Laureano Márquez
8 Noviembre, 2013
* Lo primero que hay que señalar es que en términos macroeconómicos las perspectivas de la coyuntura espacio temporal vigente en lo que tiene que ver con el producto interno bruto, menester es decir que este se presenta sensiblemente más bruto que de costumbre y eso ya no se puede ocultar.
*Ya nadie discute que del 100% de los productos de primera necesidad que se producen en el país, el 50% es la mitad.
* Sobre el canal de expectativas en términos de la oferta de la demanda en términos del negocio petrolero, podemos decir que en lo que tiene que ver con las reservas probadas, el presidente de PDVSA las probó y dijo que sabían bastante bien, que las recomienda ampliamente. ¿Cómo se conecta todo esto con el llamado “fondo chino”? Como pregunta es una buena pregunta, sin embargo no conocemos respuesta. Lo que sí es cierto es que el petróleo pesado de la faja del Orinoco tiene que hacer, según disposición del Ejecutivo, una dieta rigurosa, porque corre riesgos de que el petróleo salga con colesterol del malo, lo que obstruye la orimulsión.
* Cambiando de tema, analicemos el mercado cambiario. Sobre este punto el gran problema es la existencia de un mercado para Lelo. Sin embargo las autoridades ya están tras la pista de Lelo, que como era de esperarse, parece que vive en Miami y tiene una página web desde donde atenta contra la microeconomía macroeconómica con una batalla mediática. Sobre el tema del cambio se llegó a la conclusión de que debemos cambiar, pero cambiar es muy difícil y peligroso porque hay mucho billete falso.
* Sin duda hay que racionalizar el endeudamiento externo y externo. La propuesta es pagar la deuda interna con la externa y a la visconversa, de la misma manera, de modo que toque cero al cociente y se baje la cifra siguiente.
* Un tipo de cambio fijo hace que los costos de los pagos en relación con la inflación afecte a la inflación misma, generando un ciclo perverso de inflación inflacionaria. El comportamiento del cambio está divorciado del mercado oficial. La verdad sea dicha es que nunca se llevaron bien y para estar así, mejor que se separaran.
* ¿Se está creando dinero inorgásmico? ¡Sí, sí, sí! ¡No, no no! Parece que las acreencias del BCV están muy mal, porque aquí ya nadie quiere acreer en nadie. La inflación acumulada puede hacer estragos en el intestino de la economía, lo que podría producir tremendo problema.
Conclusiones: Mejor sáquelas usted mismo.
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