En: http://www.lapatilla.com/site/2014/07/14/hernan-castillo-aberraciones-militares/
Hernán Castillo
No hay amenaza más peligrosa para la supervivencia de la sociedad civil que sacar a los militares de su campo profesional. Meter a los militares en política es probablemente una de las aberraciones profesionales más peligrosa que existe, es una “Caja de Pandora”, que una vez abierta, cerrarla, regresar a los militares al estricto cumplimiento de sus limitadas funciones profesionales de seguridad y defensa nacional, siempre ha sido excesivamente costoso.
Después que los militares le cogen el gustico a la vida civil, a la lucha política, no es sencillo para la sociedad civil regresarlos a la vida de los cuarteles.
“Los militares no son para definir al Estado y la sociedad, son para defenderlos”; en otras palabras, la intervención militar en el Desarrollo de la nación debe estar circunscrita a los aspectos técnicos y operativos de la seguridad y defensa. Sólo en casos excepcionales, uno que otro militar altamente especializado pudiera ser empleado en la administración pública, pero jamás la aberración que hemos padecido durante estos largos años en que los militares, abandonando sus campos naturales de trabajo profesional han sido atapuzados, masivamente e indiscriminadamente, en la burocracia estatal desplazando, de los distintos y complejos campos de la actividad productiva y administrativa estatal, a civiles de comprobada honestidad administrativa, especializados académicamente y con una larga experiencia técnica y profesional.
Cuando a los militares se les convierte jurídicamente en pretorianos, tal como lo hace el TSJ en una de sus inconstitucionales decisiones, coloca a las FAN en una de las más peligrosas aberraciones. De acuerdo a los estudiosos del problema, hay varias formas históricas de pretorianismo. Pero esencialmente el pretorianismo no es más que: “El ejercicio autónomo, de los militares, del poder político”. De tal manera que, la cacareada unión cívico-militar es otra aberración. Cuando los militares, como es el caso venezolano, pueden ejercer autónomamente el poder político se ubican por encima del sector civil.
La característica política principal del profesionalismo militar es la subordinación al sector civil, en Venezuela está completamente invertida la relación de los términos; actualmente los civiles (incluso los que están en el poder), no podemos ejercer libremente la política independientemente de los militares, estamos amenazados o somos sus prisioneros.
Existen distintas modalidades de aberraciones militares: el bonapartismo, el cesarismo, el pretorianismo, el militarismo, etc. y el caudillismo aunque no es precisamente una desviación profesional militar, el caudillismo está estrechamente asociado a esas aberraciones. Para evitar esas peligrosas aberraciones, las Constituciones establecen límites, controles y claras disposiciones sobre las características de sus militares en el ejercicio de sus actividades, tal como por ejemplo lo hace el artículo 328 de la Constitución venezolana.
El artículo 328 de la Constitución Nacional textualmente dice “La FAN constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política…En el cumplimiento de sus funciones está al servicio de la nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna…” Es muy difícil interpretar eso? Yo creo que cualquier ignorante, civil o militar, que medianamente sepa leer puede interpretar correctamente esa idea.
El artículo 328 significa que la FAN es una institución que está al servicio de la nación venezolana, no de Cuba. Tampoco las FAN son chavistas porqué no está al servicio de ninguna persona. Ni tampoco la FAN está al servicio del PSUV porque no está al servicio de parcialidad política alguna como lo es el PSUV. Tampoco, aunque pueden votar, los militares venezolanos pueden tener militancia política ya que la FAN está al servicio de todos los venezolanos, de la nación en su conjunto y no del gobierno de turno.
Además, como los civiles lo que tenemos para la lucha política democrática es la libertad de expresión del pensamiento, de organización y movilización, entre otras libertades civiles, y la FAN tiene las armas de la República, los militares no deben intervenir en política. Los militares políticamente, aunque tengan sus preferencias como las tenemos todos los humanos, profesionalmente deben ser imparciales e institucionales porque están armados.
Es decir, la sociedad civil para lucha por el poder los instrumentos que tiene son las palabras, oral o escrita, periódicos, internet, libros, libertad de organización política, profesional, gremial, sindical, popular y vecinal, y libertad de pensamiento, la opinión, la discusión, etc. En cambio los militares tienen arsenales de bombas, ametralladoras, cañones, soldados, policías, servicios secretos, tanques de guerra, aviones, barcos de guerra, cárceles militares, torturas, violaciones a los derechos humanos, milicianos inconstitucionales, colectivos paramilitares, batallones, represión, y todo el poderío de un petroestado, etc.
Por eso, entre otras razones, es que es una aberración convertir a la FAN en un partido político y meter a los militares en una desigual y desequilibrada pelea partidista y política, contra la sociedad civil venezolana, tal como lo hace el TSJ en una de sus últimas decisiones.
Convertir a la FAN en deliberantes políticamente es un paso por todo el cañón, hacia la dictadura militar, clara y abiertamente en directa violación de la Constitución. Pero lo más importante, es una significativa señal de debilidad política y falta de apoyo civil. Como dice la expresión popular, las armas pueden servir para todo, menos para sentarse en ellas. El último recurso: la fuerza y la violencia.
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Prof. Hernán Castillo, Ph.D.
Universidad Simón Bolívar USB
Caracas, Venezuel
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