MIGUEL SANMARTÍN| EL UNIVERSAL
sábado 30 de noviembre de 2013 12:00 AM
A días de la crucial oportunidad para que la sociedad democrática le transmita, en las urnas electorales, un nuevo-contundente mensaje de rechazo a este régimen -militarista, forajido y totalitario- de repudio a su proyecto comunista y de rechazo al modelo cubano de economía de Estado, caracterizado por intervención, controles y dependencia de la sociedad de las dádivas oficiales, no cabe ningún género de duda en cuanto al deber cívico de salir en masa para expresar todo el desencanto e indignación causado por la destrucción, perjuicios y desazón colectiva. También por tanta infamia, agravios y acoso, todo lo cual tiene hoy a Venezuela en los últimos lugares de los índices de desarrollo humano.
No hay un solo indicador -político económico o social- favorable al país. Ninguno habla bien del Socialismo del Siglo XXI ni de sus misiones limosneras. En todas las mediciones salimos raspados. Algunas nos ubican a nivel de las naciones más pobres y atrasadas de África: Burundi, Somalia. Y de Haití en el Caribe. O en la línea de países donde no se respetan los derechos ciudadanos y las libertades públicas: Bielorrusia, Zimbabwe.
El deterioro es enorme en todas las áreas. Hoy son más los pobres y aumentó la desnutrición; es mayor la inseguridad e infrahumanas las condiciones de las cárceles; está peor la educación, sanidad e infraestructura; son deficientes los servicios de electricidad, agua y transporte; escasean los alimentos y medicinas; hacer trámites oficiales es un tormento; se burla el derecho a la propiedad, al debido proceso y pasó a ser un recuerdo difuso la seguridad jurídica; impera la anarquía y arreció la criminalización.
El actual estado de calamidad todavía puede empeorar. Sigue latente la amenaza "revolucionaria" contra lo poco que todavía permanece en pie, que medio funciona y que nos aproxima a las sociedades civilizadas, desarrolladas y plurales. El plan de conversión -sustituir la democracia por el comunismo- está vivito. Lo denominan Plan de la Patria y equivale a la "profundización" del proyecto socialista bolivariano diseñado en La Habana. Mediante el mismo pretenden terminar de desmontar el modelo de sociedad que conocimos -con Poderes Públicos Autónomos, por ejemplo- y sustituirla por lo que llaman Estado Comunal. Reemplazar la economía de mercado por la de producción social (cachivaches, buhoneros y moto-taxistas), e imponer los Consejos Presidenciales de Gobierno en el marco de la nueva Geometría del Poder: Dictadura, camarita.
El 8D hay que votar contra la tiranía, la devastación, el resentimiento, el revanchismo y la anarquía. Hay que votar por una Venezuela próspera, reconciliada, libre, segura, con justicia y oportunidades para todos.
No hay un solo indicador -político económico o social- favorable al país. Ninguno habla bien del Socialismo del Siglo XXI ni de sus misiones limosneras. En todas las mediciones salimos raspados. Algunas nos ubican a nivel de las naciones más pobres y atrasadas de África: Burundi, Somalia. Y de Haití en el Caribe. O en la línea de países donde no se respetan los derechos ciudadanos y las libertades públicas: Bielorrusia, Zimbabwe.
El deterioro es enorme en todas las áreas. Hoy son más los pobres y aumentó la desnutrición; es mayor la inseguridad e infrahumanas las condiciones de las cárceles; está peor la educación, sanidad e infraestructura; son deficientes los servicios de electricidad, agua y transporte; escasean los alimentos y medicinas; hacer trámites oficiales es un tormento; se burla el derecho a la propiedad, al debido proceso y pasó a ser un recuerdo difuso la seguridad jurídica; impera la anarquía y arreció la criminalización.
El actual estado de calamidad todavía puede empeorar. Sigue latente la amenaza "revolucionaria" contra lo poco que todavía permanece en pie, que medio funciona y que nos aproxima a las sociedades civilizadas, desarrolladas y plurales. El plan de conversión -sustituir la democracia por el comunismo- está vivito. Lo denominan Plan de la Patria y equivale a la "profundización" del proyecto socialista bolivariano diseñado en La Habana. Mediante el mismo pretenden terminar de desmontar el modelo de sociedad que conocimos -con Poderes Públicos Autónomos, por ejemplo- y sustituirla por lo que llaman Estado Comunal. Reemplazar la economía de mercado por la de producción social (cachivaches, buhoneros y moto-taxistas), e imponer los Consejos Presidenciales de Gobierno en el marco de la nueva Geometría del Poder: Dictadura, camarita.
El 8D hay que votar contra la tiranía, la devastación, el resentimiento, el revanchismo y la anarquía. Hay que votar por una Venezuela próspera, reconciliada, libre, segura, con justicia y oportunidades para todos.
No comments:
Post a Comment