JOSÉ RAFAEL AVENDAÑO TIMAURY| EL UNIVERSAL
lunes 21 de julio de 2014 12:00 AM
Los doctores Aveledo, Ramos y Blyde han reiterado la necesidad de reanudar las sesiones de diálogo suspendidas. Aún no lo ha establecido de manera explícita el doctor Borges. Todos conforman la facción que decide en el seno de ese organismo. El primero aglutina individualidades y el resto pertenece a los partidos que deciden.
La premisa fundamental de la reiterada iniciativa reposa en un solo hecho sustantivo para ellos: participación a todo evento en las elecciones parlamentarias a realizarse en diciembre de 2015 cuyo producto a colectar los engolosina y no es otro que el de acceder a las curules en juego.
La premisa fundamental del Gobierno es, de Perogrullo, permanecer a como dé lugar hasta el año 2019 de acuerdo a los lapsos establecidos con el barniz falso de legalidad e ilegitimidad que aún conserva. Ilegitimo e ilegal por la conducta reiterada y perversa de mantener la estructura de los poderes públicos de manera distinta a lo pautado en la Carta Magna.
Establecida las premisas de ambos sectores, veamos entonces los puntos a negociar. La MUD ofrecerá su participación plena al acto electoral con medidas, quizás, efectistas como elecciones primarias para la elección de algunos candidatos y con el "canto de sirenas" de que obteniendo una mayoría parlamentaria se abrirían las puertas entreabiertas para un probable acto revocatorio y/o la participación en la justa electoral de 2019. Todo ello planteado como un falso y único dilema para solucionar la crisis con el apoyo manifiesto y tortuoso del Gobierno. Este aceptaría con bombos y platillos, quizás, luego de innumerables escarceos a reestructurar el CNE en una proporción favorable a sus intereses que no excederá de ninguna manera el 3 a 2 y conceder algo perecido a los demás poderes.
Así las cosas, constataríamos una vez más la disposición y el despliegue de todos los actos fraudulentos y ventajistas del régimen. En la actualidad, por ejemplo, sin estar en proceso electoral alguno el Gobierno nos atolondra y adormece con una pseudo campaña institucional acerca de los peligros del imperialismo en una avalancha insufrible de propaganda política que no tiene nada de institucional. El ventajismo propagandístico proyectado a través de los medios comunicacionales domesticados y a domesticar, concatenado a las acostumbradas interpretaciones acomodaticias de circunscripciones y otras normas administrativas impedirá el libre juego democrático.
Lo siniestro, y así hay que denunciarlo, es que el resto de los venezolanos que no disponemos por ahora de medios idóneos para enfrentar los despropósitos enunciados, seremos objeto de amedrentamientos y de medidas coercitivas y de chantaje aplicadas al alimón por parte del poder represivo y de la MUD. El tratamiento inferido a los propiciadores de la llamada "salida ya" está a la vista en esa armonía triste de crítica desatada. Simplemente se nos quiere llevar con gríngolas y nariceados a un nuevo proceso electoral nauseabundo que sólo servirá para satisfacer vanidades y acomodo personales.
Es pertinente y lícito no solamente denunciar las intenciones. Es menester establecer un centro de dirección política para enfrentar y vencer lo equivocado de la propuesta de la MUD y los deseos continuistas del Gobierno.
No puede haber diálogo para la negociación política procedente sin una agenda previa y para ello, la adecuación de todos los poderes públicos a lo establecido en la constitución es irrenunciable e impostergable. De igual manera la liberación de los detenidos políticos y el retorno de los exiliados. Estos puntos y la fijación del término es condición sine qua non. Si esta premisa no se da y todo indica que indefectiblemente será así, no es patriótico ni ético seguir presentando al diálogo como un elemento propiciador del sosiego político, social y económico de la nación.
Si de lo que se trata es la posibilidad de hablar y oír sin ningún otro fin, para eso está establecida la Asamblea Nacional como órgano natural para resolver la controversia política ordinaria. Los parlamentarios de la MUD y del Gobierno podrían hacerlo sin la limitación milica impuesta por su Presidente. Al fin y al cabo, entre otras cosas, para eso existen los parlamentos.
Negar la existencia de la profunda crisis nacional y la pertinencia urgente de la "negociación política" para solventarla y evitar el desbordamiento cruento de las pasiones es torpe. La MUD y el gobierno mantienen cínicamente un punto de encuentro común, con lenguaje diferente y por razones distintas, al respecto.
Debemos seguir enfrentando al Gobierno con decisión, audacia y determinación militante. De igual manera debemos hacerlo, con resolución, a la MUD si continúan con la ciega pretensión de establecer como única vía táctica y estratégica de oposición la disposición inmodificable de participar como simple convidado de piedra al proceso electoral de diciembre de 2015.
La premisa fundamental de la reiterada iniciativa reposa en un solo hecho sustantivo para ellos: participación a todo evento en las elecciones parlamentarias a realizarse en diciembre de 2015 cuyo producto a colectar los engolosina y no es otro que el de acceder a las curules en juego.
La premisa fundamental del Gobierno es, de Perogrullo, permanecer a como dé lugar hasta el año 2019 de acuerdo a los lapsos establecidos con el barniz falso de legalidad e ilegitimidad que aún conserva. Ilegitimo e ilegal por la conducta reiterada y perversa de mantener la estructura de los poderes públicos de manera distinta a lo pautado en la Carta Magna.
Establecida las premisas de ambos sectores, veamos entonces los puntos a negociar. La MUD ofrecerá su participación plena al acto electoral con medidas, quizás, efectistas como elecciones primarias para la elección de algunos candidatos y con el "canto de sirenas" de que obteniendo una mayoría parlamentaria se abrirían las puertas entreabiertas para un probable acto revocatorio y/o la participación en la justa electoral de 2019. Todo ello planteado como un falso y único dilema para solucionar la crisis con el apoyo manifiesto y tortuoso del Gobierno. Este aceptaría con bombos y platillos, quizás, luego de innumerables escarceos a reestructurar el CNE en una proporción favorable a sus intereses que no excederá de ninguna manera el 3 a 2 y conceder algo perecido a los demás poderes.
Así las cosas, constataríamos una vez más la disposición y el despliegue de todos los actos fraudulentos y ventajistas del régimen. En la actualidad, por ejemplo, sin estar en proceso electoral alguno el Gobierno nos atolondra y adormece con una pseudo campaña institucional acerca de los peligros del imperialismo en una avalancha insufrible de propaganda política que no tiene nada de institucional. El ventajismo propagandístico proyectado a través de los medios comunicacionales domesticados y a domesticar, concatenado a las acostumbradas interpretaciones acomodaticias de circunscripciones y otras normas administrativas impedirá el libre juego democrático.
Lo siniestro, y así hay que denunciarlo, es que el resto de los venezolanos que no disponemos por ahora de medios idóneos para enfrentar los despropósitos enunciados, seremos objeto de amedrentamientos y de medidas coercitivas y de chantaje aplicadas al alimón por parte del poder represivo y de la MUD. El tratamiento inferido a los propiciadores de la llamada "salida ya" está a la vista en esa armonía triste de crítica desatada. Simplemente se nos quiere llevar con gríngolas y nariceados a un nuevo proceso electoral nauseabundo que sólo servirá para satisfacer vanidades y acomodo personales.
Es pertinente y lícito no solamente denunciar las intenciones. Es menester establecer un centro de dirección política para enfrentar y vencer lo equivocado de la propuesta de la MUD y los deseos continuistas del Gobierno.
No puede haber diálogo para la negociación política procedente sin una agenda previa y para ello, la adecuación de todos los poderes públicos a lo establecido en la constitución es irrenunciable e impostergable. De igual manera la liberación de los detenidos políticos y el retorno de los exiliados. Estos puntos y la fijación del término es condición sine qua non. Si esta premisa no se da y todo indica que indefectiblemente será así, no es patriótico ni ético seguir presentando al diálogo como un elemento propiciador del sosiego político, social y económico de la nación.
Si de lo que se trata es la posibilidad de hablar y oír sin ningún otro fin, para eso está establecida la Asamblea Nacional como órgano natural para resolver la controversia política ordinaria. Los parlamentarios de la MUD y del Gobierno podrían hacerlo sin la limitación milica impuesta por su Presidente. Al fin y al cabo, entre otras cosas, para eso existen los parlamentos.
Negar la existencia de la profunda crisis nacional y la pertinencia urgente de la "negociación política" para solventarla y evitar el desbordamiento cruento de las pasiones es torpe. La MUD y el gobierno mantienen cínicamente un punto de encuentro común, con lenguaje diferente y por razones distintas, al respecto.
Debemos seguir enfrentando al Gobierno con decisión, audacia y determinación militante. De igual manera debemos hacerlo, con resolución, a la MUD si continúan con la ciega pretensión de establecer como única vía táctica y estratégica de oposición la disposición inmodificable de participar como simple convidado de piedra al proceso electoral de diciembre de 2015.
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