar que abandonara el
Capitolio Federal. Igual cosa hizo la doctora Cecilia Sosa, quien
declaró que ella en su condición de presidenta de la Corte Suprema de
Justicia, no toleraba que se insultara al señor presidente de la
república, que se sentía abochornada por ello. Al terminar
el discurso Henrique Capriles Radonsky, para la fecha presidente de la
Cámara de Diputados increpó públicamente al doctor Jorge Olavarría,
porque [su discurso] era una afrenta a la majestad presidencial”.
Es
decir, la conchupancia cívico-militar creada por la democracia
bi-partidista se manifestó también ese día frente a las verdades de
Olavarría y se acentuó significativamente bajo el nuevo régimen. Hugo
Chávez se encargaría de terminar con la
subordinación del poder militar al poder civil obtenida a fuerza de
prebendas y sobornos durante la etapa bipartidista y comenzar a
establecer la franca supremacía del sector militar sobre el sector
civil, en base a las consideraciones ideológicas fascistoides de
Ceresole y Pérez Arcay, incorporándola a su carromato ideológico. Los
militares pasaron de ser cómplices a ser socios, tal y como había
sucedido en la etapa pérezjimenista.
Durante
la etapa chavista se colocaron en la administración pública centenares
de militares activos y retirados, con el agravante de que algunos
oficiales sin suficiente nivel educativo, en especial los que
acompañaron al difunto en su fracasado golpe de 1992, llegaron a ocupar
algunos de los niveles más altos de la administración pública:
ministerios, empresas del estado y embajadas, ver lista en http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1000988
. Más grave aun, se han insertado docenas de militares cubanos en el
sistema administrativo y militar del país. Todo ello ha configurado una
pronunciada militarización anti-nacional de la administración pública
venezolana, incluyendo áreas tan sensitivas como los sistemas de
identificación. Por ejemplo, el organismo que emite las cédulas de identidad y los pasaportes a los venezolanos tiene padre cubano: José Lavandero García, una
de las figuras más importantes de la misión de Cuba en Venezuela. El
Proyecto Identidad fue la base del Servicio Administrativo de
Identificación, Migración y Extranjería, Saime, que fue concebido…. como
una herramienta para apuntalar la base de apoyo electoral del
gobernante y su partido político”. Ver: El Nacional, 24-11-2013, Adriana Rivera.
El
autócrata introdujo cambios sustantivos en la nueva constitución de
1999, a fin de reafirmar esa supremacía militar. Entre otras
modificaciones, señala Allan Brewer Carías: Se
eliminó de la Constitución la obligación de la Fuerza Armada de velar
por la estabilidad de las instituciones democráticas que antes estaba
prevista expresamente. Se eliminó de la
Constitución la obligación de la Fuerza Armada de obedecer la
Constitución y las leyes, cuya observancia debería estar siempre por
encima de cualquier otra obligación como se establecía en la
Constitución de 1961. Por vez primera en la
historia del país, se concedió a los militares el derecho al voto, lo
cual mostraba ser políticamente incompatible con el principio de
obediencia. Se eliminó el privilegio procesal de funcionarios civiles de
juzgar a militares de alto rango. Se sujetó el uso de cualquier tipo de
armas en el país a la autoridad de la Fuerza Armada.
Segun PROVEA, ver http://www.codigovenezuela.com/2012/06/ong/provea-en-la-frontera-venezolana-existe-reclutamiento-forzoso-de-adolescentes: “El
estilo de gobierno del presidente Chávez, basado en la centralización
extrema del poder patriarcal en su persona y en la promoción del culto a
la personalidad, ha revitalizado la cultura militarista histórica
presente en la sociedad venezolana..La historia oficial es protagonizada
por “héroes militares” de la independencia...en la frontera venezolana
existe reclutamiento forzoso de adolescentes por parte de grupos
colombianos como la FARC y el ELN, y el venezolano Fuerzas Bolivarianas
de Liberación (FBL)…El gobierno bolivariano ha estimulado formas de
organización popular que han adoptado nombres y estructuras militares,
tales como “Organización de Batalla Electoral”, “Frentes” y “Cuerpos de
combatientes”. Funcionarios públicos y seguidores de Hugo Chávez lo
llaman “comandante-presidente” y la mayoría de las consignas le muestran
un tipo de fidelidad militar: “Ordene sobre este frente” y “rodilla en
tierra”. Hasta el año 2011 la frase “Patria, socialismo o muerte” era de
obligatorio uso tanto en el ejército como en las instituciones
públicas”. El
bochornoso espectáculo de los desfiles militares, con consignas
alusivas al socialismo y generales cargados de medallas de hojalata
hablando de Patria o Muerte y de lealtad hacia un hombre, han sido ejemplos que vivirán en el libro de la infamia.
La
supremacía militar sobre el mando del país obtenida en base a
violaciones del orden constitucional ha sido mantenida promoviendo un
nivel de gasto militar y de corrupción sin precedentes en el país. Según El Universal, 17-11-2013, ver “Expediente”, puede leerse que: “el
Gobierno bolivariano es el mayor comprador de armas y equipo bélico
ruso en América Latina. Anatoli Isaikin, director de Rosoboronexport, la
exportadora estatal rusa, ubicó a Venezuela en el cuadro de clientes
especiales: de los 14, 5 millardos de dólares que vendieron en la región
a lo largo de doce años, 11 millardos de dólares corresponden a las
compras ordenadas desde Caracas. En marzo ya el Stockholm International
Peace Research Institute ubicaba a Rusia como el principal proveedor de
armas de Venezuela y al país como el mayor comprador de armamento de la
región.”.
Por cierto, agrega el informe, los 90 tanques adquiridos están [casi
todos?] parados por falta de mantenimiento, los 24 aviones Sukhoi vuelan
poco y algunos ya no vuelan, seis helicópteros se han estrellado con 31
víctimas fatales y los sistemas misilísticos Pechora 2M han presentado
importantes fallas.
Según
Control Ciudadano Venezuela ha comprado armas y material militar a
Argentina, Austria, Bielorrusia, Brasil, Canadá, China, Cuba, España,
Estados Unidos, Holanda, Irán, Italia, Japón, Reino Unido, Rusia, Suiza y
Vietnam y ha recibido alrededor de 63 helicópteros rusos en 5 modelos
diferentes. Recientemente el presidente en funciones decidió instalar
baterías anti-aéreas en todas las ciudades del país, para “defendernos”
de un ataque estadounidense que solo existe como estratagema política
dictada por los tutores cubanos.
Este
inmenso gasto militar configura un acto de gran corrupción por varias
razones: primero, porque no era necesario. Se han desviado enormes
recursos financieros del estado, los cuales pudieran haberse invertido
mucho más eficientemente; segundo, porque una vez adquiridas las armas
no han sido debidamente utilizadas y mucha de la
quincalla bélica está ya deteriorada; tercero, porque en su adquisición
existieron comisiones, sobre-precios y otras irregularidades denunciadas
en su oportunidad; y, cuarto, porque fueron compradas por razones
políticas, para sobornar al sector militar, siguiendo la política de
apaciguamiento destinada a impedir que los jenízaros criollos voltearan
los calderos.
La
corrupción se manifiesta más directamente en el tratamiento
preferencial que el difunto autócrata le dio a “su ejército”, algo que
se ha mantenido y hasta expandido en los meses del régimen de opereta de
Nicolás Maduro. Por ejemplo, se importaron 20.000 vehículos para
repartirlos entre los militares, ver: http://informe21.com/corrupcion-en-venezuela/la-oposicion-condena-la-entrega-de-autos-a-militares-denunciada-por-abces
. Los aumentos de salario a los militares están totalmente fuera de
línea con los aumentos de la burocracia civil y de los maestros. Miles
de viviendas se construyen especialmente para ellos. La fuerza armada se
ha convertido en actor principal en el drama del narcotráfico. Hasta militares
de alta graduación quienes ocupan posiciones prominentes en el régimen
han sido nombrados por los Estados Unidos como colaboradores del
narcotráfico : Carvajal, Rodriguez Chacín, Alcalá Cordones, Rangel
Silva. Almirantes como Carlos Aniasi Turchio han sido señalados como
cómplices de narcotraficantes por W. Makled. Generales como el patán de
Acosta Carlez se han ido del país con sus dineros y golpistas como
Alejandro Andrade han pasado a tener inmensas fortunas. Los ejemplos
sugieren que la corrupción militar es sistémica, no un fenómeno aislado,
y que es - además - tolerada y hasta promovida desde el régimen como premio a la lealtad.
Otra
modalidad en la cual el sector militar ha sido protagonista es la del
“bachaqueo”. Milagros Socorro nos la describe en El Nacional del
24-11-2013: “No
hay en la actualidad ninguna actividad más rentable en Venezuela que el
bachaqueo (incluida la fase superior de esa forma de capitalismo, el
contrabando de extracción). Los márgenes de ganancia son casi tan
grandes como los del narcotráfico, con la inmensa ventaja de que no es
perseguida, puesto que quienes deberían controlar el bachaqueo están
hasta el cuello en el negocio; y obtienen beneficios formidables que no
les exigen más esfuerzo que poner los dedos en pinza para pescar el
dinero y dar una palmada al camión en señal de que el camino está libre y
pueden avanzar por las fronteras”. Estamos hablando, tristemente, de un régimen cívico-militar de bandidotes y bandiditos.
Lo
esbozado arriba nos indica que la Venezuela de hoy está gobernada por
una coalición cívico-militar muy corrupta, con todas las intenciones de
mantenerse en el poder, para lo cual han copado todas las instituciones
que le garantizan su permanencia: la Fuerza Armada, PDVSA, el Tribunal
Supremo de Justicia, el mál llamado Poder Moral, el Consejo Nacional
Electoral y la Asamblea Nacional. Para esta coalición no hay límites
éticos a sus acciones. En especial, la Fuerza Armada es hoy la
institución que le cierra la puerta de la democracia a los venezolanos.
Por 15 años ha sido parte principal de la coalición que mantiene al
régimen en el poder.
Venezuela
se encuentra bajo una dictadura inepta y corrupta de corte militar que
no puede ser fácilmente vencida por los grupos civiles opositores, a
menos que la institución militar le retire su apoyo. Aun si ello no
sucede el régimen eventualmente hará implosión en el corto o mediano
plazo, se vendrá abajo acogotado por su ineptitud, pero no sin antes destruír una gran parte de lo que conocimos como Venezuela.
En
la tercera y última parte de estas reflexiones intentaré una
aproximación a los posibles escenarios futuros sobre la Fuerza Armada.
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