ARMANDO SCANNONE| EL UNIVERSAL
viernes 23 de mayo de 2014 12:00 AM
Escribo este artículo con indignación, por la guerra, acompañada de torturas, declarada por el Ministerio de Interior, "Justicia y Paz" y ejecutada por la Guardia Nacional y otros cuerpos policiales, contra los jóvenes que defienden su derecho a forjar su futuro en libertad; indignación acompañada del orgullo que siento por esa generación de estudiantes y jóvenes en general, que están dando la cara para defender la República y la democracia, ante un régimen delincuencial que les está infligiendo sufrimiento, a ellos y a toda la familia venezolana, con el desalmado propósito de conservar un poder cuestionado; y de manejar el presupuesto nacional a su antojo, contando para ello con la servil y salvaje complicidad de su Guardia Nacional y ante la pasividad del resto de su Fuerza Armada; al igual que con la del régimen y sus dependencias y funcionarios, todos; de los jueces obedientes, y, quizás lo más importante, con la pasividad, que casi colinda con los síntomas del Síndrome de Estocolmo, de la MUD. Erigida hoy en representante única de la oposición, luce dolida y, aparentemente, sin saber qué hacer ante tantas tropelías; pero consciente de su pérdida de credibilidad y de la auténtica representatividad que les ha sido arrebatadas por esos jóvenes no contaminados de la mala política, que luchan por su futuro, que es también el de la República y de la democracia; y que cuentan con el apoyo espontáneo y franco de María Corina Machado, Antonio Ledezma y Leopoldo López.
Esta larga introducción se corresponde con la, cada día mayor y más confiable, información que estamos recibiendo de los escasos medios. Entre éstos el número de la revista Zeta aparecido el viernes 16 de los corrientes, subtitulado "Chamos torturados", con impactantes artículos al respecto; entre los cuales me permito destacar dos de Aída Gutiérrez H. y uno de Alfredo Conde, por la información detallada, por supuesto ya sobrepasada en cifras, y la referencia a las torturas aplicadas a los jóvenes, y de paso a vecinos. Aunque algunas torturas ya han sido vistas en videos, al leerlas quedé atónito y con rabia. Aunque a la medida de diferentes países, no se quedan atrás respecto de la represión y las torturas ejercidas por la NKVD, comandada por el asesino Lavrenti Beria, en la Rusia soviética de José Stalin; pero que aún lucen cortas comparadas con las aplicadas por Gómez o la Seguridad Nacional. No es posible permanecer indiferente ante tanta crueldad y salvajismo, de los entes involucrados, a quienes recomiendo, como a la MUD y a todos los políticos, leer esos artículos con detenimiento, para evitar acostumbrarse al desmadre por el que atravesamos.
Sin embargo, no cabe la desesperanza. Al contrario, el heroísmo de esos jóvenes, que han vivido y han sido los actores ultrajados en esos desmanes, que han visto caer a su lado a un compañero, nada les tuerce la voluntad de vivir en libertad y con todos los derechos que, para forjarse su futuro, ofrece la democracia en un país libre. Jóvenes que, salvajemente reprimidos como han sido, se levantan una y otra vez para luchar con más fuerza, sabiendo que a ellos, puede pasarles lo mismo; o aún sufrir el mayor castigo que estoy seguro ellos deben sentir: la prohibición ilimitada de seguir protestando una vez reseñados; sanción que retrata la condición de los jueces, capaces de imponer pena tal, sin juicio, y aún a inocentes y menores.
A esa demostración juvenil podemos llamarla, simplemente heroísmo. Todo indica que a los jóvenes nada los detendrá en la lucha por su futuro, que es el de todos. Muchas gracias a ellos.
Esta larga introducción se corresponde con la, cada día mayor y más confiable, información que estamos recibiendo de los escasos medios. Entre éstos el número de la revista Zeta aparecido el viernes 16 de los corrientes, subtitulado "Chamos torturados", con impactantes artículos al respecto; entre los cuales me permito destacar dos de Aída Gutiérrez H. y uno de Alfredo Conde, por la información detallada, por supuesto ya sobrepasada en cifras, y la referencia a las torturas aplicadas a los jóvenes, y de paso a vecinos. Aunque algunas torturas ya han sido vistas en videos, al leerlas quedé atónito y con rabia. Aunque a la medida de diferentes países, no se quedan atrás respecto de la represión y las torturas ejercidas por la NKVD, comandada por el asesino Lavrenti Beria, en la Rusia soviética de José Stalin; pero que aún lucen cortas comparadas con las aplicadas por Gómez o la Seguridad Nacional. No es posible permanecer indiferente ante tanta crueldad y salvajismo, de los entes involucrados, a quienes recomiendo, como a la MUD y a todos los políticos, leer esos artículos con detenimiento, para evitar acostumbrarse al desmadre por el que atravesamos.
Sin embargo, no cabe la desesperanza. Al contrario, el heroísmo de esos jóvenes, que han vivido y han sido los actores ultrajados en esos desmanes, que han visto caer a su lado a un compañero, nada les tuerce la voluntad de vivir en libertad y con todos los derechos que, para forjarse su futuro, ofrece la democracia en un país libre. Jóvenes que, salvajemente reprimidos como han sido, se levantan una y otra vez para luchar con más fuerza, sabiendo que a ellos, puede pasarles lo mismo; o aún sufrir el mayor castigo que estoy seguro ellos deben sentir: la prohibición ilimitada de seguir protestando una vez reseñados; sanción que retrata la condición de los jueces, capaces de imponer pena tal, sin juicio, y aún a inocentes y menores.
A esa demostración juvenil podemos llamarla, simplemente heroísmo. Todo indica que a los jóvenes nada los detendrá en la lucha por su futuro, que es el de todos. Muchas gracias a ellos.
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