Monday, May 12, 2014

!Son los estudiantes idiota...!

En: http://confirmado.com.ve/son-los-estudiantes-idiota/

Editorial de Tal Cual

Fernando Rodriguez

Una vez respondió Juan Ramón Jiménez, el gran poeta español, premio Nobel, a la pregunta por los excesos perpetrados por los republicanos, a quienes apoyaba, en la guerra civil: en lo inmenso no puede haber perfección. Sería también, aquí y ahora, la mejor respuesta al intento gubernamental de criminalizar la protesta de los estudiantes. Repetir y tratar de generalizar los realmente pocos desafueros que algunos hayan podido cometer en sus protestas, extensísimas geográfica y temporalmente, contra el derrumbe del país en que vivimos. Tarea sucia y mendaz que no dará frutos; poco a poco se impone, nacional e internacionalmente, la nobleza y el valor de las luchas de la juventud por dignificar el presente y el futuro nacionales. Y, concomitantemente, el oscuro rostro de la represión gubernamental, despiadado, depravado.

No está de más tampoco señalar el peligro de caer en el facilismo de pensar que los estudiantes siempre tienen la razón. La juventud, si bien es propicia a la generosidad y la altivez, también lo es a la insensatez y el voluntarismo. Y los que ya no somos jóvenes les debemos tanto la mano tendida como la crítica inevitable.

Pero nosotros creemos que esta lucha es justa, basta mirar los guarismos de una economía destrozada o la debacle institucional o el crimen multiplicado o el miserable discurso oficial que mezcla incesantemente la mentira flagrante con el disparate ideológico y la mala fe. Los jóvenes, a quienes corresponde la siempre difícil tarea de construirse una vida, son particularmente sensibles a todo aquello que les bloquea el futuro y eso es lo que hace el régimen inepto y corrupto que ha desperdiciado una de las grandes ocasiones que hemos tenido de hacer un país, lo que se llama un país, con hermosos parques y sabias universidades y cómodos asilos para ancianos.

De manera que esto que vivimos a diario, desde hace ya muchas semanas, con una insistencia asombrosa, nada tiene que ver con los delirios paranoicos y cínicos de la dirigencia oficial y el resto de cómplices.

Tiene que ver, sí, con la condena de la ONU a la represión o las palabras de aliento de Antonio Banderas o del alerta creciente de Parlamentos y Cancillerías, para sólo hablar de fechas muy recientes. O, visto del lado siniestro, con los colectivos de la guerra quemando la Universidad Fermín Toro de Barquisimeto o agrediendo a las sedes de la Universidad Católica ya sin escrúpulos y máscaras, o esa gloriosa acción nocturna de un millar de efectivos militares para desalojar a unos carajitos más parecidos a Gandhi que a Ernesto Guevara. Enclaves de resistencia donde no encontraron sino un poco de yerba, unos cohetones, algunas gorras con estrellas y cuatro lochas.

Estamos, pues, en presencia de combativos estudiantes, sucesores de aquellos del carnaval del 28 que terminaron haciendo lo fundamental de la historia nacional de más de medio siglo y asomaron a Venezuela a la modernidad, o los del 58 que ayudaron a derrocar una dictadura infame, perdónese la redundancia, para inaugurar un largo periodo democrático.

Ustedes, milicos, policías y sus sostenedores, son los que están a contravía de la historia, los administradores de la opresión, los bellacos de esta película.

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