ERNESTO ALVARENGA| EL UNIVERSAL
miércoles 20 de noviembre de 2013 12:00 AM
Digan lo que digan, hagan lo que hagan, al régimen militar-cívico (me refiero al cogollo militar cómplice del régimen, no a la FAN en general) se les "volteó el santo"; aunque no lo parezca, tienen el sol a sus espaldas. Esta especie de saqueo organizado, propiciado desde Miraflores, puede tener un efecto inmediato favorable al régimen, pero nunca podrá vencer los principios de los venezolanos. Más allá de la situación con el sobreprecio de mercancías, que de hecho existe, el venezolano, sin importar su estrato social, no es ni será un ladrón oportunista. Muchos comerciantes cerrarán sus puertas definitivamente, dejando a decenas de trabajadores en la calle en una fecha tan importante para los venezolanos, como lo es la época decembrina.
Hasta ahora no se ha generalizado la violencia a pesar del estímulo constante que se recibe de la cabeza del régimen, que amenaza a todo el que lo adversa. Este llamado a asaltar comercios tiene varios propósitos: a) sabotear la protesta de los "autoconvocados"; b) estimular la diferencia entre aquellos que con sus aguinaldos compran frenéticamente y los que no pueden adquirir casi ningún bien; c) la demagogia y el populismo en la puerta de la campaña electoral. ¿Esta acción le restará apoyo al régimen? Según estudios de opinión, cada día cuentan con más rechazo del pueblo venezolano. Las pugnas entre ellos serán mayores, crecerán los pases de factura y Maduro no podrá decir que heredó este desastre, ni culpar al gobierno anterior de "su padre".
Por otra parte, la naturaleza de las maniobras que el régimen ejecuta para lograr sus fines, tales como la innecesaria Ley Habilitante, desplazando a los moderados y potenciando a los más radicales, lleva al país por el camino del caos y la decadencia. En lo económico, buscarán, sin éxito, imponer al Estado como controlador del bienestar social, aumentará la represión y la persecución a toda muestra de disidencia.
Tienen las piernas cortas. Todo apunta al fin del llamado "proceso", a una transición, que no es más que la reinstitucionalización del país. Se debe rescatar la vigencia de la Constitución del 99 y con ello tomar las riendas de nuevo de la soberanía de nuestro territorio. El país surgirá como el ave Fénix.
Hasta ahora no se ha generalizado la violencia a pesar del estímulo constante que se recibe de la cabeza del régimen, que amenaza a todo el que lo adversa. Este llamado a asaltar comercios tiene varios propósitos: a) sabotear la protesta de los "autoconvocados"; b) estimular la diferencia entre aquellos que con sus aguinaldos compran frenéticamente y los que no pueden adquirir casi ningún bien; c) la demagogia y el populismo en la puerta de la campaña electoral. ¿Esta acción le restará apoyo al régimen? Según estudios de opinión, cada día cuentan con más rechazo del pueblo venezolano. Las pugnas entre ellos serán mayores, crecerán los pases de factura y Maduro no podrá decir que heredó este desastre, ni culpar al gobierno anterior de "su padre".
Por otra parte, la naturaleza de las maniobras que el régimen ejecuta para lograr sus fines, tales como la innecesaria Ley Habilitante, desplazando a los moderados y potenciando a los más radicales, lleva al país por el camino del caos y la decadencia. En lo económico, buscarán, sin éxito, imponer al Estado como controlador del bienestar social, aumentará la represión y la persecución a toda muestra de disidencia.
Tienen las piernas cortas. Todo apunta al fin del llamado "proceso", a una transición, que no es más que la reinstitucionalización del país. Se debe rescatar la vigencia de la Constitución del 99 y con ello tomar las riendas de nuevo de la soberanía de nuestro territorio. El país surgirá como el ave Fénix.
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