En: http://confirmado.com.ve/son-los-estudiantes-idiota/
Editorial de Tal Cual
Fernando Rodriguez
Una vez respondió Juan Ramón Jiménez, el gran poeta español, premio
Nobel, a la pregunta por los excesos perpetrados por los republicanos, a
quienes apoyaba, en la guerra civil: en lo inmenso no puede haber
perfección. Sería también, aquí y ahora, la mejor respuesta al intento
gubernamental de criminalizar la protesta de los estudiantes. Repetir y
tratar de generalizar los realmente pocos desafueros que algunos hayan
podido cometer en sus protestas, extensísimas geográfica y
temporalmente, contra el derrumbe del país en que vivimos. Tarea sucia y
mendaz que no dará frutos; poco a poco se impone, nacional e
internacionalmente, la nobleza y el valor de las luchas de la juventud
por dignificar el presente y el futuro nacionales. Y, concomitantemente,
el oscuro rostro de la represión gubernamental, despiadado, depravado.
No
está de más tampoco señalar el peligro de caer en el facilismo de
pensar que los estudiantes siempre tienen la razón. La juventud, si bien
es propicia a la generosidad y la altivez, también lo es a la
insensatez y el voluntarismo. Y los que ya no somos jóvenes les debemos
tanto la mano tendida como la crítica inevitable.
Pero
nosotros creemos que esta lucha es justa, basta mirar los guarismos de
una economía destrozada o la debacle institucional o el crimen
multiplicado o el miserable discurso oficial que mezcla incesantemente
la mentira flagrante con el disparate ideológico y la mala fe. Los
jóvenes, a quienes corresponde la siempre difícil tarea de construirse
una vida, son particularmente sensibles a todo aquello que les bloquea
el futuro y eso es lo que hace el régimen inepto y corrupto que ha
desperdiciado una de las grandes ocasiones que hemos tenido de hacer un
país, lo que se llama un país, con hermosos parques y sabias
universidades y cómodos asilos para ancianos.
De manera
que esto que vivimos a diario, desde hace ya muchas semanas, con una
insistencia asombrosa, nada tiene que ver con los delirios paranoicos y
cínicos de la dirigencia oficial y el resto de cómplices.
Tiene
que ver, sí, con la condena de la ONU a la represión o las palabras de
aliento de Antonio Banderas o del alerta creciente de Parlamentos y
Cancillerías, para sólo hablar de fechas muy recientes. O, visto del
lado siniestro, con los colectivos de la guerra quemando la Universidad
Fermín Toro de Barquisimeto o agrediendo a las sedes de la Universidad
Católica ya sin escrúpulos y máscaras, o esa gloriosa acción nocturna de
un millar de efectivos militares para desalojar a unos carajitos más
parecidos a Gandhi que a Ernesto Guevara. Enclaves de resistencia donde
no encontraron sino un poco de yerba, unos cohetones, algunas gorras con
estrellas y cuatro lochas.
Estamos, pues, en presencia de
combativos estudiantes, sucesores de aquellos del carnaval del 28 que
terminaron haciendo lo fundamental de la historia nacional de más de
medio siglo y asomaron a Venezuela a la modernidad, o los del 58 que
ayudaron a derrocar una dictadura infame, perdónese la redundancia, para
inaugurar un largo periodo democrático.
Ustedes, milicos,
policías y sus sostenedores, son los que están a contravía de la
historia, los administradores de la opresión, los bellacos de esta
película.
No comments:
Post a Comment