Editorial de www.analítica.com
Si
no nos damos cuenta que Maduro y su mandantes cubanos harán lo que
puedan para no perder las elecciones de diciembre y votamos masivamente
el 8D, no nos quejemos luego cuando terminemos convertido en una copia
al carbón de lo que impera en la isla de la suprema felicidad
Ese fue un lema de campaña que usó John Kennedy para adjetivar a Nixon a quién le endilgó el remoquete de Tricky Dick
, que significaba tramposo y mendaz. Es evidente que eso pudiera muy
bien aplicársele a Maduro que se ha esmerado por ser un mentiroso
crónico y un consumado artífice de toda clase de trampillas bien
azucaradas por el talento que, en ese ramo, tienen los hermanos Castro.
Las mentiras de Maduro son ya
atávicas como fue, para dar sólo un ejemplo, la perorata de 5 horas con
un Chávez en estado terminal, o más recientemente los mitos que escucha
un pajarito , por supuesto reencarnación de Chávez, o extrañas imágenes
subterráneas en las que Chávez se le hace presente para guiarlo. Pero
la mentira más gruesa que ha dicho es que va a tumbar la inflación a
punta de decreto, cuando él sabe muy bien que el único causante de la
inflación es el uso indiscriminado y sin controles de la maquinita de
imprimir bolívares, y que fuertes., aunada a la destrucción sistemática
del aparato productivo nacional.
En cuanto a las trampillas ya es
sabido que está donde está por arte de sus adláteres del CNE que se
negaron con fiereza a que se hiciese una verdadera e integral auditoria
de las últimas elecciones. Pero las más recientes es la de ponerle
piedritas en el camino al que lo derrotó y lo volverá a hacer si no se
le ocurren otras maniobrillas para impedirlo. Por eso hace lo que puede
para dificultar el desplazamiento de Capriles por el país , manda a
detener de madrugada a su principal organizador de giras, o pretende
descalificarlo calificándolo como el principal integrante del trio del
mal.
Si no nos damos cuenta que Maduro
y su mandantes cubanos harán lo que puedan por evitar perder las
elecciones de diciembre y no reaccionamos a tiempo movilizándonos , sin
reservas, para ir masivamente a votar el 8/D, no nos quejemos luego
cuando terminemos convertido en una copia al carbón de lo que impera en
la isla de la suprema felicidad.
Estas bien pueden ser las
últimas elecciones porque como le dijo Fidel a los sandinistas la
revoluciones no se cuentan en las urnas.
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